El texto, firmado por el periodista Emmanuel Ameth, señala que “los gobernadores de México tienen una obsesión por la popularidad, así sea ésta del tipo ilusorio. Es por esta razón que no dudan en robustecer sus redes sociales con cuentas creadas para la mera satisfacción de sus egos, en el mejor de los casos.
“Tan sólo en sus cuentas de Twitter, uno de cada tres seguidores totales obedece a perfiles ‘falsos’, es decir, cuentas con escasa o nula actividad que interactúan poco en la red social, así como con otros usuarios, además de los bots (perfiles que suelen limitarse a difundir un mismo mensaje en masa)”.
El informe señala que el gobernador que más recurre al uso de cuentas falsas para aparentar un mayor número de seguidores es el de Hidalgo, José Francisco Olvera, seguido de Miguel Ángel Mancera, jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Forbes precisa que el análisis se realizó con TwitterAudit, la cual identificó la proporción de seguidores no reales con que los gobernadores nutren sus cuentas de Twitter.
La publicación aclara que aunque el método no es perfecto, sí brinda un acercamiento suficiente para dar certeza a los resultados.
Forbes indica que si bien José Francisco Olvera y Miguel Ángel Mancera son “los casos más tristes respecto de esta lamentable práctica”, hay por lo menos ocho mandatarios que cuentan con más de la mitad de seguidores falsos.
A Olvera y Mancera le siguen en la lista los gobernadores de Zacatecas (Miguel Alonso Reyes), Nayarit (Roberto Sandoval), Tabasco (Arturo Núñez), Estado de México (Eruviel Ávila), Guerrero (Rogelio Ortega), Michoacán (Salvador Jara), Veracruz (Javier Duarte), Chiapas (Manuel Velasco), Sinaloa (Mario López), Jalisco (Aristóteles Sandoval), Nuevo León (Rodrigo Medina) y Oaxaca (Gabino Cué).
Destaca que el único gobernador con una proporción deseable de seguidores es el de Tlaxcala (Mariano González), aunque es quien menos número de seguidores tiene, seguido de su homólogo de San Luis Potosí (Fernando Toranzo).
Finalmente, el mandatario de Yucatán, Rolando Zapata, cuenta con una proporción de seguidores reales aceptable.
La revista considera “curioso que los gobernadores se califiquen a sí mismos como íntegros, cuando para ello, por definición, deben conducirse de manera recta, probada e intachable en todas las actividades que realizan, incluso en las más pequeñas, como es el manejo de sus redes sociales”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: REDACCIÓN
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