En menos de dos años, los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados recibieron 2 mil 841 millones 566 mil 280 pesos para gastos. Estos recursos los manejan a discreción y sin rendir cuentas.
Las bancadas en la Cámara de Diputados han recibido recursos para sus gastos pero, debido a la opacidad con la que se ejercen, conforman el fondo más oscuro del Poder Legislativo.
Entre septiembre del 2012 y diciembre del 2014, los grupos parlamentarios en la Cámara de Diputados recibieron un total de 2 mil 841 millones 566 mil 280 pesos… y no tienen necesidad de comprobar en qué se gastan.
De acuerdo con los informes de Aplicación y Destino de los Recursos Económicos asignados por la Cámara de Diputados, de las siete bancadas representadas en la Cámara Alta, la más favorecida con recursos fue la del PRI, con ingresos de más de mil 127 millones de pesos.
En los informes cuatrimestrales, las bancadas especifican cómo gastan algunos rubros de su presupuesto, aunque no a detalle, pues esa información no es obligatoria.
En los ingresos, algunas de las partidas que reciben los grupos parlamentarios son para apoyo logístico, pago para sus empleados por honorarios, además de las subvenciones fijas y variables.
Sin embargo, existe una categoría que ha despertado suspicacias debido a que no existe un motivo claro sobre por qué se otorga: se trata de las subvenciones extraordinarias de las que, se ha dicho, se trata de un bono extra por la aprobación de las reformas.
Recursos discrecionales para todos
Por ser el grupo más numeroso en la Cámara Baja, el PRI es la bancada que ha recibido más recursos. En lo que va de la Legislatura, a los diputados del tricolor les han sido entregados mil 127 millones 323 mil pesos.
Al PAN, le han correspondido 629 millones 508 mil 280 pesos. Al PRD, 559 millones 545 mil pesos. Al PVEM, 186 millones 761 mil pesos.
Los partidos minoritarios también reciben subvenciones para sus gastos.
La bancada de Movimiento Ciudadano recibió 148 millones 780 mil pesos; el PT, un total de 105 millones 456 mil pesos. Y Nueva Alianza, 84 millones 193 mil pesos.
Esas subvenciones son entregadas por la Cámara de Diputados para que las bancadas sufraguen sus gastos.
En ese monto se incluyen las subvenciones fijas y variables, aquellas para que los grupos parlamentarios paguen a su personal por honorarios, así como para apoyo logístico.
Sin embargo, las fracciones reciben también una tajada de recursos discrecionales que no tienen un destino definido, y cada bancada las usa como mejor convenga.
Se trata de las subvenciones “extraordinarias”, un monto de recursos que las bancadas reciben y de las que no se conoce el destino o uso que se les da.
Esta partida ha causado polémica en el Congreso. Mientras se discutían las leyes secundarias de la reforma energética, diputados de oposición acusaron que ese dinero se trataba de un bono especial otorgado por el Ejecutivo por la aprobación de las reformas, como la fiscal, la educativa, la financiera, en telecomunicaciones y la energética.
Las subvenciones extraordinarias nacieron en el 2009, cuando en la Norma para Regular la Transferencia y Control de Recursos Financieros Asignados a los Grupos Parlamentarios se estableció que esta partida podía ser aprobada “en casos excepcionales, por única vez, para atender asuntos especiales si existe la disponibilidad presupuestal para ello”.
Ahora, estas subvenciones extraordinarias ya se convirtieron en la norma.
Por el concepto de subvenciones extraordinarias, desde el inicio de la LXII Legislatura, en septiembre del 2012, y hasta diciembre del 2014, los grupos parlamentarios han recibido un total de 489 millones 464 mil pesos.
En los informes cuatrimestrales de ingresos y destino del gasto de los grupos parlamentarios, las bancadas dan un reporte de todo cuanto han recibido por este concepto.
Sin embargo, el PRI omitió información respecto al periodo comprendido entre septiembre y diciembre del 2013, justo cuando se aprobaron las reformas fiscal y energética.
Aun así, los recursos discrecionales otorgados a las fracciones son millonarios.
Al PRI le fueron asignados más de 135 millones 256 mil pesos; cantidad incompleta por la cifra no revelada del 2013.
Al PAN se le otorgaron 136 millones 136 mil pesos; al PRD se le dieron 127 millones 456 mil pesos; al PVEM, 42 millones 450 mil pesos.
A Movimiento Ciudadano, dirigido hasta diciembre del 2014 por Ricardo Monreal, se le asignaron 34 millones 666 mil pesos.
El PT, en tanto, no tuvo asignaciones por ese rubro.
A Nueva Alianza se le entregaron 13 millones 500 mil pesos.
El fondo discrecional de subvenciones extraordinarias levantó polvo el año pasado en la Cámara Baja.
Zuleyma Huidobro, diputada de Movimiento Ciudadano, acusó que dichos fondos fueron otorgados como parte de un bono por la aprobación de las reformas.
Diputados del PRI, el PAN y el PRD, negaron este hecho. El propio Comité de Administración de la Cámara Baja refirió que se trata de asignaciones del Presupuesto de la Cámara Baja.
Aun así, el entonces coordinador de Movimiento Ciudadano, Ricardo Monreal, devolvió 15 millones de pesos (de los 34 que recibió la bancada) a la Tesorería de la Federación.
Gastos opacos en partida ‘general’
Además de los ingresos que reciben, las bancadas también informan sobre los rubros generales en que invierten sus recursos.
La partida más importante en la que los grupos parlamentarios invierten es la denominada “Otros servicios generales”, que no se especifica de qué se trata.
Borde Político, una red académica y ciudadana que revisa la labor del Congreso, considera que los gastos del Congreso no se muestran de forma suficientemente desagregada, por lo que se prestan a la opacidad.
“El nombre de ‘Otros servicios generales’ es demasiado general y ambiguo. La opacidad de los conceptos tiene graves implicaciones para la transparencia y la rendición de cuentas, sobre todo porque dificultan que los ciudadanos soliciten información sobre el gasto del Congreso”, expuso la red en la presentación de un sitio sobre opacidad presupuestaria.
En ese rubro, las bancadas de la Cámara Baja han invertido mil 693 millones 851 mil 090 pesos, el 59.6 por ciento del total de lo que reciben.
Otro de los rubros con un alto nivel de gasto es el de “Servicios Oficiales”, que tampoco establece de qué se trata.
En dichos servicios, las bancadas invirtieron 144 millones 185 mil 900 pesos.
En asesorías, bajo el rubro “Servicios profesionales, científicos, técnicos y otros”, los grupos parlamentarios invirtieron 194 millones 570 mil 560 pesos.
La bancada que más gastó en asesorías es la del PAN, con 101 millones 065 mil 560 pesos en poco más de dos años.
Y en “Servicios de Comunicación Social y Publicidad”, las fracciones en San Lázaro han gastado 246 millones 381 mil 080 pesos.
Son el PRI y PVEM las bancadas que más recursos invirtieron en difusión. El tricolor gastó para este fin, 84 millones 523 mil pesos; mientras que sus aliados del Verde gastaron 71 millones 362 mil pesos.
Transparencia en la oscuridad
Durante la actual Legislatura, algunos diputados y senadores han presentado iniciativas con el fin de transparentar los recursos que se manejan en el Congreso de la Unión.
Quizá la más importante sea la que se discute en el Senado sobre la Ley de Transparencia.
En ella se pretende que cualquier acto realizado por legisladores, bancadas o trabajadores del Poder Legislativo que tenga incidencia sobre su trabajo, tenga que ser transparentado.
Otra propuesta fue la del panista Carlos Castaños, diputado por Sinaloa, quien propuso modificar el marco legal del Congreso para que los datos de todos los gastos del Legislativo sean públicos.
El legislador pidió que, incluso, sea obligatorio hacer públicas las facturas de los gastos y que estén disponibles en el sitio web de la Cámara de Diputados.
El perredista Fernando Belaunzarán, diputado por el Distrito Federal, propuso modificaciones a la Ley de Transparencia para que los grupos parlamentarios y los partidos políticos sean sujetos obligados.
A pesar de las constantes acusaciones sobre la opacidad en el manejo de los recursos, ninguna de estas iniciativas ha sido estudiada en comisiones. Se encuentran, como dice el argot legislativo, “en la congeladora”.
FUENTE: REPROTE INDIGO.
AUTOR: IMELDA GAARCÍA.
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