FUENTE: PROCESO (REDACCIÓN)
De 2010 a la fecha, las organizaciones criminales que se disputan el control del puerto de Manzanillo –Los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación– no sólo intensificaron su presencia; también cambiaron de giro. De acuerdo con autoridades federales, la introducción de precursores químicos para la elaboración de drogas, provenientes de países asiáticos, desplazó al tráfico de cocaína sudamericana. En la actualidad, este municipio encabeza la lista en el rubro de homicidios dolosos en Colima.
MANZANILLO, COL.- Después de la muerte en 2010 de Ignacio Nacho Coronel Villarreal, quien controlaba el trasiego de drogas del Cártel de Sinaloa a través de este puerto, se generó una disputa entre cárteles del narcotráfico por el control de la plaza que colocó el año pasado a este municipio a la cabeza en la cifra de homicidios dolosos en el estado y entre los 40 más violentos del país.
En el mismo periodo, la introducción por este puerto de precursores químicos para drogas provenientes de países asiáticos pudo haber desplazado de manera significativa el tráfico de cocaína procedente de Sudamérica, según la tendencia registrada en las cifras oficiales de decomisos realizados por las autoridades federales.
Apenas unos meses después de su llegada al cargo, durante su participación en los Encuentros por la Seguridad convocados en agosto de 2010, el gobernador Mario Anguiano Moreno atribuyó los brotes iniciales de violencia en la entidad al interés de los cárteles por el puerto.
“La problemática de Colima en materia de seguridad pública –dijo– es también un tema de seguridad nacional, dada la importancia cada vez mayor del movimiento de mercancías del puerto/frontera que es Manzanillo.”
Y aunque señaló que el territorio de Colima es ruta hacia otros centros de distribución de narcóticos, también reconoció que ya es mercado para el consumo de drogas debido “al cambio en la operación del crimen organizado, que desarrolló en la venta local de estupefacientes uno más de sus negocios”.
En diciembre de 2012, en el marco de su tercer informe de gobierno, el mandatario dijo que la violencia creciente de ese año fue generada por la disputa de bandas de Jalisco y Michoacán por el mercado interno de las drogas, así como por la trascendencia de este destino turístico en la geopolítica de los enervantes.
El delegado de la Procuraduría General de la República (PGR), José Guadalupe Franco Escobar, ubica la operación de dos grupos criminales en el estado de Colima: Los Caballeros Templarios y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG). El primero es una escisión de La Familia Michoacana y el segundo surgió tras la muerte de Nacho Coronel a manos de elementos del Ejército en Zapopan, Jalisco.
Datos de la Procuraduría de Justicia de Colima confirman la información sobre la presencia de ambos cárteles en la entidad. En una comparecencia ante el Congreso local en enero anterior, el procurador Marcos Santana Montes informó que durante 2013 fueron detenidos en Colima 397 miembros de la delincuencia organizada, de los que 293 dijeron pertenecer al CJNG y 104 a Los Caballeros Templarios.
De acuerdo con el funcionario, esa cifra representa un incremento de 203% en el número de detenciones con relación a 2012, cuando sólo se lograron 131 aprehensiones de ese tipo…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1953 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario