El triunfo de tres candidatos independientes en una gubernatura y dos diputaciones, una local y otra federal, impactó de tal modo el ambiente político dominado por los partidos que tiende a sobredimensionarse. Analistas y políticos advierten que, en primer lugar, la mayoría de esos aspirantes provienen de los partidos, y en segundo, que sin la legislación adecuada pueden reproducir o incluso agravar los vicios del sistema electoral.
MÉXICO, D.F: Montados en las victorias de tres candidatos independientes, uno a gobernador, otro a diputado federal y uno más a legislador local, la prensa extranjera, la clase política, los comentaristas de televisión y radio, e incluso la Presidencia de la República, presumieron que sus triunfos fueron posibles gracias a la reforma política peñanietista.
“Bienvenidos al partido de los independientes”, ironizó el presidente del Senado, Miguel Barbosa Huerta, coordinador de la bancada del PRD, mientras el vocero de la Presidencia de la República, Eduardo Sánchez, afirmó en conferencia de prensa que “gracias a la reforma electoral se permitió la participación de candidatos independientes”.
Más cauto, Emilio Gamboa Patrón, coordinador de los senadores del PRI, advirtió que El Bronco fue priista durante toda su carrera, expresó su tristeza por la derrota de Ivonne Álvarez, exsenadora y aspirante del tricolor, y advirtió que la existencia de los candidatos independientes influirá en la renovación de 12 gubernaturas en 2016.
The Wall Street Journal, The Washington Post, Los Angeles Times y decenas de medios y agencias informativas internacionales se concentraron en el triunfo de El Bronco, que “rompió el bipartidismo” en Nuevo León, aunque evadieron mencionar que el Congreso local del mismo estado seguirá controlado por el PRI y el PAN, las dos principales fuerzas políticas del estado y del país.
Conductores de Televisa, TV Azteca y Multimedios entrevistaron a Rodríguez Calderón, a pesar que durante la campaña electoral minimizaron la llamada “broncomanía” y ninguna encuesta acertó al porcentaje de votos con que ganó el expriista, vinculado a antiguos grupos políticos y económicos muy fuertes de Monterrey.
En las otras ocho entidades donde se eligió gobernador se presentaron 17 candidatos independientes, pero todos pasaron sin pena ni gloria: en Baja California Sur hubo dos (Benjamín de la Rosa y Jorge Luis Godínez), en Campeche se inscribió Luis Antonio Canché; en Colima se postularon dos (Gabriel Salgado Aguilar y Carlos Barbazán), igual que en San Luis Potosí (Enrique Suárez del Real y José Alfredo Loredo), uno en Sonora (Manuel Eduardo Rábago) y tres en Querétaro (Alberto Marroquín, Rolando Augusto Ruiz y Omar Osvaldo González).
A nivel de presidencias municipales, pocos alcanzaron victorias como José Alberto Méndez, en Comonfort, Guanajuato, o Alfonso Martínez, exmilitante panista que triunfó como candidato independiente en Morelia, Michoacán, ambos con muchos menos recursos que sus contendientes.
Entre los candidatos a diputados federales, la expectativa de los independientes fue de más a menos: de 122 que manifestaron su intención de inscribirse en 28 entidades, sólo 52 se registraron y 22 cumplieron con los duros requisitos para ser aspirantes en 12 entidades y 20 distritos electorales federales. En otras palabras, menos de la sexta parte lograron su objetivo.
En la mayoría de los casos no se trató de individuos que construyeron plataformas de apoyo, sino de escisiones de militantes del PRI, PAN o PRD que no los postularon.
Para 2016 se espera un buen número de candidatos independientes en entidades como Sinaloa (donde cinco ciudadanos se registraron como tales para diputados federales y existe un pujante movimiento local, el Partido Autónomo de Sinaloa), Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas.
(Fragmento del reportaje que se publica en la revista Proceso 2015, ya en circulación)
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JENARO VILLAMIL (REPORTAJE ESPECIAL)
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