FUENTE: PROCESO.
AUTOR: LUCIANO CAMPOS GARZA.
MONTERREY, N.L: Diputados de Nuevo León pidieron controlar la venta de alcohol y eliminar los grupos de aficionados conocidos como barras, que han generado más problemas que animación en los espectáculos deportivos.
El legislador panista Enrique Barrios consideró que las directivas han fallado en su misión de generar un ambiente de paz al interior de los escenarios donde se juegan los partidos de futbol profesional.
Se refirió particularmente al caso del Estadio Tecnológico, donde juega Rayados de Monterrey. En las primeras cuatro jornadas del presente torneo Clausura 2014 ocurrieron por lo menos tres incidentes violentos.
Barrios Rodríguez afirmó que los encargados del equipo han incumplido en velar por la seguridad del público, pues las peleas que han surgido en la tribuna no pueden ser contenidas por los escasos elementos de seguridad contratados para vigilar el inmueble.
“Los que organizan este tipo de eventos son muy irresponsables, por no tener las medidas necesarias. Los municipios invierten recursos en enviar elementos policiacos que deberían proveer los mismos estadios. Esto me parece muy peligroso, sobre todo cuando se vende demasiado alcohol en estos juegos y a los organizadores parece no importarles”, afirmó.
Si los propietarios de los equipos no entienden que deben asegurar la integridad de los asistentes a los partidos, el Congreso de Nuevo León analizaría la restricción de venta de alcohol, pues no pueden ser comercializadas bebidas embriagantes entre 40 mil personas sin que haya garantías para los aficionados, propuso.
“En un estadio sin alcohol, por el solo resultado del juego, también puede haber broncas, si no hay seguridad. Pero el alcohol está de la mano en esto y es por la venta abusiva. A veces las cervezas las venden dobles, obligan a la gente a comprar de a dos, en un vaso gigante. El negocio le gana al deporte”, acusó.
Pidió a los directivos atacar el problema en lo inmediato para evitar que se registren muertes, como en otras ciudades del mundo, donde se han visto riñas campales “espeluznantes”.
José Maíz entró al debate. El constructor, propietario del club de beisbol Sultanes de Monterrey, es actualmente diputado local por el PRI.
Propuso para los juegos futboleros de primera división la desintegración de los grupos de animación conocidos como barras pues, afirmó, muchos de ellos son adictos a las drogas, lo que les hace evidenciar una conducta errática.
“Eso de las barras se debe ir erradicando, o que el que no pase un cierto nivel sicométrico no pueda estar en la barra, porque desgraciadamente muchos de los que están en ella son adictos a ciertas sustancias o cosas ilegales y andan medio locos de vez en cuando. Eso necesita erradicarse”, señaló.
En la localidad se reconoce que, en el Estadio de Beisbol Monterrey, donde juega Sultanes, se vive un ambiente familiar, diferente a la atmósfera predominantemente masculina que hay en los estadios de futbol.
En la experiencia de Maiz, los aficionados a la pelota caliente en la ciudad se acostumbraron, de inicio, a observar buena conducta. Los rijosos fueron advertidos y, dice, a lo largo de más de 20 años de inaugurado el inmueble, sólo han tenido que sacar a unas tres personas por hechos violentos.
Durante los juegos de beisbol no hay barras. Los aficionados distribuidos en el estadio se organizan entre ellos para animar al equipo con los tradicionales coros de animación.
“Lo que tenemos en los juegos de beisbol son porras. Las hay hasta de muchachitas. No insultan, al contrario, dan ánimo al equipo”, señala, y propone que en los estadios de futbol se refuercen las campañas para aleccionar a los aficionados sobre la necesidad de comportarse con decoro.
El empresario beisbolero atribuye, también, el enardecimiento de la fanaticada a las arengas de los comentaristas radiofónicos del balompié, que proliferan en programas de radio. Monterrey es una de las plazas con más programas de radio dedicados al futbol.
“Muchas veces las mismas radiodifusoras provocan algo de esto. Van calentando a la gente. El ambiente sí debe ser calentado, pero hasta cierto grado, no que lleguen a cosas tan graves como esta”, dijo.
Maiz García y su correligionario Juan Manuel Cavazos presentaron el 18 de febrero una iniciativa para pedir a los municipios de Monterrey y San Nicolás, que exijan a los encargados de los estadios Tecnológico y Universitario, donde juegan Rayados y Tigres, respectivamente, que contraten un seguro médico para los aficionados.
Sobre la polémica, Rodrigo Medina, gobernador priista de Nuevo León, reconocido seguidor de Tigres, hizo un comentario, sin comprometerse, en referencia al manejo de alcohol en otras latitudes futboleras.
“Hay algunas ligas y estadios, por ejemplo en Estados Unidos, donde a cierto tiempo del juego dejan de vender, precisamente para que la gente vaya bajándole un poquito al consumo del alcohol y puedan terminar bien. puede ser una de esas medidas también, es interesante explorar”, aventuró.
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