FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS
AUTOR: REDACCIÓN.
La de Cuarón "no es posición conservadora, sino esclarecedora", de la reforma energética que no se debatió de cara a la ciudadanía, sostuvo la politóloga.
Analistas políticos se han lanzado contra Alfonso Cuarón, luego de que hiciera 10 preguntas sobre la reforma energética al presidente Enrique Peña Nieto, a quien también llamó a debatir; entre los argumentos que se esgrimen para criticar al cineasta están el que no vive en México, que supuestamente ya hubo un debate sobre este tema, y no es “experto” en energéticos, esto último lo comparte con el 99 por ciento de los mexicanos, incluyendo el titular del Ejecutivo, aseguró la politóloga Denise Dresser.
En la Mesa Política de MVS, defendió las preguntas de Cuarón y lamentó la descalificación que hicieron analistas y columnistas.
“Aún a la distancia, Cuarón se involucra, vive fuera de México por su carrera… en lugar, de estar filmando otra película, se preocupa por su país”, comentó.
Respecto a que sólo expertos tengan derecho a opinar, significaría dejar fuera al 99 por ciento del país, dijo Dresser; “resulta ser que ¿sólo las personas que tienen entrenamiento petrolero pueden opinar? Eso dejaría fuera a Luis Videgaray, Enrique Peña Nieto, y legisladores.
En cuanto a que ya hubo debates y foros, consideró que es “la peor justificación”, pues las preguntas se hicieron porque la mayor parte de la población no ha conocido más sobre la legislación que permitirá a empresas participar en el sector energético del país. Añadió que el debate que argumentan ya se dio, no se realizó “de cara a la ciudadanía”.
La politóloga indicó que el gobierno no ha hecho una buena labor sobre los méritos de la reforma energética, sino que todo han sido espots, incluso con una campaña de desinformación.
La de Cuarón, apuntó, “no es posición conservadora, sino esclarecedora”. Y agregó que, a su parecer, “simplemente invitar a privados al sector energético no es la panacea”.
Dresser insistió en que a Cuarón lo acompaña una preocupación genuina; “que la descalificación provenga de analistas y columnistas revela la falta de entendimiento sobre cómo funcionan las democracias verdaderas”.
Recordó que cuando Barack Obama impulsó su reforma de salud, en EU, buscó conseguir apoyo de la gente, recorriendo pueblos, tratando de convencer a estadounidenses de que apoyaran sus reformas.
Mientras tanto, en México, “tenemos un presidente que no sabe ni siquiera hablar sobre las reformas que está proponiendo”.
“No creo que Cuarón se oponga a inversión privada, pero creo que tiene enorme suspicacia de permitir inversión privada… (que conllevaría la) creación de nuevos multimillonarios mexicanos y que la reforma acabe siendo similar a aquellas durante el periodo salinista”, finalizó.
Por su parte, Sergio Aguayo consideró que cuando una buena parte de la sociedad quiere participar en los asuntos públicos, la clase política se resiste; “Cuarón nos recuerda la mediocridad o pobreza de la democracia mexicana”.
A su vez, el historiador Lorenzo Meyer indicó que un director pudo poner en entredicho la reforma que, se suponía, ya había sido debatida; y, con ello, puso en aprietos al gran poder presidencial.
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