“En este regreso a la Presidencia (del PRI) lo que se refleja es gran capacidad de adaptación, que no reproduce vicios de los 70, pero sí los reedita", aseguró. En el 2000, “tuvimos esperanza, pero se vio cancelada cuando las políticas de Estado no cambiaron”.
“En el siglo XX, hablábamos todavía de la hegemonía política y el partido único (PRI). A quienes formaban parte de esta hegemonía les decíamos la nomenclatura , al estilo soviético. Esta élite permanecía en los cargos públicos de la administración y de los cargos de elección popular”.
Lo que vivimos ahora “es el fortalecimiento del presidencialismo mexicano, que regresa por lo suyo, por algunos espacios que fue cediendo en esta pretendida transición, y nunca llegaron a consolidarse”, sostuvo el periodista Arturo Rodríguez , autor de El regreso autoritario del PRI. Inventario de una nación en crisis.
En entrevista para Aristegui CNN, expuso la hipótesis central de su libro, en el que “periodísticamente trato de soportar, y creo que lo logro, que esta hegemonía se reeditó y esta nomenclatura se reorganizó. Si bien hoy no tenemos un partido único, tenemos al Pacto por México”.
“Si hacemos un balance de las elecciones que han ganado los partidos con mayor representación electoral -hablando del PAN y del PRD en los estados de la República-, encontramos que por lo menos la mitad de los que fueron gobernadores panistas, son ex priistas”, apuntó.
En el pasado, dentro del PRI “había distintos tipos de priistas, que al final de cuentas prevalece una lógica y una forma de ser. El rasgo particular de este priismo como sistema y entendido como una cultura política, es que la corrupción y la impunidad son el binomio cuadrado perfecto de la clase política mexicana”, señaló Rodríguez.
“No importa por qué partido lleguen, lo vemos en los estados con supuesta alternancia, lo vemos en Guerrero, Puebla, Sonora, y podemos seguirle”, aseveró.
En el 2000, “asumimos que estábamos llegando a la transición democrática y que el cambio de partido en el poder abría una nueva historia para el país, tuvimos esperanza, pero se vio cancelada cuando las políticas de Estado no cambiaron”.
“Con Calderón vivimos la sangría nacional que nadie esperaba”, agregó.
Y recordó que “en ese proceso de violencia, las alertas que ya existían se fueron concretando… el caso Ayotzinapa parece que no queda fuera de esto”.
Respecto al nombramiento de Eduardo Medina Mora como ministro de la Corte, el periodista de Proceso opinó que “el caso de la Suprema Corte se inscribe en esta concentración y fortalecimiento del poder presidencial y del centralismo en México. No hay que olvidar que en el tema de las reformas estructurales, ocurre lo mismo, hay gran concentración de poder en la figura Presidencia”.
“El antiguo autoritarismo se fue en formas y esas formas regresaron, el PRI es un partido de lenguajes, de gestos, de conductas, de parafernalias, y uno de los elementos que se expresan en el libro es lo que tiene que ver con este retorno con esta naturaleza de conductas y formas de ser, y por el otro, de un poder que realmente no perdieron”.
Abundó que “en este regreso a la Presidencia lo que se refleja es gran capacidad de adaptación, que no reproduce vicios de los 70, pero sí los reedita”.
Rodríguez detalló que “el componente fundamental y de fondo es que, si en el pasado veíamos la expresión de una presidencia política, por ejemplo en los años 70, hoy vemos una con un evidente calado económico y con intereses de grupos económicos y extranjeros muy claros, que se reflejan en todos los sectores”.
“La peculiaridad del libro es que tiene algunos referentes históricos que nos permiten entender los procesos”, acotó.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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