FUENTE: PROCESO.
AUTOR: CARLOS ACOSTA CÓRDOVA.
Es decir, le tiene sin cuidado que el Banco Mundial (BM) haya bajado, el 10 de junio, a 2.3% –desde 3.9%– su pronóstico de crecimiento de la economía mexicana para este año.
Sin cuidado le tiene que apenas la semana pasada el Banco de México (Banxico) haya anunciado que bajará aún más el rango de crecimiento del PIB en 2014, que hizo el 21 de mayo, de entre 2.3 y 3.3% –desde 3 a 4% previo–, en virtud de que la desaceleración de la economía nacional en el primer trimestre del año fue más profunda de lo que todo mundo pensaba: apenas creció 0.28% respecto del trimestre previo y 1.8% en relación con el mismo periodo del año anterior.
Y, simplemente, ignoró que el llamado “consenso” de analistas –una treintena, entre grupos financieros, corredurías, especialistas en análisis macroeconómico, nacionales y extranjeros– apunte más hacia 2% que a 3% la expectativa de crecimiento de la economía mexicana en 2014.
Nada inmuta al secretario de Hacienda.
La economía va viento en popa, sugirió hoy en una conferencia realizada durante un receso del Foro Internacional de Inclusión Financiera, que se celebró este jueves en Palacio Nacional, al que acudió como invitada especial Christine Lagarde, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Nosotros no modificaremos nuestro pronóstico, si es que lo llegáramos a modificar, antes de que se conozcan las cifras del PIB del segundo trimestre, que esto ocurrirá por ahí del 20 de agosto”, dijo un ufano Videgaray.
El funcionario apoyó su dicho en que “las cifras recientes que tenemos de la economía apuntan, como lo hemos dicho, a una aceleración del crecimiento tanto en el segundo trimestre como hacia la segunda mitad del año”.
Luego ejemplificó con varios datos ese presunto repunte económico. Uno de ellos, el avance de 2.9% anual de la economía en abril, medido a través del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE)… luego de una caída de -0.6% en marzo.
Otro, el crecimiento de las ventas al menudeo, informado por el INEGI, coincidente con el reporte de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD), de que también crecieron sus ventas en mayo.
Por último, que también en ese mes creció en 3.2% el empleo formal, registrado por el IMSS.
Echado para adelante pues, Videgaray aseguró: “El conjunto de las cifras que estamos viendo para los meses de abril y de mayo son claramente consistentes, incluso algunas de ellas mejor de lo que esperaba el consenso de los analistas con respecto al desempeño económico”.
Por eso, insistió: “Nuestro pronóstico sigue siendo el 2.7% que implica una aceleración importante con respecto al crecimiento del primer trimestre”.
Y sin que mediara pregunta alguna, aprovechó para sugerir que si la economía mexicana tuvo un comportamiento mediocre, con una desaceleración inesperadamente más profunda en el primer trimestre de este año, no fue culpa ni de la Secretaría de Hacienda, ni del gobierno, ni del país, ni de los mexicanos… sino de Estados Unidos.
Lo dijo así: “Las cifras revisadas de crecimiento (económico) de los Estados Unidos en el primer trimestre –que creo han sorprendido a todos–, de una caída muy abrupta de 2.9%, explican en buena medida por qué tuvimos en México un arranque lento, particularmente en la industria manufacturera y en aquellas que están relacionadas a las cadenas de valor de la integración norteamericana.
“Lo que se espera en los Estados Unidos es un repunte importante en el segundo trimestre y en el resto del año, lo cual también, junto con lo que he comentado ya, de una aceleración en el empleo y en el consumo interno (en México), nos provoca una mejor perspectiva para el resto del año, que sigue siendo claramente consistente con nuestra estimación de crecimiento económico”.
En pocas palabras, sólo creceremos si Estados Unidos crece.
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