lunes, 9 de febrero de 2015

Espantan al dragón

El Gobierno Federal se ha esforzado por estrechar relaciones con China, pero algo las detiene. La cancelación de la licitación del tren México-Querétaro y el Dragon Mart, son dos ejemplos.

Dos proyectos de inversión fallidos en lo que va de este 2015, sirven de muestra para representar la extraña relación que mantiene México con China.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno Federal por restablecer los puentes rotos durante las administraciones panistas, la fallida licitación para un tren de alta velocidad y la clausura indefinida de un proyecto turístico comercial vuelven a tensar las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Durante los 12 años que el PAN estuvo al frente del Gobierno Federal, los desencuentros entre México y el país oriental fueron el denominador común.

Vicente Fox con sus de-safortunados comentarios y Felipe Calderón con sus malas decisiones políticas dañaron los vínculos con el coloso asiático.

En diciembre de 2012, cuando Enrique Peña Nieto asumió el poder, los expertos auguraron un cambio positivo para ambas naciones.

El mandatario priista no tardó mucho en visitar China para mostrar la buena y renovada voluntad.

En abril del 2013, Peña Nieto realizó una gira oficial de trabajo que incluía también Japón.

Se reunió con mandatarios, líderes de Estado y empresarios, además de que participó en foros internacionales.

Allá se refrendó el compromiso por estrechar los lazos de colaboración con los países de la región.

El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, recibió al mandatario mexicano y convinieron en establecer una comunicación “constante y cercana”.

Al terminar la gira de trabajo, Peña Nieto aseguró que la visita refrendaba el compromiso de México por estrechar los lazos existentes y promover una mayor colaboración en todos los ámbitos.

Todo parecía ir sobre algodones. Se habló de proyectos e inversiones. En dos años, Peña Nieto y Xi Jinping, se reunieron cuatro veces. Las maltrechas relaciones de los dos países estaban sanando.

Pero apenas comenzó este año, el anhelado fortalecimiento comenzó a desmoronarse debido, en gran parte, al fracaso de dos de las millonarias inversiones que China tenía presupuestadas en el país.

Primero, el fallido proyecto para el Tren Rápido México-Querétaro y luego, apenas unas semanas después, la clausura del gigantesco centro comercial Dragon Mart, que se construiría en la Riviera Maya.

El primer ‘choque’

El encontronazo que provocó la frustrada licitación del Tren México-Querétaro fue el primer obstáculo serio al que se enfrentó el mandatario Enrique Peña Nieto en su intento por renovar los vínculos diplomáticos con China.

La empresa China Railway Construction Corp (CRCC) fue la única que participó en la licitación del proyecto. En noviembre del año pasado se dio a conocer que serían ellos los encargados de poner en marcha el primer tren bala de América Latina.

La inversión era de 58 mil 951 millones pesos.

Sin embargo, el Gobierno Federal tuvo que meter reversa y suspender de manera indefinida el proyecto “en razón de las dudas e inquietudes que han surgido en la opinión pública”, según informó en su momento la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en un comunicado.

La decisión fue dada a conocer apenas unos días antes de que Peña Nieto viajara al país oriental.

A pesar de eso, Xi Jinping y el mandatario mexicano firmaron 14 acuerdos. Entre ellos, la creación de dos fondos, uno entre Pemex y tres empresas chinas y otro relacionado con energía. En total, una inversión superior a los 7 mil millones de dólares.

La constructora China Railway Construction Corp (CRCC) no fue tan comprensiva y el pasado martes 3 de febrero informó que planea pedir una compensación por la decisión del Gobierno de México de abortar el proyecto.

Hieren de muerte al ‘dragón’ 

Aún no pasaba el mal sabor de la cancelación del tren rápido cuando el gobierno mexicano anunció la suspensión del Dragon Mart, un gigantesco centro comercial -con parte de inversión china- que planeaba realizarse en Cancún.

Desde que fue anunciado en 2011, este proyecto fue polémico. Organizaciones civiles y ambientalistas aseguraron que afectaría seriamente el medio ambiente de la zona y al frágil sistema arrecifal, ubicado precisamente enfrente de donde estaría el puerto de llegada y salida de las mercancías procedentes de China.

A pesar de las manifestaciones en contra, el plan avanzó.

El entonces gobernador priísta de Quintana Roo, Joaquín González Canto, y la autoridad municipal con sede en Cancún, apoyaron la obra.

Incluso concedieron importantes subsidios y apoyos fiscales, además de todos los permisos y facilidades.

Se anunció que ocuparía 561 hectáreas en las que se construirían más de 700 viviendas destinadas a 2 mil familias procedentes de China. Tendría además más de 3 mil locales comerciales y espacios para almacenar 300 mil toneladas de productos chinos cada año.

Esto generaría una derrama de poco más de 700 millones de dólares al año y la creación de más de 8 mil empleos.

Sin embargo, los funcionarios locales dejaron de lado a la instancia federal encargada del cuidado del medio ambiente y los recursos naturales.


Finalmente, la semana pasada la Procuraduría Federal de Protección al Medio Ambiente (Pofepa) anunció que clausuraba de manera definitiva el proyecto debido a las irregularidades que presentaba.

FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: STAFF.

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