AUTOR: REDACCIÓN.
(29 de julio, 2014).- A pocos días de que entre en vigor la Gendarmería Nacional, según lo anunciado anteriormente por el gobierno federal, un informe publicado por el Centro de Estudios Fundar México, que analiza este tipo de cuerpos policiales, da cuenta de los yerros que desde su concepción, colocan a uno de las iniciativas estrella de Peña Nieto en un escenario difícil para contribuir a una mejor seguridad.
“El debate entre políticas de seguridad, democracia y derechos humanos: El caso de la nueva Gendarmería Nacional”, es el nombre del estudio realizado por el experto en Derechos Humanos, Miguel Moguel, quien analiza la justificación con que fue pensada la corporación, el conflictivo entorno en que fue concebida, así como los problemas que afronta en pos de reducir la inseguridad.
Anunciada por el entonces candidato presidencial del PRI, en 2012, y cuando la ola de asesinatos calderonistas mostraba sus números más bajos, la Gendarmería, si bien fue considerada una triquiñuela propagandística, también apuntaba como una opción alterna a la fuerzas enfocadas en actividades de seguridad nacional, así como el primer esfuerzo por eliminar la dependencia de las Fuerzas Armadas (Sedena y Marina).
Contrario a los 40 mil hombres contemplados en un principio para disminuir la carga de trabajo a los castrenses, quedó finalmente en 5 mil elementos, que como apunta InSight Crime y Moguel, difícilmente podrán modificar los factores determinantes de la inseguridad en el país.
Independientemente del tamaño, los errores conceptuales podrían afectar el impacto positivo de la Gendarmería, según el especialista de Fundar. Uno de las pifias señalas es la militarización de la seguridad nacional toda vez que como se ha informado, muchos de los integrantes procederán de Policía Federal, una dependencia con tintes castrenses debido a la formación de sus miembros.
En el caso de que el novedoso cuerpo de seguridad llegase a desplazar al Ejército en las tareas de seguridad, todavía es incierta la desmilitarización del conflicto que aqueja al país desde el sexenio del Calderón, tal como espera la mayoría de los mexicanos.
Un punto de preocupación señalado por Moguel, es el poco interés que muestra la Gendarmería para con la procuración de los derechos humanos, toda vez que se ha documentado numerosos abusos a cargo de elementos de seguridad, que incluyen asesinatos extrajudiciales, tortura y desapariciones forzadas, mismas que abonaron al repudio general contra Calderón.
Otra de ellas, radica en la falta de una diferenciación contundente entre su forma de operar y la de otras dependencias de seguridad, ya como menciona el informe, en México son muchas las fuerzas de seguridad que han sido señaladas de incorruptibles y terminan contaminadas con este cáncer sin importar que tan a prueba se haya concebido, pues son igual de susceptibles al entorno que las otras.
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