FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JOSÉ GIL OLMOS.
Los habitantes del Estado de México, desesperados ante la ineficacia de sus autoridades para garantizarles seguridad, empiezan a cuestionar a los alcaldes, a la policía y por supuesto a su gobernador, Eruviel Ávila. Amenazan ya con tomar a su cargo el combate a la delincuencia porque no pueden ni salir de sus casas. El senador Alejandro Encinas, alguna vez candidato a gobernador del estado, advierte que ese alto nivel de violencia, sumado a la densidad poblacional, los cinturones de pobreza, los conflictos entre las élites políticas y la cercanía con la capital del país, hacen al coctel mexiquense potencialmente más explosivo que el de Michoacán.
CUAUTITLÁN IZCALLI, Edomex: Hasta no hace mucho tiempo este municipio estaba lleno de campos de cultivo, árboles, milpas y zanjas de agua limpia. La Facultad de Estudios Superiores de la UNAM en los campos Uno y Dos eran las principales construcciones de la zona. Pero en un par de décadas se llenó de unidades habitacionales y centros comerciales. Hoy es el municipio más violento del Estado de México y está controlado por Los Zetas, aunque se los disputa el Cártel del Golfo.
La guerra entre las bandas del crimen organizado diezma a la población. Algunos vecinos confiesan que evitan salir de sus casas, y cuando saben que hay violencia piden sus alimentos por teléfono, para no exponerse a robos, asaltos, extorsiones o asesinatos.
“La gente ya no quiere ir al centro del municipio a pagar sus servicios. Tampoco a las plazas, porque ahí roban los carros y atracan a la gente. Cuando tocan a las puertas de nuestra casa para vendernos cualquier cosa, mejor no abrimos ni contestamos porque luego nos asaltan. La semana pasada mi hijo se fue a trabajar y al llegar al Cedis –centro de distribución de mercancías– vio que dejaron ahí cuatro cabezas y mejor se regresó. Es un infierno”, dice una mujer, ama de casa, que pide no publicar su nombre.
Ubica como las zonas más peligrosas la unidad de Infonavit Norte, El Gallinero, Cofradía, San Antonio, la Aurora, Tepojaco, San Martín Tepetlixpan y Perinorte. Recuerda que el pasado 23 de febrero, en el puente peatonal cercano a la unidad habitacional militar del Campo Uno, en el centro del municipio, colgaron una manta donde supuestamente el Cártel del Golfo advertía a las autoridades que no quería problemas con ellas, y aseguraba a la ciudadanía que habían llegado para limpiar las calles de rateros, secuestradores, violadores y extorsionadores.
Dice que por eso se formó la agrupación Vecinos Vigilantes, que corren las alertas por teléfono o en las redes sociales, pero admite que esto no es suficiente.
Un hombre que vive en Cuautitlán Izcalli desde hace 25 años recuerda que desde hace seis la seguridad empezó a deteriorarse en el municipio, pero en los tres últimos, y sobre todo el último año y medio, la situación está fuera de control. Ya no puede salir a bares, a restaurantes y a veces ni al supermercado.
De acuerdo con un conteo periodístico, hasta principios de marzo se registraron 31 ejecuciones en este municipio, dejando en segundo lugar a Ecatepec (con 16), que antes fue el más violento, así como a Nezahualcóyotl (14), Naucalpan (11) y Chalco (10).
El presidente municipal Karim Carvallo argumentó que los asesinatos, asaltos y extorsiones se deben a la pelea por el territorio que libran los narcomenudistas. Pero de acuerdo con los documentos oficiales que consultó Proceso, la causa de fondo es la que existe entre Los Zetas y el Cártel del Golfo, las organizaciones delictivas que también se pelean el control de Tamaulipas, Veracruz, Nuevo León, Coahuila y Zacatecas.
De acuerdo con el diario Reforma, en el Estado de México el primer bimestre de 2014 se han registrado 160 ejecuciones, 19.3% de ellas en Cuautitlán Izcalli.
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1952 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario