FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: JAVIER ESTRADA.
Habitantes de General Terán y de Los Ramones aseguran que hay intermediarios que les ofrecen comprar sus tierras en la zona donde se presentan sismos y que coincide con el área donde explotan ese hidrocarburo.
Hay un peculiar entusiasmo por la adquisición de tierras en la zona sísmica de Nuevo León, donde Pemex inició la extracción de gas shale desde el año pasado.
Pobladores y propietarios de terrenos en comunidades del municipio de General Terán, muy cerca de Los Ramones, denuncian que “coyotes”, es decir intermediarios de inversionistas, aprovechan el temor y la desesperación ocasionada por los temblores en esa área, para tratar de comprar predios a bajo precio.
Los denunciantes aseguran a Reporte Indigo que los especuladores inmobiliarios se ostentan como representantes del Grupo Allende, una cofradía de políticos y empresarios con influencia en la administración estatal del Gobierno de Nuevo León.
Las compañías de esta agrupación han sido señaladas también por acaparar la obra pública en esta entidad.
Los “coyotes” empezaron a ofrecer dinero por las tierras desde hace unos seis meses, de acuerdo con testimonios recabados en un recorrido por ranchos, ejidos y haciendas ubicadas al oriente de la cabecera municipal de General Terán.
Los especuladores han adquirido terrenos en las comunidades La Unión, La Brisa, La Corona, El Llano y Ojo de Agua, distribuidas entre 12 y 15 kilómetros al sur del pozo Nerita-1, en el vecino municipio de Los Ramones, donde Pemex extrae de la lutita el gas shale.
En esta zona, los enjambres sísmicos se han multiplicado desde la explotación del hidrocarburo, lo que según los propios habitantes de la zona, ha provocado la afectación de sus viviendas.
Sin embargo, tanto Pemex como el Gobierno del Estado rechazan que estos fenómenos estén ligadas con la extracción.
“Se han arrimado ‘coyotes’ de la gente del Grupo Allende”, dice un dueño de predios que pide el anonimato y asegura le ofrecieron comprar sus tierras.
“Pero los meros buenos no han venido aquí, sólo los han mandado para representar sus intereses”.
Según los propietarios consultados, las compraventas oscilaban en noviembre del año pasado en los 60 mil pesos por hectárea, pero en fechas recientes aseguran que los ofrecimientos son de cerca de 120 mil pesos, o sea el doble de lo que ofrecían en un principio.
El Nerita-1 se ubica en los límites de General Terán con Los Ramones, y forma parte de la Cuenca de Burgos, el yacimiento más grande de gas no asociado en México que se extiende por unos 50 mil metros cuadrados entre los estados de Nuevo León, Coahuila y Tamaulipas.
El objetivo de ese pozo es probar el “play”, un modelo que combina un número de factores geológicos cuando existen hidrocarburos acumulados en un nivel estratigráfico de la cuenca donde se perfora.
De acuerdo con el Informe Anual de 2013 de Pemex, la operación tiene el objetivo de evaluar el potencial de ese concepto, así como la productividad de aceite y gas húmedo en las lutitas carbonosas, de las cuales se extrae el shale, empleado a su vez para perforación profunda.
El reporte de la paraestatal, fechado en marzo pasado, indica que al corte de los resultados obtenidos el pozo Nerita-1 ya había alcanzado una profundidad de 4 mil 100 metros desarrollados.
En un recorrido realizado por Reporte Indigo, se constató que la perforación y extracción del hidrocarburo corre a cargo de la petrolera Schlumberger, una de las principales contratistas de Pemex.
La paraestatal menciona en su informe, como avances de enero a diciembre de 2013, otros pozos terminados en la Cuenca de Burgos y el municipio de Sabinas, donde también se evalúa el “play” no convencional de aceite y gas de lutitas.
Entre ellos enlista Chuca-1, Durian-1, Gamma-1, Nuncio-1, Kernel-1 y Tangram-1, éste ubicado en el municipio de China, que colinda con General Terán y Los Ramones.
Además del Nerita-1, el reporte constata que están en fase de perforación Serbal-1, Batial-1, Mosquete-1 y Céfiro-1.
La especulación inmobiliaria ha aprovechado la confusión y el temor de los habitantes del área, quienes viven en constante azoro por los sismos que cuartean sus casas y trastocan la vida cotidiana.
En Nuevo León, el Servicio Sismológico Nacional registró una elevación de los sismos en 2012, cuando se contabilizaron 88 movimientos de tierra, mientras que el año anterior sólo se presentaron dos.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos informó que en ese año se perforó el primer pozo para extraer shale en el estado: el Arbolero-1, que resultó productor comercial de gas seco.
A partir de entonces, empezaron a surgir las coincidencias con los temblores.
Antes de la perforación del pozo, entre enero y julio de 2012, se registraron cuatro sismos en Nuevo León, mientras que después de iniciar la operación de Arbolero-1 aumentó la cifra a 84 eventos en apenas seis meses.
Durante 2013 se perforaron en la entidad otros pozos para obtener gas shale, como Kernel 1 en Melchor Ocampo, Durian-1 en Anáhuac y el Tangram-1 en China.
Ninguno de los anteriores ha sido productor comercial de petróleo, sino sólo de gas seco.
De los meses en que empezaron a funcionar, al corte realizado el 18 de marzo de este año por el Servicio Sismológico Nacional, han ocurrido en la zona 109 movimientos de tierra en total.
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