Los dos lo reconocen como un hombre bueno, de respeto y hasta cariñoso, pero ninguno ve al cardenal Alberto Suárez Inda como santo de su devoción. El ‘Padre Pistolas’ y el ‘Padre Goyo’, cada uno con su rebeldía, son los dos sacerdotes que se han convertido en los clavos de la cruz del Cardenal michoacano.
De los 418 sacerdotes que sirven en las cuatro diócesis integradas en el arzobispado de Morelia, Michoacán, son los padres Alfredo Gallegos Lara y Gregorio López Jerónimo quienes han monopolizado las regañinas del Cardenal Alberto Suarez Inda.
Al “Padre Pistolas” lo ha suspendido en dos ocasiones y el “Padre Goyo” recién acaba de concluir un año de sanción.
A pesar de ello, no tienen empacho en cuestionar públicamente a su superior. No por nada se han ganado el mote de ser “Los hijos desobedientes de don Alberto”.
El “Padre Pistolas”, quien ha confrontado abierta y directamente al Cardenal, recibió la sanción a causa de una presentación musical que hizo en público, en donde salió al escenario vestido de charro, con pistola fajada al cinto y cantando para enamorar.
No sabe si fueron los chistes colorados o los piropos amorosos que lanzó al aire lo que despertó el coraje del prelado.
Gallegos Lara cuenta que el Cardenal Suárez Inda lo reprimió en privado, pero ante la reincidencia de sus presentaciones artísticas, tuvo que sancionarlo en dos ocasiones.
El “Padre Pistolas” reconoce que hay una tirante relación con el Cardenal, la que ni siquiera es de fondo, sino de formas.
Por su parte, el “Padre Goyo” fue reconvenido por intervenir directamente en la organización de la sociedad civil en la zona de Tierra Caliente.
Al Cardenal michoacano no le gustó la acción decidida de López Jerónimo, quien creó una organización civil denominada Consejo Ciudadano Responsable de Impulsar el Sano Tejido del Orden Social (CCRISTOS), considerado el brazo rebelde de la Iglesia Católica.
Ellos están en franco apoyo de los grupos de autodefensa que se alzaron contra el cártel de Los Caballeros Templarios. El Cardenal le gestionó un año de sanción.
“Los dos somos muy hocicones”, dice el padre Alfredo Gallegos, refiriéndose a él y al “Padre Goyo”, “yo creo por eso no nos quiere el señor Alberto Suárez”.
Pero parece que poco le importa la percepción que de él tenga el Cardenal. Pues pese a que fue sancionado por cantar en público, no deja su gusto por la cantada.
“Ya voy a sacar mi noveno disco”, anuncia contento. “Tengo cuatro años que estoy de perro, pero ya voy a grabar el noveno y a sacarlo antes de que me haga viejo”.
No le importa si lo sancionan otra vez.
El “Padre Goyo” reconoce diferencias con el Cardenal.
“Pero son naturales”, dice. “Somos de las mismas ideas, pero en el modo de agarrar la cuchara diverge; él es zurdo, yo soy derecho, pero al final del día queremos lo mismo: una iglesia que trabaje más al lado de los pobres, de las viudas, de los presos, de los huérfanos, en donde sabemos que está Cristo”.
FUENTE: REPROTE INDIGO.
AUTOR: J. JESÚS LEMUS.
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