AUTOR: VERÓNICA ESPINOSA.
Este es uno de los primeros casos en los que el amparo sirve para defender a la víctima del delito. “Representa un precedente en justicia para las víctimas y en sentencias con perspectiva o visión de género, en delitos cometidos contra mujeres”, destacó el director de la Clínica de Interés Público del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), Javier Cruz Angulo.
Al reconocer la labor del Poder Judicial de la Federación, Cruz Angulo explicó que éste “reparó una gran injusticia”, debido a que en el caso de Lucero, como en el de otras mujeres víctimas de violencia, “se había normalizado la violencia de género, y jueces y ministerios públicos que conocieron en un principio del caso reconocieron que un hombre que aceptó que cometió un delito gravísimo pudiera salir bajo el argumento de abusos erótico-sexuales”.
Antonio Caballero, también abogado de esta Clínica –a cargo de este amparo en representación de Lucero– señaló que técnicamente, “las víctimas han tenido muy poca voz en los procesos penales, y particularmente las mujeres, que suelen aparecer silenciadas”.
Pero con este juicio de amparo resuelto en favor de Lucero, se muestra que la voz de las víctimas “puede ser escuchada perfectamente bien.
“No es una negociación de qué te pasó y yo voy a decidir, sino que los hechos que narre la víctima se deben ajustar perfectamente a la clasificación jurídica que corresponde”, señaló Caballero.
El amparo fue inicialmente solicitado por los abogados de la Clínica para que la justicia estatal reclasificara los delitos cometidos en agravio de Lucero, por tentativa de violación y privación ilegal de la libertad.
El juez Arturo Padrón determinó otorgar el amparo a Lucero y ordenar la reclasificación en una sentencia con perspectiva de género que revisó los hechos y la consignación hecha por el MP. Posteriormente, los abogados del agresor interpusieron un recurso de revisión en contra del fallo del juez de Distrito I, mismo que se atendió hoy en el Tribunal Colegiado.
Esta resolución ratifica la defensa asumida desde un principio en favor de la joven por los abogados de la Clínica y el Centro Las Libres, luego de que Lucero fuera atacada por Miguel Ángel Jasso Manríquez en septiembre del 2013, y éste intentó forzarla a sostener relaciones sexuales.
Los abogados del CIDE señalaron una serie de omisiones y fallas en perjuicio de Lucero, desde la integración de la carpeta de investigación por parte del MP, así como en la audiencia de vinculación en la que inicialmente Miguel Ángel Jasso fue acusado solamente de lesiones y abusos erótico-sexuales, ambos delitos no graves.
El caso de Lucero también derivó en una queja que resolvió la CNDH, en la que se instó a los titulares de la PGJ, de Salud y de la SSP local a ofrecer una disculpa pública a la joven, por haber violentado sus derechos después de que fue víctima de la agresión sexual de Jasso Manríquez y a lo largo del proceso judicial.
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