FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: REDACCIÓN.
(29 de abril, 2014).- El poder adquisitivo de los mexicanos se ha reducido estrepitosamente en un 78.52 por ciento en los últimos 27 años, sin la opción de recuperarse, lo que ha obligado a un gran sector de la clase trabajadora a optar por la pepena de alimentos en aras de subsistir, concluyeron economistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la Máxima Casa de Estudios ubicado en la Facultad de Economía, fue el encargado de realizar el estudio con el propósito de estudiar el fenómeno del alza en los precios y la precarización del salario.
A partir de encuestas aplicadas entre el 4 y 12 de abril a la población en tianguis, mercados y supermercados de 11 estados de la república, se determinó que los mexicanos han dejado de comprar productos frecuentemente y de calidad, han incorporado a otros miembros de su familia a actividades económicas, migrado o ingresado a la economía informal.
El texto publicado en la revista Contralínea narra las dificultades que viven Lidia y su familia, a causa del pobre sueldo que percibe su marido en una fábrica de plástico, situación que la obliga a asistir todas las tardes a la Central de Abasto a recolectar frutas y verduras desechadas por no ser de primera calidad, para poder comer e incluso vender entre sus conocidos. Este tipo de prácticas, cada vez son más reproducidas entre la población debido a los problemas económicos.
Los resultados completos del cuestionario de 40 preguntas, sobre el costo de productos básicos, se darán a conocer en los próximos días. Sin embargo, el director del CAM, Luis Lozano Arredondo, adelantó a la revista algunos de los descubrimientos.
De acuerdo al economista, la caída el poder adquisitivo de 1987 a 2014, no sólo se refleja en la precarización de la calidad de vida de la clase trabajadora, sino que además se viola lo establecido en el artículo 123 de la Constitución mexicana referente a que “los salarios mínimos generales deberán ser suficientes para satisfacer las necesidades normales de un jefe de familia”, y brindar educación a los hijos, cuando en la realidad no es así.
De igual forma, se contradice lo difundido en los medios de comunicación, pues los investigadores del CAM determinaron que en los supermercados el grupo de los 38 productos que constituyen la Canasta Alimentaria Recomendable (CAR) es más costoso, incluso por 44 pesos. En este sentido, mientras en los tianguis el precio total de los alimentos es de 172.44 pesos y 193.52 en el mercado, en los “súper” es de 216.55.
Las causas de la problemática, de acuerdo con Lozano, son en gran medida las actuales políticas mundiales de sobreexplotación que consideran los sueldos un gasto, mismo que se intenta reducir lo más posible; a que la mayoría de los líderes sindicales no represan las inquietudes de los trabajadores, y a las políticas laborales adoptadas por el Gobierno mexicano en detrimentos de los asalariados.
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