MÉXICO, D.F: Ocho meses después de renunciar al cargo y en medio de acusaciones de que llegó al poder con el apoyo del crimen organizado, el exgobernador de Michoacán Fausto Vallejo rompió el silencio para defender a su hijo, Rodrigo Vallejo Mora, El Gerber, preso desde junio pasado por presuntos vínculos con Los Caballeros Templarios.
“Quiero puntualizar que (Rodrigo) no es delincuente, es víctima de la delincuencia”, aseguró en declaraciones al canal michoacano CB Televisión.
De acuerdo con el exmandatario, quien fue sustituido en el cargo por el rector de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Salvador Jara Guerrero, El Gerber sólo es “un hijo desobediente que no entendía a su padre de que no debía ir a esas zonas (en la región de Tierra Caliente y la Costa), siendo el hijo de un gobernador y en una situación tan delicada”.
Sobre el video donde Rodrigo Vallejo Mora aparece tomando una cerveza junto a Servando Gómez, La Tuta, líder de Los Caballeros Templarios, el exgobernador explicó que su hijo fue interceptado y retenido en un viaje a las playas de Ixtapa, al que le había ordenado no ir.
“Ahí lo atrapan en el camino. Lo entretienen todo el día, en un solazo, y lo único que le ofrecen es cerveza. Están tomándose una cerveza”.
Añadió: “¿Bueno, qué querían?, como los demás (personajes) que ven en los videos (de este tipo), ¿que estuviera llorando?, ¿que estuviera asustado?”.
Hoy, subrayó, Rodrigo está pagando su desobediencia y enfrentando el proceso penal con responsabilidad y sin recurrir a ningún tipo de influencias.
“No estamos charoleando. Yo como exgobernador no me he acercado al presidente de la República o a las autoridades para (decirles): ‘a ver, por favor'”, dijo.
Vallejo comentó que el delito de encubrimiento que le imputan a su hijo le hace confiar en que pronto estará libre.
Sobre él, aseguró que dejó la gubernatura por motivos médicos, y destacó que estudios clínicos detectaron un problema en el hígado que se agravó con cirrosis, ocasionada por la ingesta de medicamentos que terminaron bloqueando las arterias que comunican a ese órgano.
“Yo no salgo manchado con las manos de sangre ni salgo manchado con dinero”, expresó.
Lo mismo señaló el 19 de julio de 2014 al oficializar su renuncia. Argumentó motivos de salud y dijo que se iba “con la frente en alto” para que llegara alguien capaz de continuar su gobierno hasta el año siguiente.
Y, en efecto, Vallejo nunca pudo dar continuidad a su administración.
Arrastrando una deuda estatal de 12 mil millones de pesos, en dos años pidió licencia tres veces por su precaria salud.
De acuerdo con una nota publicada por la revista Proceso en su edición 1964 del 22 de junio del año pasado, un documento de inteligencia militar asegura que Rodrigo Vallejo Mora, El Gerber, pertenecía a la estructura tanto de La Familia Michoacana como de Los Caballeros Templarios, y entre sus funciones estaba la de cobrar derecho de piso, establecer contactos con políticos y empresarios y facilitar operaciones de lavado de dinero.
Con el título “La verdadera historia de los Vallejo”, el reportaje firmado por el periodista José Gil señala que Vallejo Mora comenzó a trabajar para distintos grupos criminales de Michoacán desde joven, pero cobró más importancia cuando su padre ganó la gubernatura en 2011.
Según documentación confidencial de seguridad pública e inteligencia militar, a la que tuvo acceso el semanario, el hijo del exgobernador “es y fue utilizado por sus vínculos políticos para lograr los objetivos del grupo criminal tanto en (el) tráfico de influencias como en (los) acercamientos con la clase política que arribaría al gobierno michoacano encabezado por Fausto Vallejo Figueroa”.
El Gerber aparece en la estructura de organizaciones criminales oriundas de la entidad, como La Empresa, La Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, en las que cumplía un papel importante para el lavado de dinero y como intermediario con empresarios, comerciantes y políticos.
A últimas fechas el hijo del gobernador tenía tres responsabilidades con Los Caballeros Templarios: una, el “cobro de piso y protección de bares y discotecas de Morelia; conjuntaba a propietarios para otorgarles el servicio de manera obligada”.
La segunda era traficar con influencias a fin de facilitar “los trámites correspondientes para pagos”, así como “otorgar nuevos permisos y modificar adeudos al municipio”. Y la tercera, realizar la “verificación y control de bares y restaurantes para el lavado de dinero”.
Los reportes mencionan que el hijo de Fausto Vallejo fue contactado desde joven por Héctor Gerardo Guzmán Múzquiz, a quien señalan como “operador” de cobros de piso y extorsiones en Morelia, igual que para el lavado de dinero.
El informe indica que Guzmán Múzquiz estuvo involucrado, en enero de 2008, cuando miembros de La Familia Michoacana secuestraron durante unas horas a Alfonso Reyes Hinojosa, primo del entonces presidente Felipe Calderón, por negarse a pagar 30 millones de pesos a empresas de la entidad, amparándose en su parentesco.
Los documentos recogen también información de 2009, cuando Fausto Vallejo era alcalde de Morelia. En junio de ese año la Policía Federal detuvo a Arnoldo Rueda Medina, La Minsa o El Fresa, quien en ese momento estaba acompañado de Rodrigo Vallejo. Desde el gobierno de Felipe Calderón llegó la orden de ponerlo en libertad, en tanto que el otro delincuente permaneció detenido.
Entrevistado al respecto, José Manuel Mireles, exfundador de las autodefensas en Tepalcatepec, actualmente preso, señaló que los excesos de Rodrigo Vallejo y sus vínculos estrechos con Los Caballeros Templarios eran bien conocidos en el estado, pues se había convertido en jefe de plaza de la capital michoacana:
“Hacía bailes en la casa de gobierno con puro criminal para demostrar que tenía poder para hacer las cosas. Eran bailes fastuosos a los que iban puros criminales: jefes de plaza, encargados de zona y muchos otros ‘invitados especiales’.”
Precisó: “A Rodrigo le gustaba mucho andar con los hijos de los narcos, en sus pachangas y francachelas. También le gustaba mostrar que tenía cierto control sobre los federales, porque cuando detenían a alguno de sus amigos hablaba con los federales para liberarlo. Además, como hijo del gobernador también tenía el control de algunas mafias en los transportes, y con los comerciantes era el encargado de cobrarles las cuotas”.
Sobre la foto donde Vallejo Mora aparece con La Tuta, que comenzó a circular el 13 de junio en las redes sociales, Mireles sostuvo que es auténtica y muestra que Rodrigo no estaba ahí contra su voluntad, como quiso desvirtuar los hechos el exgobernador al declarar, en una entrevista con la red estadunidense CBS, que uno de sus hijos fue secuestrado el año pasado:
“Está en blanco y negro la foto que he visto por aquí. Están en una reunión. No se ve que esté obligado, como decía Fausto Vallejo, porque lo habían levantado: están en una reunión de convivencia con La Tuta y otras personas. Ahí está la foto y, como son cosas que ya sabíamos, no tenemos duda de que son ciertas”, apuntó Mireles en aquella ocasión.
Cuando aún se aferraba a la gubernatura, Vallejo Figueroa intentó defender a su hijo de las imputaciones: “En mi familia no hay delincuentes”. Sin embargo, anunció su renuncia el miércoles 18 y al día siguiente El Gerber ya no estaba en Michoacán, pues, de acuerdo con versiones de funcionarios estatales, su detención era inminente: además de la fotografía con La Tuta las autoridades obtuvieron cinco videograbaciones en las que está con miembros de la misma organización delictiva, incluido Enrique Kike Plancarte.
En esas grabaciones se puede ver al hijo del entonces gobernador en estado de ebriedad, en fiestas y reuniones a las que asistieron también otros funcionarios michoacanos. “Ya todos sabían quién era el hijo de Fausto Vallejo. En unos videos está en un rancho con varias personas, como funcionarios, alcaldes y Kike Plancarte; en otros videos están sus encuentros con La Tuta”, dijo un testigo calificado que optó por el anonimato.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN.
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