El diputado electo y exdelegado en Iztapalapa niega haber traicionado al PRD en el pasado proceso electoral. Dice que a los culpables del mal paso del partido hay que buscarlos en la dirigencia nacional y local.
“Si hay que buscar culpables de lo que ocurrió en el Distrito Federal, los dos grandes culpables son Jesús Zambrano y Raúl Flores”, acusa Jesús Valencia .
El exdelegado en Iztapalapa está bajo sospecha de haber jugado a favor de otras fuerzas políticas en la demarcación.
“Raúl Flores que se vea en un espejo”, dice Valencia sobre el presidente del PRD en la Ciudad de México, quien puso en el escenario el tema de las traiciones tras el descalabro que sufrió el partido en la capital.
El Sol Azteca perdió ocho de las 14 delegaciones que gobernaba y la mayoría absoluta en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF).
El polémico exdelegado de la jurisdicción más ambicionada por los partidos políticos, debido al presupuesto que recibe anualmente y a la cantidad de votos que representa, se defiende.
“No estoy de acuerdo en el tema de buscar culpables, pero si hay que hacerlo, Zambrano y Flores lo son”, acusa.
Dice que analizar lo que ocurrió durante y después del proceso de selección de candidatos permite detectar que hubo mucho maltrato hacia grupos internos, a los que se les dejó fuera de la repartición de candidaturas del PRD, y que a la hora de votar se desquitaron y golpearon al partido.
“Sabíamos, por ejemplo, que (René) Bejarano iba a votar diferenciado, si lo dejaste fuera de la delegación Cuauhtémoc, qué esperabas”, cuestiona.
Valencia se refiere al proceso interno del PRD a través del cual René Bejarano, cuyo grupo político gobernó los últimos años la delegación Cuauhtémoc, no pudo colocar a ninguno de sus candidatos y más aún fue traicionado por algunos, como el exdelegado Alejandro Fernández.
La cuota para Valencia
El perredista relata que días antes de la elección en el Distrito Federal, Jesús Zambrano, dirigente nacional, y Raúl Flores, líder capitalino, lo citaron en un restaurante para informarle cuál sería su cuota a cumplir: tres distritos, dos locales y uno federal.
Aunque se inconformó con la asignación (pues en esas zonas que le comisionaron él no traía el control total de la gente ni del voto), los dos dirigentes le pidieron acatar, pues ya se había hecho la repartición y no había marcha atrás.
“Cumplimos y cumplimos bien. Somos la única delegación en la que se ganó la jefatura delegacional, siete de ocho distritos locales, y tres de seis de los federales”, puntualiza.
“A mí me tocaron tres candidaturas, las tres que ganamos”, dice Valencia, para refutar las acusaciones de que él traicionó en Iztapalapa.
Reitera una y otra vez que ante la marginación que tuvieron dentro del PRD muchos militantes buscaron opciones en otros partidos.
Y como muestra refiere el caso de una de sus colaboradoras en Iztapalapa, Abril Yeanette Trujillo, quien fue su directora territorial en Ermita Iztapalapa.
Esta exfuncionaria al ver que no tenía posibilidades en el PRD se registró en el Partido del Trabajo, luego en Movimiento Ciudadano, donde la impugnaron, y al final en el Partido Encuentro Social (PES), con el que consiguió una diputación local por la vía plurinominal.
¿Trabajaste a favor del PES en estas elecciones?, se le cuestiona.
“Yo tengo muchos amigos en todos lados”, responde Valencia con una sonrisa.
Asegura apoyar a Dione
El exdelegado en Iztapalapa arribará al Congreso de la Unión a través de una candidatura plurinominal del PRD.
Se jacta de llegar fortalecido a la Asamblea Legislativa del DF a través de varios diputados locales a los que apoyó, posición que le permitirá negociar espacios en la propia delegación y hasta en el gobierno.
Con este escenario, Valencia rechaza que se le tache de traidor. Reconoce que hace tres años sí ocurrió la reunión en un hotel de la Ciudad de México a la que hace referencia la delegada electa en Iztapalapa, Dione Anguiano.
Ese día, Marcelo Ebrard decidió que le tocaba primero a Valencia gobernar Iztapalapa, y luego sería el turno de ella.
Pero también advierte que a partir del 5 de diciembre, cuando Miguel Ángel Mancera asumió como jefe de Gobierno en el Distrito Federal, las reglas del juego cambiaron.
“Nunca le regatee el apoyo”, refiere respecto a Anguiano.
Valencia se prepara para llegar al Congreso de la Unión dispuesto a negociar con el mejor postor respecto a los espacios que asume le corresponden en la Asamblea local.
El exdelegado ha resultado invicto de escándalos personales y políticos, como el de la camioneta que chocó, que le había prestado uno de los principales proveedores de la delegación.
Y los señalamientos tras comprar una mansión en una de las zonas más costosas de la Ciudad de México.
FUENTE: REPORTE INDIGO.
AUTOR: ICELA LAGUNAS.
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