MÉXICO, D.F: Las cifras sobre la tortura en México acumuladas durante los últimos años en la Procuraduría General de la República (PGR) y en la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) desmienten cualquier discurso conciliador: más de 4 mil casos presentados en la primera dependencia y más de un centenar de expedientes en la segunda.
El relator especial de la ONU sobre Tortura y Tratos Crueles, Juan Méndez, documentó esa práctica generalizada en su informe de la semana antepasada, pero el gobierno de Enrique Peña Nieto se empecina en negarla.
“Las cifras de México en materia de tortura son escandalosas; en cualquier otro país se arma un borlote si hay un solo caso. Aquí parece que es algo normal”, sostiene el director de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de Derechos Humanos (CMDPDH), José Antonio Guevara Bermúdez.
Según los datos recabados por el organismo de Guevara por medio de solicitudes de información pública, la PGR registró 23 denuncias por tortura en 2006; para octubre de 2014 la cifra se disparó a 2 mil 55 denuncias, de las cuales 3 mil 568 (88%), se registraron en los últimos dos años.
De ese total, sólo mil 884 corresponden a “casos que se encuentran en investigación”, comenta Guevara.
Respecto a las cifras del ómbudsman nacional, en el periodo del 1 de diciembre de 2006 –cuando Peña Nieto asumió la Presidencia– al 30 de octubre de 2014 se abrieron 104 expedientes de queja exclusivamente por tortura.
Sin embargo, esos datos han sido omitidos en las comunicaciones emitidas por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) con un propósito avieso: contravenir la conclusión presentada el 9 de marzo último en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas por el relator Méndez, según la cual “la tortura y los malos tratos (durante las detenciones) es generalizada”.
En su comunicado del domingo 5, la dependencia insistió en que en su documento Méndez se refiere a “14 casos de tortura”, pero lo malinterpreta. Señala, por ejemplo, que aun cuando la CNDH y las comisiones estatales reportan “un número muy elevado de denuncias por tortura”, la gran mayoría son desechadas. Eso “lo reconoce el señor Méndez en el párrafo 32 de su informe”, apuntó la cancillería.
El fragmento citado en realidad apunta hacia la impunidad que envuelve a la tortura y a los malos tratos, y no que reduzca “innegable y significativamente el universo de casos donde se alega la práctica”, como menciona el boletín.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2006, ya en circulación)
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: GLORIA LETICA DÍAZ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario