El presidente Peña Nieto habla de impunidad como si fuera algo que el priismo no hubiera inaugurado, señala la doctora Denise Dresser.
Hechos de violencia en el país, como la matanza en Tlatlaya, Estado de México, o la masacre de estudiantes en Iguala, Guerrero, contradicen el discurso oficial del gobierno federal sobre que los hechos violentos van a la baja en México; por ello, la comunidad internacional ha volteado su mirada y ha expresado su preocupación -como recientemente lo hizo la Unión Europea-, aunque sea de forma diplomática, señalaron los analistas Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo y Denise Dresser.
En la Mesa Política de MVS, Meyer retomó el discurso del presidente Enrique Peña Nieto, sobre los vacíos de poder y los vínculos entre autoridades y el crimen organizado. Al respecto, indicó que el mandatario mexicano “habla en términos generales, como un ciudadano más, no como responsable”; “lo que interesaría escuchar son propuestas concretas y además un diagnóstico”.
Pidió que el presidente nos diga porqué ocurre el vacío de poder y persisten los vínculos entre autoridades y el crimen organizado. Señaló que pese a que se ha descabezado a organizaciones importantes, han surgido otras. “Necesitamos que el presidente nos diga porqué está el país como está y qué es lo que se piensa hacer”, dijo el historiador.
Mientras que sobre la declaración del presidente, de que no habrá un resquicio para la impunidad, comentó que en este país “todos sabemos que la impunidad reina”.
Respecto a la reacción internacional, Lorenzo apuntó que los políticos mexicanos les hacen más caso a los externos que a los de aquí adentro.
“El gobierno ya no se puede refugiar en la no intervención cuando desde el mundo echa en cara faltas a los derechos humanos”, sostuvo.
Ante este escenario, celebró la existencia de organizaciones no gubernamentales que protegen los derechos humanos, pues además de que son pocas, luchan contra todos, incluso los partidos; “pareciera que tienen que subir un Everest cada que se enfrentan a estos casos”.
En cuanto a los padres de las víctimas en Iguala, mencionó que “nos están diciendo que nos puede pasar lo mismo a nosotros… no hay garantías de que no vuelva a pasar”.
Y sobre la renuncia del gobernador, expuso que no sabe si será suficiente para que el PRD se redima.
Por su parte, Sergio Aguayo apuntó que la estrategia basada en ataque a cárteles no ha funcionado, pues en la misma semana que detienen a Héctor Beltrán Leyva, ocurre lo de Iguala, donde operó una escisión de los Beltrán Leyva: los “Guerreros Unidos”.
Lo ocurrido en ese municipio es una confirmación del descuido del gobierno federal a lo que pasa en los municipios, sostuvo el académico.
Los municipios son el flanco más débil de la estructura democrática, han sido dejados al ataque despiadado de, por ejemplo, los narcotraficantes.
Y cuestionó porqué los servicios de inteligencia no tienen capacidad para detectar fallas estructurales en municipios.
El discurso de Peña Nieto, de indignación, debe cambiar por una evaluación estratégica, aseveró.
“Por supuesto que es inaceptable pero tiene que haber una autocrítica… uno esperaría de él y su gabinete una revisión de los supuestos fundamentales porque urge que servicios de inteligencias detecten focos rojos”, apuntó.
Aguayo recordó que lo ocurrido en Iguala fue calificado por Human Rights Watch (HRW) como la matanza más grave desde 1968.
Que de manera oficial hayan salido los embajadores, los organismos internacionales, va en contra no sólo de la tesis sobre la reducción de la violencia en México, sino la urgencia que tiene el gobierno de EPN de captar inversiones extranjeras, indicó.
“No deja al gobierno de México en posiciones de negociar cuando la imagen que estamos proyectando es que ocurren todas las barbaridades posibles porque hay un pacto de impunidad”, agregó.
“Estamos indefensos porque hay un pacto de impunidad en la clase política”, abundó.
“La exigencia de que haya peritajes independientes es un clamor nacional porque no se confía en el Estado”, agregó.
En México, aseguró Sergio, las víctimas están indefensas y hay un menosprecio por la vida humana; además, a los políticos les importa poco la dignidad de quienes vivimos en este país.
Y calificó como una “necesidad, urgencia” de que renuncie el gobernador, pues ha sido un gobernante ausente, “que se refugia en lugares comunes y excusas ridículas”; es “inconcebible que sea protegido por el PRD”. Sobre la consulta que propone el mandatario estatal, indicó que “es un asunto de mera dignidad” el que se vaya.
Por su parte, Denise Dresser dijo que el presidente ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el suyo, pues hay múltiples gobiernos priistas en los que se ha infiltrado el crimen organizado. En esos casos “ha cerrado los ojos”.
Con lo ocurrido en Guerrero, con gobiernos perredistas, el presidente “está intentando capitalizar políticamente los errores evidentes de la izquierda”.
Además, “habla sobre este tema como si fuera un ciudadano”, “como si fuera el director de una ONG y no el presidente de un país”, criticó.
“Habla de la impunidad como si fuera algo que el priismo no hubiera inaugurado… habla de la impunidad como si el PRI no hubiera contribuido a crearla… nació y creció en Los Pinos, en la Segob, en los gobiernos estatales, en los sindicatos”, sostuvo la politóloga.
“Hasta que no comience el combate a la impunidad en casa, la promesa de acabar con ella suena hueca, a otro compromiso no cumplido, eso sí es indignante, inaceptable y doloroso”, agregó.
La doctora señaló que “no es poca cosa la crítica extranjera”, además de que “les debe preocupar que estas notas aparezcan en primera plana de prensa internacional”.
“Son críticas que van directamente al talón de Aquiles de este gobierno: la violencia… que presume haber disminuido, sí se muestra leve descenso pero de cifras muy altas”, expuso.
Tanto Tlatlaya como Guerrero contradicen la narrativa que Enrique Peña Nieto y su equipo se han esforzado en construir, abundó.
Explicó que en México hubo y sigue habiendo muertos y heridos productos de la violencia desde el Estado; “sigue habiendo perseguidos, desaparecidos, ahí están los reportes de prevalencia de la tortura… las madres de Ayotzinapa desesperadas… todas esas víctimas merecen saber que las cosas han cambiado, merecen ser tratados como ciudadanos, el Estado los ha maltratado, en este país lo que hace falta es la verdad, la reparación de un mundo moral en el que las mentiras son mentiras, las verdades verdades y el Estado no es impune”.
Ante lo ocurrido en Iguala, apuntó, no es que deba irse por lo que dicen “opinotecnócratas” -como les llama-, debe irse para que el PRD pueda presentarse con un mínimo de respeto y decencia en las próximas elecciones.
“Si no lo hace, la izquierda continuará contribuyendo a la impunidad que denuncia pero no combate”, concluyó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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