AUTOR: REDACCIÓN.
El Presidente asistió este viernes a la 97 Asamblea Plenaria de la CEM. En un comunicado, el Episcopado refirió: "¡No nos engañemos! Si no se reforma la mente y el corazón, si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales".
En su reunión con la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el presidente Enrique Peña Nieto respondió a las inquietudes que formularon los obispos y ofreció un panorama de los resultados de las diferentes reformas estructurales que promovió desde el inicio de su gobierno.
El Episcopado le hizo específicamente 5 preguntas en un comunicado que se reproduce textual:
POR MÉXICO ¡ACTUEMOS!
Mensaje de los Obispos de México
Con mucho cariño, a todas y a todos les hacemos llegar el saludo de Pascua con las motivantes y esperanzadoras palabras de Jesús resucitado, vencedor del mal y de la muerte: ¡La Paz sea con ustedes!
Con ustedes y como ustedes sentimos gran preocupación por el futuro de nuestro País. Por eso, ante las recientes Reformas Constitucionales aprobadas hacemos nuestras las inquietudes de nuestro pueblo y nos preguntamos de qué manera serán benéficas sobre todo para los que han estado permanentemente desfavorecidos, o si serán una nueva oportunidad para aquellos acostumbrados a depredar los bienes del País.
¿Qué garantizará que la Reforma Educativa impulse un verdadero desarrollo integral para todos; una reforma en la cual se reconozca el derecho fundamental de padres y madres de familia, y la sociedad en su conjunto asuma la responsabilidad que le corresponde; y no venga a alimentar una nueva estructura burocrática que sólo defienda sus propios intereses? ¡Sin educación de calidad no hay personas, ni pueblos libres!
¿Qué garantizará que la Reforma Fiscal fomente una contribución verdaderamente justa, equitativa, corresponsable, clara, sin complejidades y que sea utilizada con honestidad y transparencia para construir un país con menos desigualdades, que favorezca el empleo digno y bien remunerado y las inversiones productivas; o será una maraña en la que puedan evadirse o esconderse quienes se benefician de los recursos del pueblo de México? ¡Sin honestidad, veracidad y transparencia los recursos seguirán siendo botín de pocos!
¿Que garantizará que la Reforma Política consolide una auténtica democracia y una real participación ciudadana que supere las artimañas de los más habilidosos para lucrar con el poder? ¡Sin verdadero amor al prójimo, sólo habrá una búsqueda ambiciosa de pedazos de poder!
¿Qué garantizará que la Reforma Energética haga que los recursos del País se inviertan para superar los graves atrasos de gran parte de la sociedad mexicana, y que las inversiones públicas o privadas, nacionales o extranjeras sean promotoras de progreso social, humano y comunitario, y cuidadosas del medio ambiente, por encima de intereses particulares? ¡Si la persona humana no está por encima del dinero, el dinero le pondrá precio a cada persona!
¿Qué garantizará que la Reforma en Telecomunicaciones ponga al alcance de todos las ventajas de la tecnología, la calidad de los contenidos y el respeto a la dignidad y privacidad de los ciudadanos? ¡Sin verdad y sin justicia los monopolios sólo cambiarán de manos, la manipulación de la opinión pública y de los contenidos la definirán los intereses dominantes!
Las reformas son necesarias para adecuarnos al presente en la búsqueda de un futuro mejor. ¡Pero no nos engañemos! Si no se reforma la mente y el corazón, si no se reforma la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad de encuentro y fraternidad solidaria no habrá reforma que nos ayude a superar las intolerables desigualdades e injusticias sociales que nos llevan a estar más atentos por la vida privada de los artistas, que por el sufrimiento de los migrantes arrojados de un tren por no tener para pagar a los extorsionadores; o a ver como estadística y nota periodística los secuestros, la trata de personas, la impune actividad del crimen organizado, las cuotas forzadas, la violencia y los cadáveres decapitados en fosas clandestinas.
No podemos acostumbrarnos a tener en la pobreza a más de cincuenta millones de mexicanos, muchos de ellos en una miseria que les condena a morir sin atención médica. Esa indiferencia cómplice en contra del valor de la vida humana, es la que hace que se festeje que miles de niños en gestación sean sacados del vientre de la madre para ser arrojados a un bote de basura. ¡Nos falta una verdadera reforma interior para que el País sea mejor!
Aunque esta visión de la parte dolorosa de nuestra realidad podría llevarnos al fatalismo que nos vende la idea que ante el mal no hay solución; que es mejor legalizarlo en la droga o transar con él en el crimen, los creyentes, y en particular los cristianos, sabemos que el camino para superar todo lo que destruya la vida o la dignidad humana, necesita siempre la entrega generosa de la propia vida.
¡Cristo venció el mal y la muerte con el poder del bien y del amor! Él nos dice: “No tengan miedo, yo he vencido al mundo”. En consecuencia los cristianos católicos no podemos rendirnos, ni sentirnos derrotados, sino urgidos a participar con la fuerza del Espíritu de Cristo Resucitado.
A todos nos urge ser positivos y propositivos. No podemos lamentar el mal sin actuar contra él. La búsqueda personal y sincera del bien, la vida familiar como transmisora de valores y de comunicación armónica, los diversos grupos e iniciativas sociales que buscan el mejoramiento de la vida política, económica, cultural, familiar, social, laboral, etc. son espacios de participación. ¡Esa participación debe ser cada vez más consciente, organizada y oportuna! No dejemos que las decisiones queden en manos de unos pocos que miran a sus propios intereses. ¡Actuemos!
Nadie esta dispensado de actuar para hacer el bien. El País es de todos; y entre todos tenemos que sacarlo adelante haciéndonos más participativos. Sin participación social nos hundiremos.
Los recién proclamados santos, San Juan XXIII y San Juan Pablo II, trabajaron en medio de múltiples obstáculos por un mundo mejor para todos, por su fe en Jesucristo y amor al prójimo. Ellos son un referente para nuestra desafiante tarea. La Iglesia mexicana seguirá contribuyendo a generar paz y unidad en nombre de Dios.
Que Santa María de Guadalupe interceda por nosotros para que Dios nos conceda la inteligencia, la sabiduría y la valentía de construir juntos un México mejor.
Por los Obispos de México.
† José Francisco, Card. Robles Ortega † Eugenio Lira Rugarcía
Presidente de la CEM Obispo Auxiliar de Puebla
Arzobispo de Guadalajara Secretario General de la CEM
… Y EPN respondió
El presidente Peña Nieto explicó que el tema energético, “sin duda significará el asidero más importante que México tenga para crecer económicamente en los próximos años. Porque hoy en el mundo entero el insumo más importante para la competitividad y para atraer inversión y generar empleo, es la energía”.
Aseguró que la Iglesia católica y el Gobierno de la República comparten el objetivo de construir beneficios y mayor calidad de vida para la sociedad mexicana.
“En México está próximo el día en que logremos crecer económicamente e imprimirle a nuestra economía un mayor dinamismo, y en este sentido, las reformas estructurales están orientadas precisamente a posibilitar este crecimiento económico”, aseguró en un comunicado la Presidencia.
Recordó que recientemente se presentó el Plan Nacional de Infraestructura 2014-2018 “el cual prevé una inversión que no tiene precedente de 7.7 millones de millones en esta administración, que estamos ya llevando a cabo”.
El Ejecutivo federal explicó que en 2013 se realizaron los ajustes necesarios para lo que el gobierno señaló como las cinco grandes metas nacionales a alcanzar durante la presente administración.
Destacó “el ánimo y la voluntad por hacer los ajustes, los cambios que por muchos años se habían postergado; y que en la visión de distintas expresiones políticas había coincidencia, porque había que hacer cambios que posibilitaran que México tuviera mejores condiciones para su desarrollo”.
Subrayó que para poder cumplirlas es que se han promovido ajustes de carácter estructural.
Asimismo, luego de detallar los objetivos de las reformas Educativa, la Financiera, la Fiscal, la de Telecomunicaciones, la de Competencia Económica, así como la Energética, señaló que mejorar las condiciones y la calidad de vida de todos los mexicanos, “es el espíritu que alienta y alimenta el trabajo de todos ustedes, y en ello coincidimos”.
El mandatario federal refrendó su respeto a los representantes de la Iglesia católica y reiteró que guarda una relación de cordialidad, de respeto y de colaboración permanente en todo aquello que permita atender estos objetivos de bienestar para la sociedad mexicana.
*Mensaje del cardenal José Francisco Robles
El viernes 2 de mayo, el cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara y Presidente de la CEM, dijo frente a Peña que “entre otros temas, la gente se pregunta en qué le beneficiarán las recientes reformas estructurales y el tiempo que tardará en que esto se vea reflejado de manera concreta en la paz, en la vida democrática, en su economía y en su progreso integral. Esta incertidumbre se ve acrecentada por las situaciones de violencia, inseguridad, desempleo y pobreza que viven muchas personas”.
No obstante, agregó, “reconocemos los esfuerzos de su gobierno y la pronta respuesta que ha mostrado ante la grave crisis de seguridad, particularmente en el estado de Michoacán, y esperamos que una estrategia integral e integradora pueda pronto devolver la paz y el estado de derecho a las comunidades que viven en condiciones francamente lamentables, sobre todo a causa de la actividad delincuencial y reprobable del crimen organizado”.
“A este drama se suma el que viven miles de mexicanos, sudamericanos y extranjeros que cruzan la frontera sur de nuestro país hacia el vecino país del norte y que son víctimas de la violencia. También no pocos nos han manifestado su desilusión ante grandes proyectos y programas de apoyo social que no se están reflejando en una mejora a sus condiciones de vida, particularmente entre la gente más necesitada. Esto se agudiza en aquellos que han sufrido las consecuencias de los desastres naturales”.
Y matizó: “Señor Presidente, de ninguna manera pretendemos desconocer los grandes esfuerzos y los avances que se han ido dando en su gestión. Queremos transmitirle lo que escuchamos de la gente de los diferentes estratos sociales, sus angustias y -permítame decirle- sus molestias. Lo hacemos con honestidad y verdadero deseo de servir. Por eso en nuestro reciente mensaje ‘Por México ¡Actuemos!’-del que con mucho gusto le entrego una copia- hemos destacado la necesidad de las reformas estructurales para adecuarnos al presente en la búsqueda de un futuro mejor, y hemos hecho hincapié en que para que esto se haga realidad se requiere una reforma de la conciencia que genere una auténtica escala de valores y nuestra capacidad personal y social de encuentro y fraternidad solidaria”.
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