lunes, 17 de marzo de 2014

La Línea Dorada, un viaje retorcido

FUENTE: PROCESO.
AUTOR: RAÚL MONGE.

Las fallas que obligaron a dejar fuera de servicio 11 de las 20 estaciones de la Línea Dorada del Metro –lo cual sumió en el caos a las vialidades del suroriente de la ciudad– se produjeron por una serie de errores y omisiones de las autoridades capitalinas. Dictámenes de empresas especializadas advertían acerca de los riesgos de accidente por la falta de mantenimiento adecuado, pero nadie quiso hacer caso. La magna obra del sexenio de Marcelo Ebrard se vuelve ahora una pesada carga –que incluye reclamo de cuantiosos pagos atrasados– para la administración de Miguel Ángel Mancera.

MÉXICO, D.F: La noche del pasado 25 de febrero, el jefe de Gobierno del Distrito Federal (GDF), Miguel Ángel Mancera Espinosa, recibió en sus remozadas oficinas del primer piso del viejo ayuntamiento de la ciudad a su predecesor, Marcelo Ebrard Casaubón.

De lo ahí sucedido, ambos dan sus propias versiones.

Sin abundar en detalles, y en entrevista realizada en sus oficinas de la colonia Condesa, Ebrard cuenta que en dicho encuentro únicamente se abordaron dos temas: la sucesión en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y de manera colateral los problemas técnicos, legales y financieros que arrastra la Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo (Metro), la Línea Dorada.


“Tenía información de primera mano de que Miguel Ángel pretendía truncar mis aspiraciones para contender por la dirigencia nacional del PRD. Por eso lo busqué, para que me aclarara personalmente si dicha versión tenía sentido y de ser cierta, que me diera sus razones.”

Sin soltar en ningún momento su iPad, el exjefe de Gobierno capitalino prosigue: “Mancera negó todo. Me dijo que no tenía ni alentaba ningún movimiento para anular mi participación en la contienda interna para dirigir al PRD. Es más, me aseguró que él no iba a participar en ningún sentido en el proceso”.

El 80% de la conversación entre ambos, puntualiza, versó sobre la sucesión en el PRD. El resto del tiempo lo ocuparon en platicar de la controversia legal que el GDF mantiene con el grupo de constructores de la Línea Dorada –Ingenieros Civiles Asociados SA de CV, Carso Infraestructura Construcción SA de CV y Alstom Mexicana SA de CV– y que reclama desde diciembre de 2012 el pago de casi 5 mil millones de pesos por los ajustes y adecuaciones hechos al proyecto ejecutivo de la obra.

Según Ebrard, Mancera no le insinuó siquiera que tenía pensado cerrar por inseguras 11 de las 20 estaciones de la Línea Dorada, en cuyos 24.5 kilómetros se invirtieron 26 mil 274 millones de pesos, 11 mil millones más de lo previsto. Del total, el gobierno federal aportó 2 mil millones.


(Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1950, ya en circulación)

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