El presidente de la Comisión de Gobierno en la ALDF, Manuel Granados, deberá moverse rápido para apagar el fuego que dejó la salida del oficial mayor, Josué Ramos Miranda, acusado en un video de tener vínculos con el crimen organizado.
Caminaba siempre detrás de Manuel Granados. Con pasos cortos, pero rápidos. Sonreía nervioso, checaba celular y miraba siempre a su alrededor.
Ahora que Josué Ramos Miranda renunció a la Oficialía Mayor de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) para esclarecer señalamientos de presuntos nexos con el narcotráfico: ¿quién le cuidará la espalda al coordinador de los diputados del PRD?
El golpe que asestó el colectivo Anonymous tiró a Josué Ramos Miranda, pero a quien realmente paralizó fue al diputado y presidente de la Comisión de Gobierno en la ALDF, Manuel Granados, quien lo llevó a ese cargo clave en el que se manejan múltiples contratos y dinero.
La amenaza del grupo Anonymous a través de un video en YouTube deja entrever que posee supuestas pruebas de que Josué Ramos tiene nexos con el crimen organizado. Eso apresuró la salida del oficial mayor.
El grupo de cibernautas que integran Anonymous no habla al aire, desde el sexenio pasado, cuando Marcelo Ebrard Casaubón estaba al frente del GDF, mantuvieron en jaque a diversos funcionarios de la administración cuyos teléfonos, correos electrónicos y cuentas en redes sociales fueron constantemente burlados por los hackers.
Entre estatuas y llantas
Prueba del constante espionaje a los funcionarios de la Ciudad de México fueron los correos privados que se difundieron de la entonces secretaria del Medio Ambiente, Martha Delgado Peralta, en los que le decía a una colaboradora que le habían metido un gol al GDF con la estatua que sería colocada en Paseo de la Reforma, y que honraba al dictador Heydar Aliyeb, de la República de Azerbaiyán.
Por meses, el equipo responsable de las redes de Marcelo Ebrard buscó afanosamente descubrir la personalidad de algunos de ellos, sin éxito.
Al concluir el sexenio de Ebrard, los hackers no se dieron por vencidos.
En esta administración han señalado supuestos actos de corrupción de dos funcionarios en activo del GDF, que obligan a las autoridades a investigar.
Apenas en septiembre y octubre de este año, supuestos miembros de Anonymous filtraron grabaciones en el que se exhibieron operaciones irregulares del entonces Oficial Mayor del GDF, Édgar Armando González Rojas, por pagos irregulares y con sobreprecios de diferentes consumibles, como llantas, café y equipo de oficina.
En los videos le exigieron al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, que asumiera su responsabilidad ante los casos de corrupción operados por Édgar Armando González al frente de la Oficialía Mayor.
Al cabo de unos días, la cabeza de Armando González Rojas rodó: fue la primera de peso del círculo cercano a Mancera, quien desde esas fechas fue advertido por los supuestos miembros de Anonymous de que transparentara también la millonaria compra de luminarias que se realizó a través de la Secretaría de Obras.
El martes por la tarde que se hizo público un nuevo video de Anonymous, en el que se vinculó al oficial mayor de la ALDF, Josué Ramos con el narco, la renuncia de éste vino de inmediato.
Porque el golpe de Anonymous amenazaba con escalar muy alto y pegar al propio coordinador de diputados del PRD en la ALDF, Manuel Granados, incluso al jefe de Gobierno, pues Ramos se jacta de pertenecer al mismo equipo de abogados que llegó triunfante al GDF tras una sorprendente racha de aceptación ciudadana.
Granados y Ramos, los penalistas amigos
Junio de 2012, aún no pasaba la efervescencia electoral ni el dulce sabor a triunfo de Miguel Ángel Mancera y su grupo.
Los abogados cercanos al exprocurador de Justicia local, entre ellos Manuel Granados, se aprestaban a asumir los nuevos cargos que apenas se repartirían.
Granados sería el “delfín” de Mancera en la Asamblea Legislativa del DF. Según sus planes, sólo había que librar la batalla para ganar la curul de la Comisión de Gobierno ante René Bejarano y la poderosa corriente IDN.
Con el interés de manifestar sus inquietudes y proyectos en la ALDF, Manuel Granados y Josué Ramos llegaron puntuales a la cita en el restaurante de comida Suntory en la colonia Del Valle, donde les gusta acudir a comer.
Josué Ramos caminaba detrás de Manuel Granados, en todo caso, a su lado, hablándole al oído, apresurado y atendía el teléfono. Todo a la vez.
En el jardín de ese establecimiento, el ahora coordinador de diputados del PRD de la ALDF, habló de sus proyectos.
A distancia, Josué, quien se refería a Granados como “el maestro”, le hacía señas de cómo acomodarse en la silla y ajustar la corbata.
Desde esas fechas, hace dos años, Granados habló de ejecutar sus proyectos en la ALDF y de ahí saltar a la Comisión de Gobierno, que hoy ostenta Héctor Serrano Cortés.
El 23 de octubre del 2012, con 49 votos a favor y siete en contra, el Pleno de la Asamblea Legislativa aprobó el acuerdo de la Comisión de Gobierno (encabezada por Granados) a partir del cual se nombró a Josué Ramos Miranda como oficial mayor de la ALDF. El plan avanzaba.
Pero el martes el video de Anonymous tiró por la borda toda posibilidad. Los abogados y amigos tuvieron que hablar y resolver rápido para evitar más escándalos porque eso a nadie le conviene.
“Pues está de la chingada porque al rato voy a seguir yo”, se le escucha decir supuestamente a Josué Ramos en una llamada telefónica difundida por Anonymous.
En respuesta, su interlocutor, a quien Anonymous ubica como Rey Alfonso Terán Estrada, le pregunta por qué él. “Porque así se van a poner los chingadazos”.
En el radar de Anonymous no sólo está el caso de Josué Ramos.
También rastrean las operaciones de compra de luminarias en la Secretaría de Obras; las operaciones de “Grupo Guerrero”, integrados por diputados y senadores del PRD. Además de la empresa BAM S.A. de C.V., que le adjudican a un supuesto prestanombres de Héctor Serrano. Y más…
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ICELA LAGUNAS
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