Para algunos expertos, al aprobarse la Reforma Política del DF, los ciudadanos comunes tendrán menos posibilidades de acceder a la Asamblea Constituyente, pues si una persona quiere integrarse deberá presentar más de 73 mil firmas ante el INE.
De acuerdo con el esquema aprobado de la Reforma Política del DF, los ciudadanos comunes tienen menos posibilidades de acceder a la Asamblea Constituyente de la nueva Constitución Política de la Ciudad de México, coincidieron expertos.
El Senado aprobó este martes la reforma política del Distrito Federal, con lo que se dota de un régimen constitucional a la capital mexicana.
De acuerdo con lo aprobado, la Asamblea Constituyente se constituirá por 100 integrantes. De ellos, 60 serán electos por el principio de representación proporcional, que serán votados en la lista de una sola circunscripción plurinominal.
La elección de esos 60 miembros ocurrirá el domingo 5 de junio, y comenzarán a trabajar a partir del 15 de septiembre del 2016, fecha límite para que el jefe de Gobierno capitalino entregue el proyecto de Constitución Política.
También podrán postularse candidatos independientes, quienes tendrán que recolectar el 1 por ciento de las firmas de los ciudadanos inscritos en el padrón electoral de la Ciudad de México.
Es decir, si un ciudadano quisiera ser considerado para participar en la Asamblea Constituyente, deberá presentar 73 mil 668 firmas ante el Instituto Nacional Electoral (INE), autoridad que estará encargada de organizar el proceso de elección.
Los partidos políticos podrán participar en las candidaturas postulando a diputados constituyentes.
Además de los 60 legisladores electos, habrá otros 40 diputados constituyentes que llegarán designados desde varias esferas del poder.
Por un lado, el presidente de la República podrá designar a seis miembros de la Asamblea; lo mismo el jefe de Gobierno del Distrito Federal.
El Senado y la Cámara de Diputados deberán designar a 14 senadores y diputados cada uno, para que participen en el Constituyente.
El senador perredista Mario Delgado, presidente de la Comisión del Distrito Federal, denunció que con la construcción de la Asamblea Constituyente no representará la conformación política del Distrito Federal, donde el PRI es minoría, pero tendrá mayoría en el órgano.
De acuerdo a sus proyecciones, el tricolor y su aliado, el PVEM, podrían hacerse hasta de un 32 por ciento de la Asamblea Constituyente; el PAN se quedaría con un 16 por ciento; el PRD, con 26 por ciento; Morena, con 19; y los demás partidos, con un 7 por ciento.
“Los senadores y diputados serán designados en su mayoría por el PRI y el PAN, además de las designaciones de Enrique Peña Nieto, le van a generar al PRI una sobrerrepresentación artificial en que no tienen por la vía electoral”, acusó Delgado.
Según constitucionalistas, la conformación aprobada de la Asamblea Constituyente pone en peligro la redacción de la Constitución de la Ciudad de México, sobre todo en la participación política de la ciudadanía.
Partidos, con miedo de los ciudadanos
Jaime Cárdenas Gracia, abogado constitucionalista e investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, consideró que los partidos políticos buscan hacerse del control de la Asamblea Constituyente por temor al empoderamiento de los ciudadanos.
“Quieren hacer una Constitución a la medida de las nomenclaturas de las élites de los partidos, y no una Constitución a medida de los ciudadanos. ¿Qué les da pánico? Les atemoriza un Constituyente donde, por ejemplo, se tengan muchos mecanismos de participación ciudadana que ahorita no existen en la Ciudad de México.
“Rechazarían, por ejemplo, que hubiera propuestas como la elección directa de los magistrados del Tribunal Superior de Justicia o del voto ciudadano. Lo que están previniendo, con este procedimiento elitista, son propuestas de democracia radical, están demostrando que no quieren una democracia cercana a los ciudadanos”, señaló Cárdenas en entrevista.
Para el académico, un Constituyente conformado por diputados emanados de las fuerzas políticas se convierte en un congreso elitista, alejado de la ciudadanía y sus necesidades.
“Están elitizando el procedimiento para que el control lo tengan unos cuantos líderes de la Asamblea Constituyente; es decir, para que se pongan de acuerdo el PRI, el PAN y el PRD.
“Es una Asamblea Constituyente muy elitista, muy partidocrática, poco democrática, con poco espacio para la participación de los ciudadanos”, expuso el catedrático.
La única forma en que la Asamblea Constituyente esté totalmente legitimada sería que estuviera conformada por líderes sociales, con representación de todos los sectores, comentó Cárdenas, porque así como estará formada “no es suficientemente democrática”.
En ella, sostuvo, deberían participar todo tipo de personas, desde expertos en cuestiones legales, hasta empresarios, trabajadores, académicos o amas de casa que representen a un sector social.
Cárdenas va más allá. Para el constitucionalista, el proceso de conformación de la reforma política del Distrito Federal es débil de raíz, pues se debió llevar a cabo un referéndum para, incluso, saber si la ciudadanía quería que hubiera una nueva Constitución y la forma de organización que debía tener la Ciudad de México.
Un modelo en peligro
Para Francisco Burgoa, abogado constitucionalista y catedrático de la Facultad de Derecho de la UNAM, si no se permite a los ciudadanos llegar a la Asamblea Constituyente, se pondría en peligro la conformación del modelo de Ciudad que se requiere.
Aunque el envío del proyecto de la Carta Magna de la Ciudad de México será facultad exclusiva del Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Burgoa insistió en que éste debe ser enriquecido por una Asamblea totalmente autónoma y que no sea solo comparsa de las autoridades de la capital.
“Se busca que una Asamblea Constituyente tenga una representación plural, pero hasta donde los diputados que conformen esta Asamblea van a tener la libertad para discutir los temas de la propia Constitución.
“Porque si la Asamblea Constituyente solamente va a fungir como un órgano de legitimación del proyecto que envíe el jefe de Gobierno, no me parecería lo más apropiado”, criticó Burgoa.
Además, quienes sean llamados a formar parte de esa Asamblea Constituyente no deberían obedecer a criterios partidistas, sino a un interés general de construir el andamiaje de la Ciudad de México.
“Nosotros como ciudadanos queremos tener la confianza ciega de que la Asamblea Constituyente goce de una autonomía en la toma de sus decisiones y goce de una pluralidad. ¿Cómo lo vamos a lograr? En la medida que se haga una reforma en donde se pueda dar esa garantía”, consideró.
Burgoa sugirió que el proyecto de Constitución pueda ser construido por entidades académicas de prestigio, aunque lo presente el jefe de Gobierno, para garantizar que no sea una Carta Magna que obedezca solo a criterios políticos.
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: IMELDA GARCÍA.
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