El periodista sostiene que el director de Comunicación Social de la Presidencia, Eduardo Sánchez, "convenció a los Vargas-Chao-MVS de utilizar la crisis para disfrazar la censura".
Fragmento de la columna del periodista Álvaro Cepeda Neri, publicada originalmente en la revista Contralínea
Empresarios y funcionarios temen que Mexicoleaks abra lo que falta de la “Caja de Pandora” de la corrupción
No fue el uso de la marca MVS en la organización Mexicoleaks lo que desencadenó los ataques en desplegados a toda plana y, después, el despido de los reporteros Irving Huerta y Daniel Lizárraga; y ante la defensa de Carmen Aristegui de su equipo de periodismo de investigación, la terminación de la relación laboral de la misma Aristegui.
Bastaba con suprimir de Mexicoleaks las iniciales de la empresa de la familia Vargas. Pero el recién nombrado director general de Comunicación Social de la Presidencia de Enrique Peña, dueño de una cadena de restaurantes de comida japonesa, Eduardo Sánchez, aprovechó el conflicto para llevar a cabo la venganza de Angélica Rivera, Luis Videgaray y el mismo Enrique Peña Nieto, exhibidos por los bienes inmuebles que simularon comprar al empresario favorito del peñismo: Juan Armando Hinojosa Cantú-Grupo Higa.
Sánchez convenció a los Vargas-Chao-MVS de utilizar la crisis para disfrazar la censura a las libertades de obtener y dar información veraz y contrastada con un asunto “entre particulares”, de acuerdo con la explicación no pedida del boletín de la Secretaría de Gobernación-Miguel Ángel Osorio, la mano pública con guanteconciliatorio de la mano negra de Aurelio Nuño-Los Pinos.
Funcionarios, políticos y empresarios que han hecho de sus relaciones un botín, se sumaron a la presión para a toda costa y al precio que fuera (ellos asumirían el costo para apoyar a MVS), echar a la calle al programa radiofónico de noticias, investigaciones periodísticas, entrevistas y crítica, porque si con esto se apuntalaba Mexicoleaks, las elites políticas-administrativas y sus cómplices empresariales estarían más en la mira de las denuncias sobre corrupción.
Sacar el programa de Aristegui y cerrarle otras opciones en los medios de comunicación abiertos fue y es el objetivo del peñismo, con el fin de –al menos– disminuir, y si es posible cancelar, el proyecto Mexicoleaks, que ha puesto en alerta máxima a banqueros, patrones, militares, policías, funcionarios, jueces, magistrados, ministros, sindicatos, partidos políticos, etcétera, pues si logra establecerse, éste puede ser el destapacaños de la corrupción privada y pública que abortaría los despojos que han devastado a la nación, desacreditado a las instituciones y mermado su credibilidad (…).
COLUMNA INTEGRA.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS/CONTRALINEA
AUTOR: CEPEDA NERI.
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