FUENTE: PROCESO.
AUTOR: SERGIO CABALLERO (REPORTAJE ESPECIAL)
Durante siete años el gobierno de Quintana Roo y el ayuntamiento de Cancún le bajaron el sol y las estrellas al dueño del Atlante: le regalaron la luz, el agua, le perdonaron impuestos, le remodelaron el estadio… No obstante, los Potros fueron uno de los equipos más irregulares de la Primera División y perdieron la categoría. Pese a la opacidad que campeó en los subsidios y exenciones, la administración estatal acaba de renovar su mecenazgo.
Durante el sexenio de Félix González Canto, quien gobernó la entidad de 2005 a 2011, decenas de millones de pesos provenientes del erario estatal se destinaron a beneficiar al Atlante.
Así, para que resultara más placentera la estancia del conjunto azulgrana –que seguirá jugando en Cancún, ahora en la división de ascenso– se reconstruyó el estadio olímpico Andrés Quintana Roo y su aforo fue ampliado para albergar a 18 mil espectadores.
Su cupo original era para 3 mil personas. Se dijo que la actividad principal del inmueble sería la práctica del atletismo, pero no fue así. La inversión alcanzó los 42 millones de pesos, sólo por parte del gobierno quintanarroense, y el inmueble quedó listo para el torneo Apertura 2007.
Las autoridades locales también le perdonaron al Atlante los pagos de agua potable y energía eléctrica del estadio. Esos cargos los absorbió el ayuntamiento de Benito Juárez (Cancún), propietario de dicho inmueble.
Oficialmente nunca se revelaron los costos de la electricidad consumida en el recinto, pero el alumbrado se utilizaba tanto para los partidos nocturnos del equipo como para las cuatro o cinco sesiones de entrenamiento que la plantilla realizaba ahí cada semana. Funcionarios municipales, sin embargo, declaran a Proceso que el consumo bimestral de energía rondó el medio millón de pesos. Esto significaría que la Comisión Federal de Electricidad dejó de recibir 21 millones de pesos, misma cantidad que “perdió” la alcaldía cancunense.
El club Atlante, que el pasado 18 de abril celebró 98 años de existencia, llegó a Quintana Roo de la mano del exgobernador Félix González Canto, quien gastó millones en el desarrollo del deporte profesional en la entidad. Durante su gestión, el estado también recibió a los equipos Tigres, de beisbol, y Pioneros, en el basquetbol.
Pese a las exenciones e inversiones, el Atlante tuvo un desempeño deportivo de mejor a peor. Levantó la copa de campeón en su primera temporada en Quintana Roo, luego sólo alcanzó otro par de liguillas y, al final, perdió su lugar en la máxima categoría por cuarta vez en su historia, dos jornadas antes de que finalizara el torneo Clausura 2014.
Otro modo en que el gobierno de Quintana Roo entregó recursos al equipo fue a través de las entidades de promoción turística de Cancún y la Riviera Maya. Sus logos aparecieron en la playera de los llamados Potros de Hierro. Así, la Oficina de Visitantes y Convenciones (OVC) de Cancún y el Fideicomiso de Promoción de la Riviera Maya –cuyo presupuesto procede del impuesto de 3% al hospedaje– pagaron al año, en conjunto, 6 millones de pesos al Atlante por promocionar la región, informó a finales de diciembre de 2007 el entonces gobernador González Canto.
El exdiputado y exregidor Baltazar Tuyub Castillo es una de las personas que mejor conocen la relación gobierno-Atlante. Desde el cabildo de Benito Juárez, en el periodo 2008-2010, y en la XIII Legislatura local, de 2010-2013, exigió que se aclararan los subsidios que recibía la directiva del conjunto azulgrana.
En entrevista, Tuyub asegura que ese equipo de futbol recibía 65 millones de pesos anuales directamente del Consejo para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo (Cojudeq). El excoordinador de los legisladores panistas sostiene que esa cantidad la reveló en 2012 el entonces titular de la Cojudeq, Normando Medina Castro, actual secretario del ayuntamiento de Bacalar, al comparecer ante las comisiones de diputados. “Era un negocio redondo. Fue un negocio privado con recursos públicos”, asevera.
Además, acusa que el Atlante retuvo ingresos que le correspondían al ayuntamiento de Benito Juárez. El exconcejal refiere que la Ley de Hacienda del estado, en su artículo 27, establece un impuesto “de todos los espectáculos públicos” correspondiente a 12% “del precio del boletaje”. Ese dinero supuestamente no se entregó.
Tuyub, quien presidió la Comisión de Espectáculos de Benito Juárez, expresa que el Atlante tampoco pagó otros derechos e impuestos a la comuna, como el de recolección de basura.
Y agrega: el club obtenía otros beneficios del estadio Andrés Quintana Roo, pues cobraba la renta del inmueble para conciertos musicales. “Todo iba para el equipo y nada para la alcaldía”, asienta. Ellos tiene bajo su control la administración del estadio; los permisos los dan ellos, es decir, la directiva del Atlante”.
Con el poder
El exdiputado expone que, a la larga, el Atlante se volvió un activo del PRI. Detalla que al menos 5 mil boletos se distribuían de manera gratuita a dirigentes municipales de ese partido, que a su vez los repartían entre militantes y simpatizantes priistas.
Los juegos del Atlante en el estadio Andrés Quintana Roo “se convirtieron en una especie de despensas para los militantes del PRI. Bastaba con pedir los boletos y algunos de los directivos otorgaban las entradas”.
Tuyub Castillo relata que, como regidor, se reunió en 2009 con el presidente del Atlante, Miguel Ángel Couchonal, quien lo citó “para una plática” en el restaurante Puerto Madero de la zona hotelera, a causa de las críticas que el entonces funcionario realizaba contra los privilegios del equipo.
“Le advertí que Quintana Roo no necesitaba un equipo profesional en esas condiciones, que ese dinero se requería para servicios de infraestructura, sobre todo para una ciudad como Cancún, cuyo acelerado crecimiento ha derivado en enormes rezagos”, recuerda el panista.
Tuyub también le exigió a Couchonal que el club, originario de la Ciudad de México, pagara impuestos “como cualquier persona o empresa”.
“Me dijo que el gobierno del estado y el ayuntamiento de Benito Juárez deberíamos estar agradecidos de que Cancún sea sede del Atlante, pues significaba la llegada de turismo deportivo”, rememora.
Y si bien el equipo ya no jugará en Primera Divisón, seguirá recibiendo beneficios del gobierno: El jueves 22 anunció que el equipo no se mudaría de plaza:
“La directiva del Atlante F.C. da a conocer que la institución permanecerá en la ciudad de Cancún, en la Liga de Ascenso MX. Y seguirá siendo el estadio Andrés Quintana Roo su casa en el arranque del torneo Apertura 2014”, reza el comunicado que emitió la directiva.
“El agradecimiento es con la gran afición, que acompañó en todo momento al equipo y ha mostrado su apoyo incondicional, así como al gobernador constitucional del estado, el licenciado Roberto Borge Angulo”, se lee.
El mandatario ya había adelantado la decisión, desde el lunes 19. “Lo he dicho 20 mil veces: quiero que el Atlante se quede. Es una decisión de la directiva, no del gobierno. El equipo es bienvenido en Quintana Roo”.
Paradójicamente, reveló la existencia de un acuerdo entre el gobierno y la directiva atlantista para que el equipo permanezca en la entidad hasta 2017.
Ingresos propios
Además de las aportaciones y subsidios del gobierno del estado y del ayuntamiento de Benito Juárez, el Atlante también obtuvo ingresos propios. Vendió sus derechos de transmisión a Sky en 3 millones de dólares anuales, pero su principal activo fue la venta de jugadores.
Torneo tras torneo, los azulgranas se deshicieron de emblemáticos futbolistas, situación que a la larga provocó su descenso: los argentinos Federico Vilar y Javier Muñoz Mustafá, campeones con el equipo en 2007, fueron enviados al Morelia y al Santos, respectivamente.
Una de las negociaciones más dolorosas para la afición azulgrana fue la venta en paquete al club América del canterano Christian Hobbit Bermúdez –también campeón de 2007–, el portero Moisés Muñoz y el mediocampista Oswaldo Martínez, que juntos le redituaron al equipo de Burillo 8.5 millones de dólares. Previamente, Miguel Herrera, el actual entrenador de la Selección de México, abandonó el conjunto azulgrana para encabezar el proyecto americanista.
En su historia reciente, el Atlante dio campanazos con contrataciones de extranjeros que llegaron como desconocidos pero se convirtieron en cracks en las filas de los Potros de Hierro: el chileno Sebastián González Chamagol, el colombiano Luis Gabriel Rey y el propio Vilar.
Ya en Cancún, la directiva acertó con las contrataciones de los delanteros Giancarlo Maldonado, de Venezuela; Johan Fano, de Perú, y Esteban Paredes, de Chile. Todos ellos obtuvieron el título de goleo. Del otro lado, falló al adquirir al español Valdo, quien recibió un salario de 1 millón de pesos al mes y sólo jugó 55 minutos en todo el torneo; y al argentino Santiago Solari, contratado expresamente para el Mundial de Clubes. Este jugador llegó en la recta final de su destacada carrera, después de pasar por equipos como el Real Madrid. Sin embargo, en el Atlante perdió la chispa y se olvidó del futbol.
Otras pifias fueron Sebastián Oso Mayar, quien no jugó siquiera un minuto; el peruano Reimond Manco, expulsado del club tras fingir un secuestro después de una noche de parranda; Cristian Maidana; David Quiroz, y el argentino Joaquín Larrivey.
A lo largo de sus 14 torneos en Cancún, el Atlante ha sido dirigido por 11 entrenadores. El equipo llegó a esta plaza de la mano del técnico José Guadalupe Cruz, quien condujo a los Potros al campeonato del Apertura 2007. Jugó dos veces la Copa de Campeones de la Concacaf, de las cuales ganó la edición 2009 y, con ella, el derecho a participar en el Mundial de Clubes, donde terminó en la cuarta posición.
Cruz fue despedido luego del torneo Bicentenario 2010, donde el Atlante sólo alcanzó 15 puntos. Desde entonces el desfile de entrenadores ha sido constante: René Isidoro García, Eduardo Bacas, Miguel Herrera, Mario García, José Luis González China, Ricardo La Volpe, Daniel Guzmán, Wilson Graniolatti, Rubén Israel y Pablo Marini.
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