MEDIO: PROCESO
AUTOR: JORGE CARRASCO ARAIZAGA.
Hasta el momento la aparente lucha emprendida por el gobierno de Enrique Peña Nieto contra las secuelas de la corrupción y los montajes panistas sólo ha quedado en un espectáculo mediático-político. Los Pinos desmantela las falacias de la Operación Limpieza, libera a Florence Cassez, encarcela a Elba Esther Gordillo, recaptura al Chapo Guzmán, mata –ahora sí– a Nazario Moreno e investiga el caso Oceanografía, pero no avanza más allá en sus pesquisas, mucho menos en sus acusaciones penales. Si se empleara a fondo, la PGR debería estar apuntando a Eduardo Medina Mora, a Genaro García Luna, a Felipe Calderón…
MÉXICO, D.F: Sin estridencias políticas la administración de Enrique Peña Nieto ha empezado a ajustarle cuentas a los sexenios panistas. En apenas un año y tres meses de gobierno, de la mano del procurador Jesús Murillo Karam, ha exhibido nacional e internacionalmente a los dos anteriores mandatarios, sobre todo a Felipe Calderón.
Pero los efectos hasta ahora son más mediáticos que judiciales contra los principales responsables del gobierno pasado, a quienes ni siquiera les ha abierto procesos administrativos, mucho menos penales.
A diferencia de la inacción del expresidente Vicente Fox contra los gobiernos priistas, Peña Nieto puso en su agenda la revisión de asuntos que, al tiempo de redituarle, dejan mal parados a los panistas.
Y su gran instrumento ha sido la Procuraduría General de la República (PGR), la cual ha puesto al descubierto lo mismo redes de protección política y económica del foxismo que los fracasos rotundos, abusos y “errores” de Calderón en su costosa campaña armada contra la delincuencia organizada.
Con casos como el fiasco de la Operación Limpieza y el descrédito de los testigos protegidos que usó Calderón para acusar y encarcelar incluso a generales, Peña Nieto ha impuesto la agenda en los medios. Pero no ha ido más allá.
Salvo las actuaciones judiciales dirigidas hacia algunos empresarios protegidos de los gobiernos panistas y la principal operadora contra el PRI en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012, la expriista Elba Esther Gordillo, no ha emprendido hasta ahora acciones legales contra exfuncionarios de primer nivel, pese a las probadas responsabilidades de algunos. Sólo los ha exhibido.
Algunos priistas, como el senador Omar Fayad Meneses –del llamado Grupo Hidalgo, donde también se ubica a Murillo Karam–, quieren ir más allá para que se establezcan responsabilidades contra algunos exfuncionarios panistas y que casos como el de los narcotraficantes Joaquín El Chapo Guzmán y Nazario Moreno, El Chayo, no queden en meras pifias…
Hasta ahora Peña Nieto se ha limitado a mostrarlos como corruptos, ineficaces y abusivos…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1950 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
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