En un texto publicado en 2014, la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH) escribió sobre el caso de Alejandro, acusado de asesinar a su hermana y cuñado mientras dormían, en 1992, y condenado a 50 años de cárcel:
*Alfonso no tenía manchas de sangre de las víctimas en la ropa ni en otro lado al momento de su detención.
*Los cabellos recuperados de la escena del crimen no le correspondían, de acuerdo con las pruebas periciales de la misma procuraduría.
*Toda la evidencia, incluyendo la ropa de cama y las prendas de los cuerpos, fue incinerada el mismo día en que sucedieron los hechos.
*Alfonso no presentaba ninguna herida en las manos.
Para ordenar su liberación inmediata, la Corte consideró la resolución en la que se determinó que “un agente de policía era responsable por la detención arbitraria, incomunicación y tortura” de Alfonso Martín del Campo Dodd, dictamen médico psicológico conforme al Protocolo de Estambul –procedimiento para comprobar que alguien fue víctima de tortura-, informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la recomendación de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, la opinión del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la Organización de las Naciones Unidas, un punto de acuerdo de los senadores y otro de los asambleístas capitalinos.
En su texto, la CMDPDH explicó que el caso de Alfonso Martín del Campo fue el primero de México en llegar a la CIDH, pero lo descartó debido a que México interpuso la reserva de no someterse a la jurisdicción contenciosa de la Corte en casos ocurridos con anterioridad a 1998.
El 27 de julio de 2014, Martín del Campo Dodd publicó un video para pedir apoyo a la comunidad nacional e internacional: “Mi caso debería ser un escándalo y no lo es (…) los verdaderos homicidas gozan de libertad y total impunidad”.
FUENTE: ANIMAL POLÍTICO.
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