FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
AUTOR: MAJO SISCAR.
Casi seis millones de mexicanos sufren alguna discapacidad. Las telecomunicaciones son una herramienta fundamental para normalizar su acceso a la información, pero la nueva legislación en la materia no contempla todo lo necesario para que las nuevas tecnologías les sean accesibles, según denuncian activistas.
Lucero es ciega de nacimiento así que usa las computadoras de escritorio a través de un lector de pantalla y todos sus dispositivos móviles son de la marca Apple, totalmente accesibles para personas con discapacidad visual a través de programas de voz y lectores videodescriptivos.
Pero Lucero es un caso atípico dentro del más del 1.6 millones de ciegos o personas con severas limitaciones visuales que hay en el país. Hizo la primaria en una escuela de ciegos donde aprendió a leer y escribir en braille y cuando accedió a una secundaria generalista le compraron una máquina de escribir para que sus profesores pudieran leer sus trabajos.
A los 15 años, una tía que trabajaba en la UNAM descubrió que había unos lectores de libros con los que pudo seguir estudiando mucho mejor hasta concluir la preparatoria. Se graduó de locutora profesional. En 2001 trabajó en una empresa de publicidad donde su jefe instaló un software que leía el sistema operativo de la computadora y le ensanchó el mundo. Desde entonces ha trabajado en agencias de comunicación y bancos, es consultora freelance y está escribiendo su primer libro, después de haber participado en otro con la ilustradora venezolana MenenaCottin. Asegura que las nuevas tecnologías han sido su manera de conectarse con su entorno, porque las lecturas disponibles en braille son mínimas.Aún así, la mayoría de las páginas web todavía no cuentan con los estándares de accesibilidad que permiten que su lector de pantalla la lea bien. Por ejemplo, de entre todas las páginas del gobierno federal, solo la del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) es verdaderamente accesible.
Ahora, la iniciativa legislativa en materia de telecomunicaciones, conocida como Ley Telecom, tampoco contempla como principio la accesibilidad. Aunque reconoce que las páginas webs gubernamentales se adaptaran en base a “los lineamientos establecidos en la Estrategia Digital Nacional”, esta no habla de cómo hacer páginas o portales accesibles a ciegos . Solamente habla de accesibilidad en términos de cobertura e infraestructura, nada que ver con los estándares internacionales para personas con discapacidad recogidos en la pauta W3C, que marca los estándares para la web.
Para Katia d’Artigues, activista por los derechos de las personas con discapacidad, “la accesibilidad de las páginas web es buena para todos, porque un diseño más sencillo será más fácil para cualquiera”. El mismo Conapred, afirma, cuando hizo accesible a ciegos su página duplicó las visitas. “Esa accesibilidad ya está en las leyes de no discriminación, no es una cuestión de caridad. Además la accesibilidad es un derecho llave para otros más”.
En México 5.1% de la población sufre alguna discapacidad, es decir 5 millones 739 mil personas según la última medición del Inegi, en 2010. Sus derechos están contemplados en el artículo sexto de la Constitución y el Gobierno ha firmado la Convención de los Derechos de las Personas con Discapacidad en la que se compromete a asegurar la igualdad de oportunidades. Sin embargo, ante la primera propuesta de Ley Telecom organizaciones sociales y activistas tuvieron que movilizarse para conseguir que esta tercera versión que se va a discutir los próximos días, incluya ya un capítulo para “promover el acceso a los usuarios con discapacidad a los servicios de telecomunicaciones”. Aún así, no solo se olvida la accesibilidad de páginas web, sino que también se dejó de lado otro punto toral: la adaptación de los canales de televisión.
El articulado se limita a decir que las emisoras contaran con algunos servicios de subtitulado en algún “segmento” de la programación noticiosa, haciéndolos así receptibles para personas con discapacidad auditiva. Pero, ¿y los ciegos? Lucero Márquez exige que se obligue a las tiendas de electrodomésticos a tener al menos un modelo de aparatos de televisión accesible que decodifica las imágenes en audio. Por otro lado, D’Artigues cuestiona que solo sean algunos segmentos. “¿De qué sirve un noticiero en lengua de signos a las 3 de la madrugada? Y aunque sea en horarios comerciales, ¿qué pasa con el resto de la programación? ¿Las personas sordas y ciegas no tienen derecho al ocio, al entretenimiento?” se pregunta la activista y periodista. Para ello pide el doblaje al español obligatorio, el subtitulaje en español, la incorporación de la lengua de signos mexicana en algunos programas y la obligatoriedad a los concesionarios de telefonía celular a incorporar aparatos accesibles más económicos que los de Apple.
En otros países, como Estados Unidos, hay legislaciones desde la década de los 90 que obligan a incluir subtítulos y video descripción a todas las cadenas televisivas, incluidas la propia Televisa y TV Azteca en sus emisiones en el país vecino.
Estos son los puntos básicos que exigen la investigadora Clara Luz Álvarez y la defensora Katia D’Artigues en su carta al Senado, para que la Ley que se discutirá la semana que viene reconozca los derechos de los discapacitados, pero como recuerda d’Artigues “se puede hacer mucho más”.
Ambas proponen que se creen Centros de Relevo como los que existen en Colombia o Paraguay, que permiten a las personas sordomudas, a través de una operadora, convertir en voz mensajes de texto y a la inversa para poder hablar por teléfono. También demandan casetas públicas entre 90 y 120 centímetros para que las personas de baja estatura o en sillas de rueda puedan utilizarlas. Que las teclas estén en braille o que haya un teléfono de emergencia con servicios de geolocalización para aquellos con dificultades en el habla. Las escuelas públicas deberían contar con equipos de cómputo para ciegos y más personal de apoyo para niños con discapacidad.
Marquez recuerda cómo ella cargaba libros en braille y una caja enorme para matemáticas. Ahora asegura que un niños ciego puede estudiar con normalidad “tan solo con un iPad”.
“Yo tuve un golpe de suerte y encontré esa información pero no toda la gente corre con la misma suerte. Si tanto Peña dice que México para todos, entonces accesibilidad para todos, que también haya computadoras para personas con discapacidad, que le abran a uno las puertas para estudiar, y no le discriminen, que haya computadoras con lector de pantalla, son nuestros útiles escolares. El gobierno debe generar condiciones accesibles para todos. Si el gobierno nos incluye, la sociedad paulatinamente lo hará. Pero hay falta de voluntad”, concluye.
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