MÉXICO, D.F: A las 8:00 de la mañana, vecinos de las colonias Acacias, Crédito Constructor y La Florida decidieron cancelar las pipas de agua tratada que compraban con sus propios recursos para no dejar morir el arbolado de Río Mixcoac.
Desde hace meses, el gobierno capitalino había suspendido el programa de riego en el sector que esta mañana despertó con 300 árboles menos de los 855 que están próximos a ser talados para avanzar en los trabajos de construcción del doble túnel que se proyecta construir en la zona.
“Los estaban matando de sed”, dice Susana Kanahuati, urbanista vecina del sur de la ciudad que participaba en las colectas de colonos para mantener con vida el arbolado.
Sin aviso previo de que había llegado la fecha de la devastación, alrededor de 50 camiones de redilas se posicionaron por la madrugada en la vialidad, a la que arribaron varias cuadrillas de trabajadores cargando motosierras, cuerdas y otros implementos que convirtieron lo que hasta ayer fue área verde en improvisado aserradero, con custodio policiaca.
La inconformidad ciudadana por lo ocurrido motivó que vecinos de la zona cerraran un tramo de la avenida con los troncos aserrados y, para las 8:00 de la mañana posicionaron la etiqueta #RíoMixcoac en redes sociales entre los 10 temas nacionales, y convocaron a una manifestación.
Desde las 11:00 de la mañana, varias decenas de vecinos expresaron su inconformidad, a pesar de que ayer ya habían sido replegados por un contingente de granaderos cuyas acciones se repitieron hoy, aumentando el grado de agresividad mientras embestían a las familias que se dieron cita en el sector con todo y niños.
El sector es de alta plusvalía y forma parte de la delegación Benito Juárez, uno de los municipios con mayor calidad de vida del país.
En diferentes grupos, algunos colonos permanecían en el camellón mientras que otros decidieron cerrar la vialidad, no sin antes calcular que el cierre evitara afectar el flujo vial por una de las calles que conectan las colonias del norte del sector con La Florida.
De nada les sirvió la previsión pues si hasta entonces permanecían bajo vigilancia policial, la llegada de los granaderos inició la confrontación poco después del mediodía.
Rápidamente, los hombres que estaban presentes rodearon a las mujeres y niños que participaban, mientras la fila de granaderos avanzaba, sin toletes, pero con escudos empujaban, como suele hacerlo ese cuerpo policiaco, pateando a los manifestantes por debajo de los escudos hasta orillarlos a la banqueta, donde permanecieron encapsulados.
“Es una canallada”, consideró el activista Daniel Gershenson que, indignado por “el ecocidio”, acusa la brutalidad gubernamental, “la forma más cobarde de imponer un proyecto”.
Los capitalinos con Atlacomulco
La tala nocturna de cientos de árboles, coincidentemente ejecutada en plena contingencia ambiental, forma parte del proyecto de construcción de un doble túnel deprimido que medirá alrededor de 1.1 kilómetros y es considerada desde ya, como la obra emblemática que se plantea la administración de Miguel Ángel Mancera.
Para Daniel Gershenson, detrás de eso están los negocios inmobiliarios que en los últimos años han devastado áreas verdes para construir las megaobras viales, primero con el Segundo Piso del Periférico; luego, con la Supervía; posteriormente con los trazos del Metrobús y, ahora, con el doble túnel.
Calculado por revistas del sector inmobiliario desde hace al menos cuatro años, el doble túnel pretende detonar un corredor inmobiliario que, por lo pronto, asignó la obra sin transparencia, pues los vecinos debieron hacerlo con una solicitud de información y, ante la resistencia del gobierno capitalino que finalmente se vio obligado a informar por instrucción del Instituto de Acceso a la Información del Distrito Federal.
El resultado de la transparencia fue que la obra será realizada por la misma empresa que construyó el Segundo Piso del Periférico, la Torre del Senado de la República y algunos puentes en Acapulco, en los tres casos con malos resultados. Se trata de Grupo Indi y subsidiarias, que dirige Manuel Muñozcano, ampliamente favorecido con contratos de obra durante los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.
El consorcio se completa con La Peninsular, constructora de Grupo Hermes, de Carlos Hank González, cuyo Grupo Financiero Interacciones, funge como aseguradora de la obra.
Desde hace dos años los vecinos sabían de la obra y enviaron a sus representantes vecinales a investigar. Nunca tuvieron resultados, hasta que en noviembre, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, anunció que estaba por iniciar la construcción.
Al confrontar a sus representantes, éstos nunca dieron información y resultó que habían firmado documentos en nombre de los vecinos, aun cuando la Ley de Participación Ciudadana no los faculta para eso, explica Susana Kanahuati.
Fue entonces cuando empezaron a promover las solicitudes de información, y ya enterados a tramitar un amparo. En trámites y denuncias estaban cuando anoche se realizó la tala de lo que estiman, fueron unos 300 árboles.
Sin embargo, se espera que en las próximas horas las cuadrillas continúen lo que han iniciado, pues el plan oficial contempla la desaparición de 855 árboles. De ahí que, por la mañana, surgiera la confusión sobre la cantidad que se aserró en las primeras horas del día.
En el proyecto también se contempla un parque lineal, que sin embargo, no contempla árbol adulto pues las raíces comprometen el túnel, explica Kanahuati.
Los entrevistados acusan que hay proyectos más amigables con el ambiente, pero que no generan el dinero que hay en estas obras. Gershenson lo expresa así:
“Pretenden compensar el ecocidio con parques de bolsillo, de florecitas desechables y pasto. Los responsables del medio ambiente en realidad sirven para gestionar las obras, en su tiempo Claudia Sheimbaun, luego, Marta Delgado y ahora, Tania Müller… son una misma escuela”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA.
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