¿Tenemos ricos generosos, capaces de abatir la pobreza endémica que aumenta cada día en México? Vivimos el lento y seguro desplome de la economía anunciado con una incipiente, pero importante devaluación del peso y los empresarios billonarios del país deciden decir que todo va muy bien. Algo no cuadra.
El último encuentro hace unos días, entre Enrique Peña Nieto y el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), integrado por los representantes y propietarios de las 50 empresas más poderosas del país que ofreció un importante espaldarazo a las reformas fallidas del Ejecutivo, nos da la respuesta.
Todo indica que este poderoso grupo de ricos quiere seguir siendo cada día más rico y para ello no escatimaran recursos en apoyar al gobierno en turno a fin de sostener sus privilegios y ahondar más el abismo que separa a ricos y pobres en este país.
Para ello, anunciaron la inversión de 520 millones de pesos a los sectores de telecomunicaciones, minería, productos químicos, industria farmacéutica, banca, transporte, construcción e infraestructura, entre otros.
Allí estaban estrechándole la mano a Peña Nieto, Carlos Slim Domit, Adrián Sada, Ricardo Martínez Bringas, Germán Larrea y María Asunción Aramburuzavala, entre otros de la lista de los más ricos de México.
Los observaba pensando en los 70 millones de pobres que hay en México. Y pensé: ¿qué sería de este país si tuviera millonarios generosos, menos mezquinos, más comprometidos con la justa distribución de la riqueza, con aumentar el nivel de vida de sus trabajadores y aceptar ese incremento al paupérrimo salario mínimo de mil 700 pesos?
Seguramente sería un país más próspero para todos, pero tenemos una de las clases millonarias y ricas más mezquinas del mundo, acumuladores de riqueza y hambreadores del pueblo.
Si en México existen entre 60 y 70 millones de pobres no es solo culpa del gobierno o sus ciudadanos, también tienen responsabilidad esos que dicen generar riqueza; esos empresarios capaces de someter a los sindicatos a base de espléndidas mordidas a fin de no subir los salarios y mantener el nivel del 80 por ciento de rezago en el poder adquisitivo de los trabajadores.
Observo los rostros de estos millonarios: Slim Helú (Carso), Germán Larrea Mota-Velasco (Grupo México), Alberto Baillères González (Peñoles y Palacio de Hierro), Ricardo Salinas Pliego (TV Azteca) y Eva Gonda Rivera (Grupo Femsa), María Asunción Aramburuzabala (Grupo Modelo), Servitje (Bimbo) Azcárraga Jean (Televisa), Alfredo Harp Helú (Grupo Martí), Max Michel Suberville (Liverpool y Aeroméxico), Robinson Bours (Bachoco), José Antonio Chedraui Obeso (Chedraui), Ricardo Martín Bringas (Soriana), Rufino Vigil González (Industrias CH) González Nova (Comercial Mexicana) Jerónimo Arango (Vip’s) Zambrano (Cemex), Del Valle (Banco ve por más), David Peñaloza Sandoval (Pinfra constructora), González Moreno (Banorte y Gruma)… un largo etcétera, y pienso: ¿estos billonarios hicieron su fortuna a base de un sistema de explotación de trabajadores?
Las cifras no mienten. México está en el número 21 de una lista de 40 con el mayor número de multimillonarios que cuentan con una riqueza acumulada de mil millones de dólares. En este rango se encuentran 27 multimillonarios mexicanos que juntos acumulan activos por 169 mil millones de dólares, de acuerdo con el censo Wealth and UBS Billionaire 2014 (Riqueza y Billonarios 2014).
Según esta medición, que se publica cada año, el número de multimillonarios mexicanos subió 23 por ciento, al pasar de 22 a 27 de 2013 a 2014. Sus activos representan 32 mil millones más con respecto a los 137 mil millones de 2013, lo que ubica a México en el lugar 21 de 40 países con el mayor número de magnates.
En esta medición a México le va tan bien que ocupa el lugar 16 la capital con el mayor número de multimillonarios y la coloca en la segunda ciudad a nivel Latinoamérica con mayor número de ricos, tal vez, por eso, el patrimonio neto de ellos colocan al Distrito Federal en el primer lugar.
Para adquirir estos números hay que agradecerle a Carlos Slim, cuya fortuna asciende 79 mil 600 millones de dólares, la mitad del total de los multimillonarios mexicanos.
Estos datos de éxito y prosperidad, contrastan con el aumento de personas en situación de pobreza. Si en 2010 había 52 millones de pobres, en 2012 pasó a 53.3 millones, es decir, un 45.5% de la población, de los cuales, 27.4 millones de habitantes, tenían carencia a la alimentación.
Y lo dice el Banco Mundial al advertir que México padece un estancamiento de 20 años en reducir la pobreza y afirma que el universo de pobres en el país superaba los 61.4 millones en 2012, de los cuales, 23 millones viven en pobreza extrema. Hay estudios como los de Julio Boltvinik, investigador de El Colegio de México, quien estimó en 80 millones el número de habitantes en pobreza.
La infame franja que separa a ricos y pobres en México seguirá aumentando. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), México tiene los peores sueldos de los 30 países miembros de esa organización. Y es lógico. El promedio del salario anual (neto) de un mexicano es de 9 mil 716 dólares.
Una vergüenza para los empresarios mexicanos, sindicatos y gobierno. El congelamiento sistemático de los salarios en México sigue generando más pobres. México es una fábrica de pobres, gracias a la Confederación Patronal de la República Mexicana, el charrismo sindical y los partidos políticos, principalmente el Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, junto a los funcionarios cómplices de la Comisión Nacional de Salarios Mínimos
Si en México hay casi 119 millones de habitantes y existe un multimillonario por cada 4 millones y medio de ciudadanos, algo anda mal. Tenemos uno de los sistemas económicos más injustos del mundo.
La pregunta es directa: ¿Acaso tenemos también los ricos más cicateros, usureros y hambreadores del mundo?
FUENTE: SIN EMBARGO.
AUTOR: SANJUANA MARTÍNEZ.
LINK: http://www.sinembargo.mx/opinion/13-07-2015/36819
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