Una vez más, cientos de civiles armados en Michoacán dejan sin efecto el compromiso de deponer sus armas. El argumento es que la violencia y los abusos del crimen organizado no han cesado.
El acuerdo de desmovilización de los grupos de autodefensa que se había establecido desde el pasado 15 de abril entre el Gobierno Federal y los civiles armados quedó sin efecto este fin de semana.
Oficialmente los grupos de autodefensa leales a José Manuel Mireles volvieron a tomar las armas.
Los dos líderes visibles del movimiento, Jorge Vásquez, en la zona sur, y Enrique Hernández, en la zona norte del estado, repudiaron las acciones que el gobierno realiza para pacificar la entidad: señalan colusión entre cárteles de la droga y fuerzas de seguridad pública.
El retorno a las armas se anunció desde el pasado 22 de septiembre, cuando Vásquez el líder fundador de las autodefensas en Aguililla envió un comunicado a través de redes sociales, pero fue el pasado fin de semana cuando la movilización se expandió a distintos puntos del estado.
Ninguno de los dos líderes de los civiles armados ha dicho la cantidad de hombres y mujeres que respaldan sus acciones, pero fuentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) desplegados en la zona, apuntan hacia la posibilidad de que sean más de 2 mil los movilizados por Enrique Hernández y Jorge Vásquez.
En los discursos de los líderes, en donde anuncian su retorno a las armas, los que se han difundo a través de redes sociales, se hace mención a la figura del líder fundador del movimiento de insurrección en Michoacán, el doctor José Manuel Mireles Valverde, del que aseguran “está viviendo un proceso penal injusto”.
La oficialización del regreso al movimiento de los grupos de autodefensa, choca con la postura del gobierno federal, que a través de diversos funcionarios de la secretaría de gobernación, y del propio titular de la dependencia, Miguel Ángel Osorio Chong, han venido insistiendo que en Michoacán ya se superó la insurgencia civil armada.
El brote de rebeldía anunciado por Jorge Vásquez y Enrique Hernández –al que han llamdo “una revolución social”- inició con una convocatoria amplia en los municipios de Aguililla y Yurécuaro para que los ciudadanos inconformes con el gobierno estatal y con la actuación de la Federación en la entidad, se sumen a los grupos de autodefensa.
‘Mis enemigos son Templarios’
Enrique Hernández fue el encargado de oficializar el retorno de la población civil a las armas en Michoacán. El líder fundador de las autodefensas en Yurécuaro se adhirió a la convocatoria de Jorge Vásquez para continuar la lucha armada a fin de restablecer un gobierno que atienda a las necesidades de la gente.
Hernández estuvo preso en una cárcel estatal acusado de haber asesinado al alcalde panista del municipio de Tanhuato, Gustavo Garibay. Fue detenido junto con 19 autodefensas el pasado 31 de marzo. Públicamente denunció haber sido sometido a tortura por funcionarios de la Procuraduría de Justicia del Estado de Michoacán.
El fundador de las autodefensas dejó la prisión el 17 de junio de este mismo año, luego de demostrar su inocencia en los cargos señalados.
Tras unos meses de recuperación emocional retornó a la organización del grupo que en la zona norte de Michoacán, mismos que han venido confrontando a algunas células del crimen organizado que persisten en la zona.
“Las armas no las hemos dejado”, dijo Hernández en un video que circula en las redes sociales, “porque desde el momento en que deje las armas soy hombre muerto. Mis enemigos son Templarios y también son funcionarios corruptos del gobierno de Michoacán”.
Avanza el movimiento armado
Aun cuando solo Yurécuaro y Aguililla mantienen líderes visibles en su levantamiento armado, trascendió que por lo menos en otros siete municipios -principalmente de la zona de Tierra Caliente y Sierra Costa Nahua- hay grupos de civiles alzados en calidad de “autodefensas legítimos”.
La Sedena, PGR y Cisen tienen conocimiento de movilizaciones en Huetamo, Lázaro Cárdenas, Aquila, Coahuayana, Tepalcatepec, Churumuco y Buenavista Tomatlán, donde ya se han establecido retenes que impiden el paso de Fuerzas Federales y células del crimen organizado.
El éxodo
La población civil en Michoacán continúa emigrando de las zonas de conflicto, principalmente de la zona de Tierra Caliente y de la región Costa Sierra Nahua, en donde –de acuerdo a datos del Inegi- las poblaciones registran índices decrecientes.
Todos armados
En Michoacán, la seguridad y control del territorio ahora se disputa entre 5 grupos armados:
> Fuerzas Federales (Ejército, Marina, Gendarmería Nacional, Policía Federal)
> Fuerzas policiales del estado (Policía Rural, Fuerza Ciudadana)
> Grupos Legítimos de Autodefensa (Leales a Mireles)
> Grupos Autónomos de Autodefensa (integrados en comunidades indígenas)
> Células criminales (Cártel de Los Caballeros Templarios y Jalisco Nueva Generación)
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR. J. JESÚS LEMUS.
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