Fue acusado de delincuencia organizada, acopio de armas de uso exclusivo del Ejército, y delitos contra la salud. Al final se comprobó su inocencia.
El migrante hondureño, Ángel Amílcar Colón, quedó en libertad el jueves de esta semana, tras permanecer casi 6 años preso en una cárcel de máxima seguridad, el Centro Federal de Readaptación Social No.4 Noroeste en Tepic, Nayarit.
Para Amnistía Internacional, su caso es emblemático de un nuevo esquema de violación de derechos en contra de las personas migrantes. “Las autoridades buscan incriminar a este grupo de población vulnerable para aparentar una supuesta respuesta efectiva en la investigación de delitos de alto impacto social, como delincuencia organizada, delitos contra la salud y otros”, acusó la organización.
“A principios de 2014 los expertos forenses, médicos internacionales independientes, lo examinaron y concluyeron que las pruebas médicas de tortura eran coherentes con su queja. Esta evidencia ha sido presentada a la corte, pero la PGR se ha negado a retirar los cargos”, señaló.
Amnistía Internacional lo declaró preso de conciencia porque considera que la tortura y el maltrato al que fue víctima tuvo un factor de discriminación racial por su origen afro descendiente garífuna y resultó en su encarcelamiento y en un procesamiento injusto.
En entrevista para Noticias MVS primera emisión, Mario Patrón, director del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, advirtió que presentarán una demanda de reparación del daño por los 5 años 7 meses que permaneció Ángel encarcelado. Además, “demandamos la investigación y sanción de funcionarios”
Sobre su caso, también en entrevista para MVS, Ángel consideró que su encarcelamiento marcó su vida; sin embargo, “he tomado la decisión de perdonar a quienes me hicieron mal”. Y señaló que el problema de la impunidad en el país “es que continúan haciéndolo”.
La historia de Ángel
El 7 de enero de 2009 tuvo que salir de Honduras, dejando a su compañera y dos hijos por la necesidad económica de ayudar a su familia y pagar la atención médica de Ángel Elvir, el mayor de sus hijos, quien había sido diagnosticado con cáncer.
Después de pasar por Guatemala fue abandonado en Tabasco por el coyote al que le había pagado por cruzarlo hasta los Estados Unidos. Tuvo que viajar en la caja refrigerada de un camión durante 34 horas para llegar al D.F. junto con otras 119 personas; de ahí viajó durante 2 meses hasta llegar a Tijuana, en donde otro coyote lo engañó prometiéndole ayuda para cruzar la frontera hacia Estados Unidos y lo llevó a una casa, en donde le ordenó permanecer en un habitación bajo la amenaza de quitarle la vida si desobedecía.
Al cumplir cuatro días en ese lugar, un operativo en el que participaron diversas corporaciones policiacas, irrumpió en la casa. Ángel, luego de escuchar disparos y ante el temor por su vida, se escondió en el baño y después salió por la parte trasera de la casa, pero fue detenido junto con otras 10 personas y acusado de delincuencia organizada, acopio de armas de uso exclusivo del Ejército, y delitos contra la salud.
Al ser detenido Ángel no tenía en su posesión armas y no existen pruebas que lo vinculen a las drogas que fueron encontradas en el lugar, según el parte informativo de la policía. En cambio, fue víctima de múltiples abusos, agresiones y tortura.
Ángel fue torturado durante varias horas antes de ser puesto a disposición del Ministerio Público, por elementos del Ejército y por policías federales; posteriormente fue llevado a una base militar donde le tomaron su declaración ministerial sin haberle respetado su derecho a recibir asistencia consular.
VÍDEO:
Un video sobre su caso:
DossierAngel.pdf by Aristegui Noticias:
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN
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