viernes, 10 de octubre de 2014

Oceanografía-TMM: ¿sociedad o ruptura?

Tras la compra de Oceanografía, la familia Alemán enfrenta un dilema. Conseguir mejores contratos que salven a TMM o absorber a la empresa de su familia política y erigirse como el consorcio naviero del sexenio.

Miguel Alemán Velasco y su hijo, Miguel Alemán Magnani, llegan a la compra de Oceanografía con un lastre bajo el brazo: la decisión de “no poner dinero bueno en el malo”.

Y es que la compañía naviera TMM, propiedad de José Serrano Segovia -suegro de Alemán Magnani- está en serios aprietos financieros. 

A la posibilidad de crear un megaconsorcio se suma una segunda, comentada por dos fuentes cercanas a la familia. 

El anuncio oficial de la compra de la mayoría accionaria de Oceanografía por un poco más de 400 millones de dólares será precedido por la renuncia pública de ambos al consejo de administración de TMM, donde ahora son vocales. 

Aunque llegara a concretarse la renuncia, ello no diluye el vínculo familiar Velasco-Serramo, que poseerán dos empresas antes competidoras. 

Además de su participación en TMM, Alemán Magnani es consejero propietario del Consejo de Administración de Grupo Financiero Banorte y consejero independiente en Barco Mercantil del Norte, con quienes Oceanografía tiene una deuda de 517.5 millones de pesos según la declaratoria de concurso mercantil.

Empresa en quiebra

La posibilidad de que la familia Alemán incursionara en los negocios navieros de la mano de TMM, fundada en 1987, fue barajada durante años, pero nunca se concretó. 

Como parte del consejo de administración, suegro y esposo de Vanessa Serrano vieron desfilar los reportes financieros anuales, que muestran altos índices de deuda y bajos de ganancias. 

La decisión, según relató a este diario una fuente confidencial, inició por poner dinero en manos de un operador con capacidad y experiencia, este es, Amado Yáñez, hasta ahora dueño de Oceanografía.

La naviera con sede en Ciudad del Carmen tiene hoy 14 contratos vigentes con Pemex y cinco barcos en operación. 

La petrolera le ha encargado trabajos muy delicados, como la operación de los barcos loderos que permiten que las plataformas puedan seguir extrayendo petróleo sin que se acumule una mayor presión alrededor del pozo. 

Antes de que se anunciara la inhabilitación y posterior toma de la empresa por el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE) en febrero de este año, la nueva propiedad de los Alemán operaba 86 barcos y tenía 44 contratos vigentes. 

Ahora los acreedores y los nuevos dueños deberán redimensionar estos contratos, con la posibilidad de licitar nuevos gracias a la orden del juez Felipe Consuelo Soto de dejar sin efecto la inhabilitación por 21 meses que le impusieron a la empresa, en tanto se resuelva el concurso mercantil.

Al tiempo en que se capitalizará Oceanografía, la familia política de Miguel Alemán Magnani está en problemas. 

TMM cerró el 2013 con un total de activo circulante, es decir, bienes o efectivo disponible para transacciones, de mil 954 millones de pesos (146 millones de dólares al tipo de cambio actual), esto es, una tercera parte de lo que sus familiares inyectarán en Oceanografía. 

Tienen 9 mil 54 millones de pesos en maquinaria y equipo, pero su deuda a largo plazo casi los supera: sumaba al cierre del año pasado 10 mil 254 millones de pesos. 

Estas cifras muestran una caída en el capital total de la empresa, que resume ganancias y pérdidas, a 201 millones de pesos durante el año pasado. 

La cantidad, que en dólares son 15 millones, es un 0.03 por ciento de lo que sus familiares planean invertir en su antes competidora.

El desplome ha sido estrepitoso: el capital social de TMM bajó de mil 562 millones de pesos en 2009 a 201 millones el año pasado. 

El Grupo se deshizo de su filial de autotransporte y mantiene sus mejores números en las operaciones marítimas, que le generaron 2 mil 455 millones de pesos de utilidades el año pasado, de acuerdo con su Reporte Anual 2013, entregado a la Bolsa Mexicana de Valores.

La propia compañía aceptó que “nuestro endeudamiento sustancial podría afectar negativamente nuestra condición financiera y afectar negativamente nuestra capacidad de operar nuestro negocio, y es posible que no podamos pagar los intereses y el monto principal de nuestro endeudamiento”.

TMM acepta que “somos una compañía sumamente apalancada y nuestro nivel de endeudamiento podría tener consecuencias importantes”.

Como una advertencia hacia el futuro, adelanta que “si no podemos generar suficiente flujo de efectivo de las operaciones para el pago de nuestra deuda, podríamos incumplir con nuestras facilidades de financiamiento. Si incumplimos en cualquier facilidad de ese tipo, los acreedores podrían tomar medidas para ejecutar garantías para el pago de dicha facilidad”. 

La medida preventiva que han tomado es que sus barcos se han puesto en garantía “para asegurar nuestras obligaciones”.

La compañía debe pagar su deuda en pesos con sus ingresos generados en dólares, “ya que no generamos suficientes ingresos en pesos de nuestras operaciones para pagar toda nuestra deuda denominada en pesos”. 

La situación de la empresa es tan dramática que ya prevén la posibilidad de convocar a una junta de accionistas para disolverse, en caso de que no se renueven sus contratos de rentas de barcos. 

El Reporte indica que al cierre de 2013 TMM tenía tres buques rentados a Pemex Refinación, uno más a Pemex Explotación y Producción (PEP), además de otros 19 a la misma PEP para operaciones costa afuera. 

El año pasado firmaron siete contratos de renta con operadores privados que estarán vigentes durante los próximos uno a cuatro años. 


Cuando estos contratos venzan, escribieron en su Reporte, en caso de que no se renueven o cambien por contratos similares, “podría afectar adversamente nuestros resultados operativos”.

Otra causa de sugieren para problemas graves en el futuro es que se mantengan altos los precios del combustible. 

En 2012 la compañía salió de la Bolsa de Nueva York, ya que sus resultados financieros mostraron “que habían caído por debajo de las normas de cotización continua”.

¿Ruptura familiar?

Miguel Alemán Velasco es un hombre de familia. Su oficina en la Ciudad de México, sede de la Fundación Miguel Alemán, luce como un homenaje permanente a su padre, presidente de México de 1946 a 1952. 

La colección de retratos incluye a su esposa, Christiane Magnani, a sus hijos y sus nietos. 

Alemán Velasco llegó a Los Pinos a los 15 años. Vivió su adolescencia en ese mundo en que “la gente lo hace creer a uno que es muy inteligente, muy guapo”, dijo en una entrevista publicada en 2011.

Su hijo Miguel Alemán Magnani creció en la opulencia de ser una de las familias más importantes de México. Se casó en 2002 con Vanessa Serrano, mientras su padre era gobernador, en una recepción privada en el Hotel Mocambo, uno de los más emblemáticos de Veracruz.

Los Alemán se califican como discretos. Consideran que el problema de la violencia en el país radica en la economía. “Hacemos una tontería tras otra, en lugar de aprender la lección, cada seis años queremos redescubrir México. 

No se trata de dar dádivas ni regalos, sino oportunidades de trabajo y educación, que aprendan algo más que simplemente a sembrar maíz”, declaró entonces al diario Imagen de Veracruz.

Con esta postura comenzaron a comprar aviones que hoy conforman la flota de Interjet, invirtieron como socios en el fondo Discovery Americas, que financió el surgimiento de Volaris, y ahora anunciarán oficialmente la compra de Oceanografía, la flota de barcos más importantes que le da servicio a Pemex.


Ahora el dilema será si la compra de Oceanografía les dará pie para conseguir mejores contratos que salven a TMM o podrán absorber a la empresa de su familia política y erigirse como el súper consorcio naviero del sexenio.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: PENILEY RAMÍREZ.

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