FUENTE: REPROTE INDIGO.
AUTOR: CAROLINA HERNÁNDEZ.
El Gobierno lanza una nueva estrategia anticrimen en Tamaulipas. Secciona al estado en cuatro zonas que estarán a cargo de las Fuerzas Federales.
El gobierno dice que la violencia en Tamaulipas se ha recrudecido debido a los golpes de la autoridad contra las bandas del crimen organizado.
Las versiones extraoficiales van desde una división al interior del Cártel del Golfo (CDG) hasta una nueva guerra entre este grupo criminal y Los Zetas.
Lo único seguro es que la estrategia de seguridad no está funcionando.
Lo dijo el vocero del Gobierno del Estado, Guillermo Martínez, hace unos días en entrevista para Radio Fórmula.
“No hay gobierno estatal que pueda con una problemática de estas dimensiones”.
Lo dijeron los cientos de personas que marcharon el 11 de mayo en Tampico para exigir una solución a la violencia que se recrudeció en los últimos meses.
Y por si fuera poco, lo dijo también el diario británico The Guardian, tras publicar que la creciente ola de violencia que ha vivido Tamaulipas en las últimas semanas mantiene a sus pobladores con el mismo miedo de los peores días, del 2010, cuando los grupos criminales se disputaban el territorio.
Ayer, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong no lo dijo, pero anunció el lanzamiento de una nueva estrategia anticrimen para recuperar al estado.
Consiste en la división del territorio tamaulipeco en cuatro zonas: Frontera, Costa, Centro y Sur, las cuales estarán a cargo de mandos especiales de las Secretarías de Defensa Nacional y Marina Armada de México.
Además, el funcionario federal aseguró que habrá un mayor reforzamiento de la inteligencia y la prevención de los delitos.
Osorio Chong se paró en el mero corazón de la violencia tamaulipeca. Llegó a Reynosa poco después de medio día.
La ciudad lo recibió blindada, pero aún con sangre en las calles por el abatimiento -apenas hace unos días- de Galdino Mellado Cruz, conocido como “el Z-9”, integrante del Cártel del Golfo y fundador de ‘Los Zetas’ en la entidad.
A Mellado Cruz lo ubicaron en la colonia Las Fuentes, a donde llegaron elementos del Ejército y la Policía Federal la mañana del viernes pasado.
Las Fuerzas Federales fueron recibidas con disparos de armas de alto poder y con granadas. Ese fin de semana se reportaron otras balaceras y narcobloqueos.
Pero ayer, cientos de elementos federales resguardaron la localidad. Hubo seguridad en la autopista a Matamoros, la carretera Ribereña y en el Libramiento Monterrey.
En los alrededores del aeropuerto estuvieron parapetados elementos de la Policía Federal Preventiva y las calles de la ciudad fueron patrulladas por las secretaría de Defensa Nacional y Marina Armada de México.
Con el Parque Cultural Reynosa como escenario, Osorio Chong indicó que restablecerá las condiciones de paz y tranquilidad en Tamaulipas.
Para ello, dijo, se instalarán cuatro fiscalías especiales para recibir y atender denuncia, además, se fortalecerá la coordinación con los otros órdenes de gobierno y se redoblará la vigilancia en aeropuertos, puertos, aduanas y puntos fronterizos.
También habrá más presencia de la autoridad en las carreteras de la entidad, se intensificará la revisión y clausura de giros negros, focos de actividades ilegales y habrá depuración completa de la procuraduría estatal.
Operativos para Tamaulipas
Este no es el primer intento por recuperar la paz en un estado que se ha mantenido en guerra durante –al menos- 10 años.
Operativos y planes de seguridad han desfilado con resultados efímeros.
En el 2004, las disputas territoriales entre el cártel de Sinaloa y el cártel del Golfo (CDG) por medio de Los Zetas, su brazo armado, encendieron la mecha.
Uno de los picos más altos de la violencia fue a mediados del 2010, cuando fue asesinado el candidato Rodolfo Torre Cantú.
Ese mismo año, el presidente Felipe Calderón incrementó la presencia de elementos federales en la zona noreste del país, específicamente en Nuevo León y Tamaulipas, para brindar mayor seguridad a la población.
Lo llamó “Operativo Noreste”.
“Operativo Noreste es un despliegue de fuerzas federales para defender a comunidades más amenazadas por el crimen en Tamaulipas y Nuevo León”, señaló en aquella ocasión mediante su cuenta de Twitter.
Un año después, en febrero de 2011 Calderón anunció el reforzamiento de la seguridad en el estado con el envío de cuatro batallones más del Ejército.
La estrategia no estaba funcionando.
San Fernando y sus fosas clandestinas, Ciudad Mier y su éxodo masivo, Tampico y sus constantes balaceras, secuestros en Ciudad Victoria, narcobloqueos en Reynosa… la violencia en el estado no daba tregua.
En junio del 2012, Enrique Peña Nieto visitó por primera vez en campaña a Tamaulipas.
Para ese momento, la entidad tenía a sus dos últimos gobernadores: Eugenio Hernández y Tomás Yarrington acusados e investigados por vínculos con la delincuencia organizada.
Ahí, y el entonces aspirante a la presidencia prometió lo que todos querían.
“Emprender una política de seguridad de mayor eficacia para reducir la violencia: no más homicidios, no más secuestros, no más extorsiones”.
Ya como presidente, Peña Nieto renovó un Convenio de Seguridad del Gobierno Federal y Tamaulipas siguió trabajando de manera coordinada con las Fuerzas Federales.
En su primer informe de gobierno, el mandatario aseguró que en Tamaulipas la inseguridad había disminuido.
El año pasado, la aparición de grupos de autodefensa en Michoacán, desviaron los ojos de las autoridades hacia el sur del país. Michoacán, Guerrero, Estado de México y Morelos aparecieron en escena.
Por primera vez, Nuevo León y Tamaulipas dejaron de ser primeras planas.
Los ejes
El secretario de Gobernación anunció que la nueva etapa en la estrategia de seguridad en el estado tiene tres ejes principales:
1.- Desarticular la composición y la organización de las bandas delictivas.
2.- Sellar la ruta del tráfico ilícito de personas, sustancias, armas y dinero.
3.- Garantizar instituciones locales eficientes y confiables.
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