FUENTE: FORBES.
AUTOR: GUILLERMO BARBA.
Ningún país ha llegado a la riqueza cavando más hondo el agujero de la deuda, y sin antes haber controlado sus propios gastos.
Ayer la Secretaría de Hacienda, colocó en el mercado bonos de deuda mexicana a 7 y 15 años en euros, en los que dijo, son “los costos de financiamiento más bajos de la historia” –obtenidos por el gobierno federal– en esa moneda. La emisión total fue por un monto de dos mil millones de euros, mil millones en Bonos Globales con vencimiento en 2021 y mil millones más que vencen en 2029.
Hacienda presumió así que México es el primer país emergente en colocar al mismo tiempo un bono de mediano y de largo plazo, con la menor tasa obtenida por un emisor soberano no europeo. Y es que los rendimientos a pagar serán de solo 2.4 y 3.75 por ciento al vencimiento, respectivamente.
En su comunicado oficial, Hacienda declaró que las condiciones alcanzadas, muestran la confianza que tiene la comunidad financiera internacional en el buen manejo de las finanzas públicas y la macroeconomía del país.
Sin embargo, valdría la pena aclarar que esto no es así.
Sí, es cierto como aquí hemos ya comentado, que siempre será mejor tener un crédito a plazo largo y con tasa preferencial, que uno con mayores costos y pronto vencimiento. No obstante, el mal no se encuentra ahí, sino en el comportamiento financiero de quien se endeuda.
En su momento, cuando comentamos el bono a 100 años por mil millones de libras esterlinas que se anunció en marzo, pusimos el ejemplo de una persona que con sus tarjetas de crédito hasta el tope, decide solicitar un préstamo hipotecario sobre su casa, para con eso liquidar sus tarjetas y pagar menos intereses. Desde luego tendría una tasa mucho más baja y un plazo extendido sobre la nueva deuda. Dijimos entonces que si su patrón de consumo siempre ha sido gastar más de lo que gana, volverá a saturar pronto sus tarjetas de crédito y al final, tendrá dos problemas enormes cuando lo que quería era salir de uno.
Pues bien, eso a escala macroeconómica es lo que nos estará sucediendo. Así se ha hecho ya oficial, pues en su comunicado, Hacienda plantea como uno de los objetivos de la nueva emisión en euros, el de “extender el perfil de amortizaciones de los bonos de referencia en moneda extranjera”. Como en el ejemplo, el gobierno Federal no estará encontrando una manera de salir de las deudas, sino una de ampliarlas todavía más.
Recordemos que para este año, Hacienda misma planteó en el Paquete Económico “impulsar” el crecimiento a través de un mayor gasto y déficit públicos. La forma de financiar ese falso “estímulo” será, sí, adivinó, pidiendo más créditos. No son buenas noticias y así lo denunciamos con oportunidad el año pasado.
Ideal sería que equilibráramos nuestras cuentas con el exterior y tuviéramos ahorros públicos que permitieran generar capital a mediano y largo plazos. Claro está que en el corto, el crecimiento sería más lento, pero sólido y luego, más acelerado y sostenido. Ningún país ha llegado a la riqueza cavando más hondo el agujero de la deuda, y sin antes haber controlado sus propios gastos.
Ahora, claro que hay relativa confianza en las condiciones de México pues otros países están peor, pero debemos tener en cuenta también que no todo es mérito propio, sino que a escala mundial las tasas de interés están manipuladas a los niveles más bajos que se hayan visto jamás.
Eso propicia que por ahora tengamos mejores condiciones, pero debemos prepararnos para cuando eso cambie, las tasas de interés se disparen y entonces sí, paguemos muy caro la nueva deuda que queramos emitir. Dado que no habremos aprendido a disciplinar nuestras finanzas, estaremos en serios problemas. Es tan seguro que eso pasará como que mañana volverá a salir el sol.
Por eso, ojalá los mexicanos y nuestro gobierno, evitáramos caer en la tentación del endeudamiento sin fin –algo que por ahora se ve imposible, pues sin duda nos conduce al barranco mismo en el que estallará sin remedio, esta que es la burbuja más grande de todos los tiempos: la burbuja de los bonos soberanos.
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