FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: J. JESÚS LEMUS.
Hasta antes de que el Gobierno Federal entrara a Michoacán para restablecer el estado de derecho, la imagen del fundador de los grupos de autodefensa, José Manuel Mireles, era la de un ciudadano ejemplar que rayaba en el umbral del heroísmo. Bastaron 15 días de relación entre el líder de las autodefensas con la Federación, para que esa imagen se viniera abajo. A los ojos de la autoridad, Mireles pasó de héroe a villano.
Las primeras entrevistas en medios electrónicos nacionales que hablaban del doctor de un pueblo de Michoacán.
Se decía decidido a armarse para defender la seguridad de su persona, su familia y sus bienes.
La imagen mediática que se ha generado del líder de las autodefensas hoy es muy distinta.
José Manuel Mireles es ahora un rebelde que se niega a acogerse a los acuerdos para deponer las armas, que insiste en que no se ha erradicado al crimen organizado y que está llamando a un movimiento nacional de autodefensa.
El primero de una serie de desencuentros entre Mireles y la administración de Enrique Peña Nieto fue después del accidente aéreo que llevó al originario de Tepalcatepec al hospital.
Días antes el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong había visitado Michoacán para anunciar la desmovilización de los civiles armados para lograr el proceso de paz. Inicialmente Mireles aceptó los términos para deponer las armas, pero después reaccionó. Se desdijo.
Fue el inicio del rompimiento.
A partir del 13 de enero del 2014 -a casi un año de haber iniciado el movimiento de las autodefensas y a pocos días de haber entablado negociaciones con la Federación para abatir al crimen organizado de Michoacán- José Manuel Mireles dejó de estar en los planes oficiales para alcanzar la paz en el estado.
El Gobierno Federal le retiró la camioneta blindada y la escolta personal que ellos mismos le habían dado. El Consejo de autodefensas lo desconoció como vocero, lo perdonaron y lo volvieron a desconocer y hasta en la nueva Fuerza Rural Estatal se le negó su incorporación.
Mireles asegura que la causa de esa marginación y linchamiento mediático obedece a su condición de rebelde.
“Porque no me ajusto al guión que me quieren marcar, y porque no estoy de acuerdo en el circo que hacen los representantes del presidente en Michoacán”, dice.
Desde la Federación no hay argumento oficial sobre el tema. Tampoco se reconoce una campaña de desprestigio contra el fundador de las autodefensas, simplemente ya no se considera a Mireles como el líder de los civiles que se alzaron contra el crimen organizado.
La alianza con ‘Papá Pitufo’
El Gobierno Federal dejó de pensar en José Manuel Mireles para ayudar a resolver el conflicto con los autodefensas. Eligió a otro de los fundadores del movimiento, Estanislao Beltrán.
La Federación y el “Papá Pitufo’ extendieron los lazos de diálogo y lograron finiquitar la transición de un grupo de civiles armados fuera de ley a una policía rural que combate dentro del orden jurídico al crimen organizado.
Beltrán y Mireles rompieron relaciones.
El Gobierno Federal se autoimpuso el 10 de mayo de este año como fecha límite para desmovilizar a los grupos de autodefensa. Beltrán cumplió y se alineó. Se puso su uniforme azul y se convirtió en guardia rural.
Mireles no.
Él y miles de sus seguidores siguen armados y se han movilizado de la zona de Tierra Caliente, en el centro del estado de Michoacán, hacia la zona de la costa, en la parte sur de la entidad.
El líder fundador de las autodefensas asegura que no han depuesto las armas porque aún persiste el crimen organizado.
“El pulpo del crimen organizado sigue vivo. Sigue matando, secuestrando, descuartizando. No es cierto como dicen los representantes del presidente de la República que ya se terminó con los criminales. En Michoacán aún muchos delincuentes”, aseguró en una reunión con vecinos de la comunidad de la Mira, en el municipio de Lázaro Cárdenas.
Allí, en La Mira, Mireles una vez más contradijo el discurso del comisionado federal, Alfredo Castillo, y anunció que el movimiento de autodefensa no ha terminado.
Aseguró que ahora el movimiento que nació en Tepalcatepec hace más de 15 meses, será un movimiento nacional.
Que será respaldado por representantes de la sociedad civil como el padre Alejandro Solalinde, el poeta Javier Sicilia y el general José Francisco Gallardo, entre otros.
De acuerdo al anuncio de Mireles, este miércoles 28 de mayo se reunirán en la Ciudad de México.
Y será ahí en donde este movimiento que nació como una manifestación local del hartazgo de la sociedad frente al crimen organizado y a la displicencia del gobierno estatal y federal, se convertirá en una movilización nacional, que tendrá como finalidad apoyar al Gobierno Federal en el combate a la delincuencia.
“Nunca me van a poder desarmar… yo no traigo pistolas, ya ni la otra me sirve, pero le hago la lucha…”, dijo en tono de broma ante los civiles que lo apoyan en La Mira.
Aseguró que los verdaderos integrantes de las autodefensas no pueden ser desarmados, porque portan las únicas armas que no se compran con el dinero: la verdad, la justicia y la razón.
“Esas armas son las que estamos usando. No pueden con estas tres armas, porque con estas armas cayeron los imperios de Francia, dictaduras en México. Con esas armas el negro Nelson Mandela salió de la cárcel para ser presidente de su nación. Estamos armados para darles en la madre a esos cabrones que rompen las paz de nuestras familias”.
‘En la prensa también hay sicarios’
A José Manuel Mireles se le han cerrado los espacios en medios de comunicación en Michoacán.
La prensa escrita no publica las declaraciones del líder fundador de las autodefensas. Su presencia se circunscribe más bien a medios de índole nacional e internacional.
Él sabe que pocos son le medios en el estado que le pueden asegurar imparcialidad en el manejo de la información.
La desconfianza en la prensa local la ha agigantado el propio gobernador Fausto Vallejo, quien dijo en entrevista con Ricardo Alemán que “en la prensa también hay sicarios”.
Vallejo aseveró que hay indicios que apuntan a la relación del crimen organizado con trabajadores y dueños de medios en la entidad.
Con esa desconfianza, Mireles asegura que la guerra en Michoacán no ha terminado. “Mediáticamente, una parte del Gobierno Federal ya terminó la guerra ya se tomaron la foto con algunos líderes”.
En entrevista con Javier Solórzano, Mireles va más allá. Asegura que la vista de Enrique Peña Nieto a Tepalcatepec fue una decepción. Un teatro.
“Llega Peña Nieto y saca a todos los cabrones del pueblo de la cancha y mete puro militar uniformado de civil, ese es el pueblo que va a salir en la tele, pero nadie es de Tepalcatepec”, indica Mireles y agrega qué él solo sigue demandando que el presidente tenga una comunicación directa con el pueblo, sin intermediarios.
“Verá que hay muchas diferencias entre lo que le dicen y lo que es”.
Con su forma de hablar franca y directa, José Manuel Mireles lanza preguntas que no tienen respuestas.
Deja mudo al auditorio que lo escucha y lo sigue atento. El silencio se hace más grande cuando pregunta si con los discursos y los aplausos -como lo que se escucharon en Tepalcatepec la semana pasada durante la visita del presidente Peña Nieto- se va a poder mitigar el dolor de las más de 2 mil 500 viudas que dejaron los Templarios en Michoacán. Asegura que con esos discursos y esos aplausos tampoco se les va a dar de comer a los 4 mil 800 huérfanos que tiene Michoacán a causa del crimen organizado.
La otra movilización de Mireles
José Manuel Mireles reclamó públicamente este fin de semana la indolencia del Gobierno Federal, de no atender los compromisos hechos con la sociedad michoacana, antes de reclamar la desmovilización de los civiles armados.
Exigió que se libere a todo el estado de células del crimen organizado, que se restablezca el estado de derecho, que los autodefensas detenidos por portación de arma sean puestos en libertad y que se integre a todos las autodefensas a las Fuerzas Rurales Estatales, las cuales se han conformado con solo unos cuantos miembros del movimiento armado.
Mireles recriminó que el Gobierno Federal esté avalando como policías rurales a algunos que no son autodefensas.
“Unos que lo único que están defendiendo es su dinero, y creo que les ha ido muy bien, porque algunos de ellos cuando comenzaron la lucha trabajaban cortando limón y ahora son dueños como de diez huertas. Otros no tenían ni bicicleta y ahora tienen 12 camiones mineros. Ya son mineros. Otros le debía dinero a medio pueblo y ahora ya tienen 15 huertas de aguacate. Creo que estos equivocaron el camino de la lucha social”, reclama.
Esa es la razón por la que muchos autodefensas que siguen a Mireles aún se mantienen armados.
No han dejado la movilización ni se han incorporado a las policías rurales del estado.
La lucha que no termina
Por Indigo/Staff
El 20 de mayo en su visita a Michoacán, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, aseguró que los fundadores de los grupos de autodefensas, José Manuel Mireles e Hipólito Mora eran bienvenidos en la Fuerza Rural Estatal.
Dos días después, Mireles aseguró que por indicación del comisionado federal, Alfredo Castillo, el Ejército le notificó el impedimento para registrar armas y el decomiso de cartuchos, para él y sus escoltas.
El líder fundador de las autodefensas señaló entonces que ‘ni ahora ni al rato’ se registraría en la Policía Rural.
Mireles calificó como un “teatro” la visita de Enrique Peña Nieto a Tepalcatepec y aseguró que “no les seguiría el juego”.
“No me invitaron pero tampoco hubiera ido si me hubieran invitado, porque me queda claro que el señor presidente no quiere ni verme ni hablarme. Yo ya me cansé y no voy a seguir le el juego a nadie”, señaló en entrevista para el Universal.
Lo que sí seguirá, dijo, es la lucha en contra del crimen organizado en Michoacán, y para eso anunció que él y Mora participarán en el Encuentro Nacional de Autodefensas Ciudadanas que se realizará mañana 28 de mayo en el Polyforum Cultural Siqueiros, en el Distrito Federal.
Los ponentes
En el encuentro debatirá el exalcalde de García, Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, además de contar con la participación del general José Francisco Gallardo, el sacerdote Alejandro Solalinde, el obispo Raúl Vera y la periodista Sanjuana Martínez.
En la mesa de diálogo también estará Javier Livas Cantú, el senador Ernesto Ruffo Appel y el académico del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Jaime Cárdenas.
El panel se complementará con la presencia de Roberto Gallardo Galindo y Mario Segura. El evento será moderado por el periodista Javier Solórzano.
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