jueves, 25 de septiembre de 2014

Allá los multan, acá ¿los perdonan?

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: JONATHAN VILLANUEVA.

La mina Asarco de Grupo México, localizada en El Paso, Texas, provocó un desastre ambiental, por lo que las autoridades de Estados Unidos le impusieron una multa de mil 790 millones de dólares. En nuestro país, el gobierno aún no determina la sanción por lo ocurrido en el Río Sonora.


IMAGEN TOMADA DEL SITIO WEB
DE REPORTE INDIGO.
La poderosa compañía minera Grupo México ha construido su imperio con base en dos tipos de leyes: las que sí se hacen valer y las mexicanas, que para este caso, son consideradas como laxas.

En el primer grupo están las normas ambientales de Estados Unidos, que para permitirle operaciones en El Paso, Texas, le impusieron una multa de mil 790 millones de dólares.

Mientras que en territorio nacional la dejan laborar con normalidad, sin importar que en su historial destaca la muerte de 419 mineros y una larga lista de afectaciones ecológicas y daños a la salud.

Esos son los contrastes a los que se enfrenta la empresa de Germán Larrea Mota-Velasco, quien es considerado el segundo hombre más rico de México.


En el vecino país del norte la multa fue ejemplar y atendida a cabalidad. En México, simplemente nada lo detiene, ni la muerte de 65 mineros en Pasta de Conchos, ni el derrame tóxico más importante de la historia.

Al grado que la mina Buenavista del Cobre,causante del derrame de sustancias toxicas en los Ríos Sonora y Bacanuchi, no ha suspendido operaciones y tampoco pagado una sola multa.

Al principio se hablaba de quitarle la concesión, de suspenderle actividades e implementarle una sanción de hasta mil millones de pesos. Pero todo ello parece ir diluyéndose para quedar en el olvido.

Por eso, la Comisión Investigadora de este caso en la Cámara de Diputados, valora citar a comparecer al secretario del Trabajo y Previsión Social, Alfonso Navarrete Prida, para que explique los pormenores de las posibles sanciones.

De acuerdo con la diputada federal por el Partido del Trabajo, Lilia Aguilar, no hay claridad en el tema; tampoco en los montos que se supone destinará Grupo México para la creación de un Fideicomiso que mitigará los daños ocasionados.

“No sabemos quién lo va a administrar, para qué rubros se va utilizar el dinero, la cantidad exacta y la fecha en que Grupo México entregará los recursos que anunció el Gobierno Federal”, declaró Aguilar.

Ya pasó un mes desde que se detectaron las afectaciones en los alrededores de la mina, y cinco días de que las autoridades del estado de Sonora encontraron un nuevo derrame de tóxicos, sin que se tomen medidas en contra de la empresa. 

Y es que el domingo pasado, el encargado de despacho de la Unidad Estatal de Protección Civil de esa entidad, Carlos Jesús Arias, informó que se detectó un nuevo derrame de químicos de la mina Buenavista del Cobre, que va rumbo a Arizona.

En cambio, la mina Asarco, propiedad de American Mining Corporation, subsidiaria de la empresa de Larrea, tuvo que cerrar sus puertas durante más de cuatro años, hasta que se comprometió a pagar 2 mil 200 millones de dólares a sus acreedores.

El rigor de la ley

La empresa minera de Germán Larrea tuvo que pagar al Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica una multa de mil 790 millones de dólares por daños ambientales provocados por la mina Asarco, y un cúmulo de deudas con sus acreedores.

Esa cantidad representa cerca de 23 mil 628 millones de pesos. Que es superior en más de 10 veces a la sanción propuesta por el Gobierno Federal a Grupo México por el derrame de tóxicos en los ríos  Sonora y Bacanuchi.

A principios de este mes, Juan José Guerra Abud, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), informó que el fideicomiso es una aportación independiente a las multas que determinen las autoridades.

Esa cantidad asciende a 2 mil millones de pesos, que se sumarían a los 40 millones de pesos que la  minera tendría que pagar como multa, de acuerdo a la Ley de Responsabilidad Ambiental.

Asarco LLC es una compañía que data de 1887, año en que comenzó en Estados Unidos la producción de  plomo, zinc, antimonio, cadmio y cobre.

De acuerdo con la información recabada por especialistas por más de un siglo, la mina enfrentó sus primeras demandas por daños ambientales y a la salud desde la década de los 70.

Asarco abandonó el procesamiento de plomo, zinc, antimonio y cadmio en 1980, y en 1999 detuvo su funcionamiento por tiempo indefinido. Tiempo en el que acumuló una serie de deudas.

Toma el control

En dos años, de 1999 al 2001, Grupo México adquirió la mayoría de las acciones de Asarco LLC través de su filial American Mininig Corporation, y se declaró en bancarrota; tuvo que enfrentar un largo juicio. 

En el 2002, la empresa buscó reiniciar labores; intentó renovar permisos para su fundidora, pero se encontró con una férrea oposición que acusaba un alto nivel de contaminación en Texas y Ciudad Juárez.

En el 2009, el juez federal de distrito, Andrew Hanen, en Brownsville, Texas, aprobó un plan de más de 2 mil millones de dólares que le devolvió el control de la firma a la compañía mexicana y el pago de una multa.

Fuentes oficiales detallaron en ese entonces, que parte del plan para sacar de la bancarrota a Asarco consistió en pagar daños ocasionados en los últimos años y la prevención de futuros afectaciones a más de 80 zonas contaminadas por las operaciones de minería en 19 estados.

“Nuestros esfuerzos combinados resultaron en la mayor recuperación de fondos para compensar por la limpieza pasada y futura de materiales peligrosos en la historia de la nación”, dijo el fiscal general asociado, Tom Perrelli, mediante un comunicado.

Actualmente, Grupo México aún realiza labores de limpieza y regeneración ambiental en diversos estados de la Unión Americana y atiende las demandas laborales y reclamos por pagos de comisiones de sus abogados, según los reportes oficiales.

Como parte de sus actividades, la empresa filial de Grupo México también ha aceptado multas por descargar ilegalmente, agua contaminada al río Gila en diversas ocasiones.


‘Empresa que genera muerte’

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