El historiador analizó el reportaje de la revista 'Proceso' en el que señala que fuerzas federales intervinieron en el ataque y desaparición de estudiantes de Ayotzinapa.
La descomposición social y política del estado de Guerrero comienza desde finales de los 60, y en los años 70, cuando el Ejército comienza a eliminar y torturar personas, según estableció un informe de la Comisión de la Verdad, indicó el historiador Lorenzo Meyer.
En la Mesa Política de Noticias MVS, expuso que las torturas a las que se les sometía en el pasado, corresponden a lo ahora posiblemente ocurrió con los estudiantes de Ayotzinapa, con su asesinato y calcinación.
“Lo que estamos encontrándonos tiene historia, no sale de repente”, indicó.
También los métodos de las fuerzas armadas tienen sus antecedentes, señaló.
Hay un informe de un general en el que se reconoce que en aquellos años se trataba de resolver por la vía militar un problema social.
En aquel entonces, “hay una decisión de que sea la institución armada la que resuelva el problema porque otras no pueden”, explicó.
En Guerrero hay que echar vistazo a los últimos 40 años, pues están impregnados por lo que está sucediendo ahora, consideró.
El ataque y la desaparición de estudiantes “ya había pasado y quién sabe cuántas ocasiones más”.
El contexto histórico de Guerrero es realmente deplorable y no se puede volver a intentar resolver el problema como lo intentó el Ejército, sostuvo.
En cuanto al reportaje publicado en Proceso, Meyer dijo que no le queda claro que el gobierno federal y local hayan usado la fuerza en ese extremo.
“¿Qué es lo que ellos consideraban que estaba en peligro?”, preguntó. Es absurdo un uso de la fuerza como el que se presume fue al que recurrieron.
“¿En qué los ponían en peligro los estudiantes?”, cuestionó.
Las normales, aceptó, son focos de resistencia y crítica, pero”debe de haber una razón poderosísima que no me imagino cuál es”.
No obstante, “hay que considerar la estupidez” como argumento para atacar y desaparecer a estudiantes, agregó.
Refirió que el reportaje deja claro que la Policía Federal sabía del movimiento de los estudiantes el 26 de septiembre, pues los estaban monitoreando.
“El Estado por más inepto que sea, tiene otras formas de neutralizar a alguien”, comentó.
“Lo que ahora debería centrar nuestra atención es porqué la brutalidad de la acción”, planteó.
“¿De verdad son tan peligrosos para el Estado?”, insistió.
Si hay una razón, debe ser el Estado quien lo explique, o sería considerado como una estupidez increíble que fuerzas federales hayan participado en el ataque y desaparición de normalistas.
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FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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