MÉXICO, D.F: Acostumbrado a controlar y manipular a personajes como Germán Martínez y César Nava, a quienes impuso como presidentes del Partido Acción Nacional (PAN) con todo el poder que tenía como jefe del Ejecutivo, Felipe Calderón quiso hacer lo mismo con Gustavo Madero. No pudo.
Y ese es el origen de una guerra en la que Madero le ha ganado todas las batallas a Calderón, quien perfila ya su capitulación con el anuncio, justo en medio del proceso electoral, de su eventual renuncia al PAN para construir una nueva “opción política” de largo plazo.
En entrevista con El Financiero el jueves 22 –desde Davos, Suiza–, criticó que el PAN cerró la puerta a los ciudadanos, que lo gobierna una “coalición de intereses” y la corrupción “de ciertos líderes”, pero también anticipó la derrota de Margarita Zavala, su esposa, en las elecciones internas para presidente de ese partido.
“Tendrá éxito en lo que haga, no estoy seguro que sea en el PAN”, admitió. “Si este partido sigue siendo un instrumento de participación ciudadana y opción de bien común, lo va a tener. Y si se ha convertido ya en un instrumento de intereses parciales no lo va a tener; más vale que no sea ahí.”
Estas insólitas declaraciones de Calderón perfilan otra ruptura en la cúpula del PAN, derivada de una disputa de más de cuatro años con Madero –su antiguo aliado– para controlar ese partido.
“No ha habido presidente del PAN más acosado desde la Presidencia de la República que Madero”, aseguró al reportero a finales de 2012 Juan Molinar, quien adujo que Calderón y sus operadores querían controlar al chihuahuense desde antes de la elección interna de 2010 y, al no lograrlo, postularon a Roberto Gil Zuarth.
Este es un adelanto del número 1995 de Proceso, ya en circulación.
AUTOR: ÁLVARO DELGADO.
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