IGUALA, Gro. (apro).- “Son puras mamadas, esos cabrones ya se fueron pa’ la sierra”, expresa un policía estatal mientras observa un impresionante convoy de patrullas y tanquetas artilladas que transporta a cerca de 400 agentes federales que arribaron para asumir el control de la seguridad en esta ciudad colapsada por la narcoviolencia.
El operativo federal se implementó a más de una semana de que policías municipales y sicarios actuaron en contubernio para detener, ejecutar y desaparecer a normalistas de Ayotzinapa, y a unas horas de que el grupo delictivo Guerreros Unidos colocó dos mantas en diferentes puntos de la ciudad, donde emplazó a las autoridades federales y estatales a liberar a los uniformados detenidos por estos hechos violentos; de lo contrario, el narco revelará los nombres de políticos coludidos con la delincuencia.
Al respecto, el comisionado general de la Policía Federal (PF), Enrique Galindo Ceballos, informó que cerca de 400 policías de las divisiones de Gendarmería y Operaciones Especiales permanecerán en Iguala hasta que se aclaren los hechos de violencia y se restablezca la seguridad en esta ciudad de la zona norte de la entidad.
En declaraciones al término de una reunión con autoridades municipales y estatales en la sede del ayuntamiento igualteco, Galindo Ceballos dijo que la presencia federal en este lugar pretende evitar que vuelvan a ocurrir hechos de violencia.
Ello después de que la semana pasada 23 personas fueron asesinadas, 24 más resultaron heridas y al menos 26 normalistas desaparecidos en diferentes ataques realizados por policías y sicarios en contra de estudiantes, deportistas y civiles.
Los agentes federales arribaron a las 16:00 horas y coparon los hoteles de Iguala; luego salieron a recorrer las calles en medio de un impresionante despliegue que provocó asombro y reproches entre la ciudadanía y policías estatales que desplazaron a las autoridades municipales.
“Hubieran llegado antes, ahora ya para qué”, expresa una mujer que asegura que en este momento Iguala se ha convertido en “la ciudad más segura” de la entidad.
Un policía estatal expresa su molestia ante lo que califica como “espectáculo mediático”, al argumentar que los jefes del grupo delictivo Guerreros Unidos huyeron de la ciudad y se refugian en la parte serrana de la franja de Mezcala.
“El Ejército que se encuentra asentado en Iguala nunca hizo nada para frenar a esos cabrones y la Federal menos”, indica el agente que se retira del lugar a prisa y lanzando gritos a sus compañeros para que detengan a un joven que estuvo tomando fotografías con su teléfono móvil a los policías federales que desfilaban por el centro de la ciudad y a reporteros que documentaban afanosamente la acción tardía de las autoridades federales.
Por su parte, Guerreros Unidos deja constancia de su presencia en este lugar, considerado como su bastión, al lanzar amenazas a los gobiernos federal y estatal por lo que consideran una traición y emplazaron a las autoridades a liberar a los 22 policías detenidos por los hechos violentos.
De lo contrario, advirtieron que van a revelar los nombres de los políticos que fueron beneficiados por esta organización criminal dirigida por Salomón Pineda Villa, El Molón, señalado por autoridades federales como cuñado del alcalde perredista con licencia de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, quien se encuentra prófugo junto a los jefes policiacos que dieron la orden de detener y entregar a los normalistas de Ayotzinapa a sicarios.
Por su parte, este día se suspendieron las labores de búsqueda de cadáveres en el predio de Pueblo Viejo, donde oficialmente fueron exhumados 28 cuerpos, entre ellos dos mujeres, de cinco narcofosas ubicadas en este lugar, considerado como un cementerio clandestino utilizado desde hace cuatro años por Guerreros Unidos.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: EZEQUIEL FLORES CONTRERAS
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