AUTOR: JESUSA CERVANTES (REPORTAJE ESPECIAL).
El asesinato del diputado Gabriel Gómez Michel evidenció la debilidad del Poder Legislativo: es fácil atentar contra sus integrantes –representantes de miles de mexicanos y garantes de la institucionalidad– y es fácil corromperlos. Las historias se multiplican. Hay legisladores secuestrados, prófugos, denunciados, con familiares que han sufrido ataques o que están vinculados con el crimen organizado…
IMAGEN TOMADA DEL SITIO WEB DE PROCESO |
Esta es la opinión de Silvano Aureoles Conejo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, para quien el caso obliga a que los órganos de inteligencia y la Secretaría de la Defensa Nacional investiguen a todos aquellos que aspiren a puestos de elección popular. De lo contrario, dice el perredista, “no vamos a quitarles la tentación” a las bandas delincuenciales de “penetrar en los poderes del Estado”. Y revela: “Esa es la magnitud del poder alcanzado por los grupos delincuenciales”.
Originario de Michoacán, uno de los estados con mayor presencia y evidencia de infiltración del crimen organizado en la estructura gubernamental, Aureoles revela que, después del asesinato de Gómez Michel, otros legisladores federales han sido amenazados de muerte. De hecho, Proceso pudo confirmar el levantón y liberación de otro diputado federal días antes del ataque perpetrado en Jalisco.
A lo anterior se suman secuestros y atentados contra legisladores que representan los distritos de mayor virulencia en Guerrero, Michoacán, Estado de México y Jalisco.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 1978, ya en circulación)
No hay comentarios:
Publicar un comentario