Una de las plazas electorales más competidas del país es la del Distrito Federal, no sólo por la importancia económica y política de la ciudad, sino porque está en juego el destino de la izquierda partidista mexicana. Como en ninguna otra entidad, las mayores expectativas del PRD y de Morena se concentran en el escenario de sus triunfos históricos.
MÉXICO, D.F: La fuerte competencia electoral entre el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) terminará en una debacle para el primero en el Distrito Federal. Esto es lo que vaticina Martí Batres, presidente nacional del Morena, a contrapelo de lo que afirma el dirigente capitalino del PRD, Raúl Flores.
En entrevistas por separado, ambos consideran que sus partidos saldrán triunfantes en los comicios del 7 de junio, en los cuales se renovarán las 16 jefaturas delegacionales, las 40 diputaciones locales de mayoría relativa y 26 de representación popular.
Aunque las encuestas de Mitofsky y Parametría le dan ventaja a Ricardo Monreal y Clara Brugada, los candidatos de Morena a jefes delegacionales de Cuauhtémoc e Iztapalapa, y en Tlalpan está dando la batalla por el mismo partido Claudia Sheinbaum, la encuestadora Demotecnia le da ventaja al PRD por 10 puntos sobre Morena.
Desde 1994, cuando el PRD comenzó a ganar cargos de elección popular, ha sufrido altibajos en las votaciones. Obtuvo sus mayores logros con los candidatos presidenciales Cuauhtémoc Cárdenas y Andrés Manuel López Obrador. Ambos están ahora fuera de ese partido.
En las intermedias de 2003 y 2009, los porcentajes del PRD decayeron. Hace seis años decidió contender solo, pues rompió su alianza electoral con el Partido del Trabajo y Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano.
Aquel año este semanario publicó: “El PRD pagó este 5 de julio (2009) el alto costo de su división interna, al volver a ser la tercera fuerza política en la Cámara de Diputados y poner en riesgo su predominio absoluto en el Distrito Federal. Ni siquiera pudo conservar su votación histórica, pues bajó de 35% a 15% o menos de las preferencias electorales.
“En cualquier caso implica un retroceso en comparación con la elección intermedia de 2003, cuando ese partido consiguió un centenar de curules y con la federal de 2006, en el que obtuvieron la mayor votación de su historia, con 127 diputaciones (91 de mayoría relativa y 36 plurinominales)”. (Proceso 1705)…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2013 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: ROSALÍA VERGARA.
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