FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: Fabián Cuellar.
(18 de marzo, 2014).- “No es posible que en México haya un millón de pobres por cada multimillonario”, dijo Andrés Manuel López Obrador durante la presentación de su duodécimo libro, en el Teatro de la Ciudad de México. El texto que lleva por título “Neoporfirismo: hoy como ayer” fue editado por Grijalbo y fue presentado junto a Elena Poniatowska y Lorenzo Meyer.
Por los 55 multimillonarios que hay en México, existen 55 millones de pobres, según la información del líder del Movimiento Regeneración Nacional (Morena). Y esto no hubiera podido lograrse sin la influencia del porfiriato durante más de cien años.
“La corrupción, hoy en el siglo XXI, es la principal función del Estado”, dijo el historiador Lorenzo Meyer, citando a López Obrador.
La participación de Meyer giró en torno a ese neoporfirismo, la herencia del siglo anterior: “¿En qué consiste el neoporfirismo? En primera instancia, es tomar el poder por la fuerza. Ese fue el origen del Partido Nacional Revolucionario (PNR), el abuelo del Revolucionario Institucional (PRI).
“La segunda es gobernar vía la dupla represión y cooptación, es decir, la compra de la voluntad política del otro. Lo usó (Porfirio) Díaz y sus sucesores lo siguen haciendo”.
La compra de voluntades se volvió evidente desde la campaña presidencial del 2012, con la compra de votos a favor del entonces candidato Enrique Peña Nieto. Pero el PRI no se detuvo ahí, posteriormente compró a líderes sindicales y partidos políticos, anulando cualquier indicio de oposición.
“Tercero”, continuó Meyer, “es la alteración de los procesos electorales, del cual se desprende el clásico ‘dedazo’ como método para designar gobernadores. Y, en cuarta, controlar a los medios de comunicación”.
Para López Obrador, un neoporfirista icónico es Carlos Salinas de Gortari, sin embargo, Lorenzo Meyer acotó que no es el único actor que recuerda dicha etapa de la historia mexicana. Ahora, también el Ejército y la Iglesia han retomado los roles correspondientes. “Tengo sospechas de que aquí anda (la Iglesia)”, dijo antes de soltar la pregunta: “¿Es posible acabar el neoporfirismo sin violencia?”.
Cabe recordar que desde 2006, el dirigente de Morena apostó por un movimiento pacífico en contra de los personajes que usurparon el mando del país, aún en contra de las decisiones democráticas. La pregunta de Meyer no propone directamente un cambio en la estrategia loperzobradorista, pero sí exige que se piense en respuestas más concretas para atacar el problema.
Por su parte, la escritora Elena Poniatowska dijo que “la prueba de que lo que nos aqueja son los errores de los que, por lo visto, no aprendimos. No saber de historia nos condena a repetir los errores del pasado”. Tras ello, elogió las cualidades de historiador de López Obrador.
“Andrés Manuel escribe historia para transformar a la sociedad. En él, hacer historia es una inclinación natural”. Poniatowska resaltó que, a diferencia de otros personajes históricos que se rodean de intelectuales, López Obrador habla con campesinos y obreros, se pone a su servicio y ofrece lo que está en sus manos para cambiar su posición a algo más favorable. Tanto así que, después de su infarto el pasado 4 de diciembre, el tabasqueño sigue de pie, activo, “dispuesto a jugársela por México”.
Retomando ese mismo capítulo de su vida, Andrés Manuel recomendó al público cuidar su salud porque “sí existe el estrés. Yo pensaba que era una exquisitez pequeño-burguesa, fresa”. No obstante, durante los tres meses de convalecencia, tuvo tiempo para revisar su libro.
“Podemos hacer política de otro tipo. Esa es la aportación general del libro”, aseguró el dos veces candidato a la presidencia de México. Sobre Porfirio Díaz, parte importante de su investigación lo nombró “el maestro de la simulación” al grado de “reformar la Constitución para después violarla”. Esto no se aleja de la política actual, donde a través de los medios de comunicación, el gobierno priista se legitimó después de un proceso electoral claramente alterado. Al mismo tiempo, en el discurso, el Gobierno Federal en turno habla sobre democracia y demás conceptos que en la práctica se enfrentan con la represión y la violencia del Estado.
Para revertir la influencia porfiriana en el gobierno de la nación, López Obrador consideró necesario que haya democracia, honestidad, justicia y amor, “aunque a algunos no les guste, amor a la familia, a la patria, al prójimo”.
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