FUENTE: REVOLUCIÓN 3.0
AUTOR: Janine González Páez.
¿Cómo es que el egoísmo y la insensibilidad se han apoderado del país? México descansa sobre masacres, México avanza sobre robos millonarios, México camina sobre corrupción, México funciona elementalmente con violencia desmedida. Los fraudes electorales más descarados han ocurrido en las narices de los ciudadanos, pero… por supuesto que nada de lo anterior tiene relevancia, si se llevan 3 horas atascado en el tráfico, porque unos “loquitos” tuvieron la descarada idea exigir democracia.
En este especial de crímenes del PRI, recordamos el 2006, año en el que este partido político fraguó una estrategia con el PAN, para obtener el triunfo de Felipe Calderón Hinojosa… “haiga sido como haiga sido”.
“El fraude, el gran fraude, ya estaba allí entre nosotros, desde mucho antes del 2 de julio.” Fernando del Paso.
Este fraude electoral no hubiera sido posible sin sus leales aliados, los medios de comunicación. Jenaro Villamil y Julio Scherer I., explican en su libro “La guerra sucia de 2006”, un desvío de recursos públicos para llevar a cabo una campaña de odio y miedo sembrados en la población mexicana, contra el candidato del PRD Andrés Manuel López Obrador. 1700 millones de pesos invertidos en la promoción de la continuidad del gobierno de Fox. El PAN erogó un monto de 895 millones para spots en radio y TV, (más de lo que se reportó al IFE). PAN gastó 315 millones en imagen para su candidato. La dirección Panista, destinó 47 millones para la campaña contra “El peligro para México.” 77 millones que Demetrio Sodi invirtió en denostar al Gobierno Capitalino, el Consejo Coordinador Empresarial 136 millones, JUMEX 13 millones, la Asociación Ármate de Valor usó 30 millones para spots de comparación con Chávez, Sabritas 16 millones.
Una herramienta fríamente calculada y pactada desde las entrañas del PRI y el PAN, pues a través de alianzas estratégicas se acordó dejar al candidato Roberto Madrazo en tercer lugar. Así lo explica un cable confidencial con fecha del 4 de mayo del 2006, en el cual Manuel Espino, presidente nacional del PAN en ese entonces, pactó con los “gobernadores rebeldes” del PRI, que ayudaban “secreta pero activamente” a Felipe Calderón. El cable sostenía las conversaciones de Espino, hablando de una gran felicidad por “erosionar a AMLO” por medio de su acuerdo con Madrazo.
Pero este especial no puede dejar fuera a la clave que movió fibras esenciales para que el fraude se consumara, Elba Esther Gordillo. Arturo Cano y Alberto Aguirre en su libro “Doña Perpetua”, narran el pacto Gordillo-Calderón, acto que concluyó en una cantidad decisiva de votos para que el candidato blanqui-azul fuera declarado ganador. Los periodistas describen la noche anterior a los comicios del 2006, en la que Juan Camilo Mouriño recibe una llamada de Felipe Calderón pidiéndole que se coordine con la gente de “La Maestra”. Estaban dispuestos a operar para otorgarle medio millón de votos.
La ex líder sindical de los maestros, además, fue la que trabajó el apoyo de los gobernadores del PRI hacia el PAN. Una famosa llamada telefónica entre el ex gobernador de Tamaulipas, Eugenio Hernández Flores, y “La Maestra”, fue grabada y expuso los tratos que se llevaron a cabo. La señora, moviendo sus relaciones, llamaba específicamente a los funcionarios para aconsejarles “cómo actuar” ante la caída del PRI y saber “vender lo que tengan” a Felipe Calderón.
En las encuestas, Andrés Manuel López Obrador arrasaba por mucho. Aún con campaña de odio, aún con tanto dinero invertido en denostarlo. El candidato del PRD empezó la campaña como la terminó, arriba de Felipe Calderón por 14 puntos. Fue así como con los resultados otorgados de las elecciones, en contraste con la investigación previa, demuestran la ayuda del PRI para consumar el indiscutible fraude electoral del 2006. 15,000,284 (35.89%) para el PAN, 14, 756,350 (35.33%) para el PRD y 9, 301,441 (22.26%) para el PRI. Éstas fueron las cifras que enardecieron las masas.
Cientos de miles de mexicanos expresaron su indignación, personas de toda la república viajaron al zócalo capitalino para exigir el recuento de los votos. “A nosotros ya nos han robado todo, no tenemos nada que perder. Si nos tenemos que ir a los madrazos, nos vamos a los madrazos.”, un campesino expresó en el plantón que convocó AMLO. Los jóvenes, con sus guitarras eléctricas y sus bandas de rock, manifestaban su coraje por otro robo descarado. Los rostros de la gente que apoyó la movilización, gritaban un “nunca más”. Mientras tanto, se vivía un ambiente de lucha y hermandad. Lección que tendría que quedar marcada en la cabeza de los mexicanos, pues al contrario de aprovechar ésta información para indignarse y exigir lo que les corresponde, se someten a un sistema que les dicta rebelarse contra las horas de tráfico que los manifestantes “sin razón”, les hacen pasar.
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