MÉXICO, D.F. (apro).- La fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, quinto líder mundial del narcotráfico, cimbró al Partido de la Revolución Institucional (PRI).
Sin duda las ramificaciones de grupos criminales alcanzan a diversos partidos; en el caso del Cártel de Sinaloa, encabezado por Guzmán Loera e Ismael “El Mayo” Zambada, sus alcances llegan al PRI. Basta recordar hechos recientes.
Pasado el proceso electoral federal de 2012, cuando Enrique Peña Nieto se alzaba como triunfador y próximo presidente de la República, su partido cayó en desgracia: uno de sus militantes acompañaba a un familiar de “El Chapo”, capturado en España luego de pretender extender el territorio del Cártel de Sinaloa en Madrid.
Era agosto de 2012 cuando la policía española, a través de la Dirección General de la Policía, dio a conocer la detención de cuatro presuntos narcotraficantes, entre ellos Jesús Gutiérrez Guzmán, primo de “El Chapo”. Pero también iba otro personaje, Rafael Humberto Celaya Valenzuela.
Este último, de filiación priista, intentó ser candidato a diputado federal por San Luis Río Colorado, Sonora. Finalmente perdió la contienda pero ello no bastó para dejar el partido, aunque el PRI, su dirigencia nacional y estatal, lo repudió e incluso subrayó que nunca fue candidato.
San Luis Río Colorado es una pequeña localidad que hace frontera con Arizona, entidad norteamericana de paso común de droga y migrantes. Además, está a escasos 40 minutos de Mexicali, capital de Baja California y donde el pasado mes de abril se descubrió un túnel de 18 metros de largo por 77 centímetros de ancho y con una profundidad de un metro.
El túnel, ubicado en una casa dentro de la colonia Hípico, se ubica limítrofe con la línea fronteriza, y desembocaba en el llamado Canal Todo Americano del lado de Caléxico, pequeña ciudad de California. El túnel habría sido construido por gente que trabaja para el Cártel de Sinaloa.
Difícil de entender cuando la crónica gubernamental nos ha vendido la idea de que Baja California sigue siendo territorio del Cártel de los Arellano Félix y archienemigos del Cártel de Sinaloa. Nada más alejado de la verdad, pues una de las virtudes del “Chapo” Guzmán es expandir su territorio, lograr alianzas con el enemigo y seducir antes que pelear.
Así, “El Chapo” y toda la red del Cártel de Sinaloa tienen alianza estratégica con los Arellano, pues la iniciaron en los años noventa, cuando en Argentina empezaron a trabajar juntos en la producción de droga sintética. Y ésta fue la que se incautó en dicho túnel de Mexicali cuando hombres vestidos con traje de buzo fueron sorprendidos del lado de Caléxico, al otro lado del túnel y con 25 paquetes de la droga.
Así Mexicali, Tijuana y San Luis Río Colorado son puntos cruciales para el Cártel de Sinaloa y “El Chapo”, de ahí es justo uno de narcotraficantes detenidos en agosto de 2012.
Su tío, dirigente priista en Sonora, Víctor Hugo Celaya, a pesar de estar emparentado con el narcotraficante detenido en España, se integró al gobierno federal de Peña Nieto al ser nombrado coordinador de delegaciones en Sagarpa.
Pero los vínculos con el PRI son aún añejos. Dámaso López García, un hombre que llegó a formar parte del Consejo Político del PRI en Sinaloa, es padre del licenciado Dámaso López Núñez, aquel hombre que siendo subjefe de seguridad del penal de “Puente Grande”, Jalisco, facilitó la huida del “Chapo” Guzmán aquel enero de 2001.
López García llegó a ser “síndico” de la comunidad El Dorado, Sinaloa en 2007, pero no concluyó su periodo pues falleció en septiembre de 2008 por causas naturales. Hasta Jesús Vizcarra, alcalde de Culiacán, también priista y fallido candidato a la gubernatura, pidió un minuto de silencio en honor al funcionario en la sesión de cabildo. Meses antes de su muerte, en junio, su rancho fue cateado por agentes federales.
Pero si el hijo del reconocido priista facilitó la huida de Guzmán Loera en enero de 2001 del penal de máxima seguridad jalisciense, el hijo de este último, el licenciado Dámaso López Núñez, trasladó su fidelidad a “El Chapo” y pasó a formar parte de las filas del poderoso cártel.
El hijo del licenciado creció entonces entre AK-47 y el mundo narco, Dámaso López Serratos, alias “El Mini Lic”, y quien para defender a quien llama su “padrino” creó las llamadas Fuerzas Especiales Dámaso, un grupo de sicarios que incluso manejan algunas plazas de la droga.
Algunos diputados federales por Sinaloa han tenido problemas de imagen, ya sea por ser oriundos de la zona o por contar con familiares ligados al narcotráfico, como fue el caso de Oscar Félix Ochoa. A sus hermanos los detuvieron en posesión de narcóticos, pero él de inmediato se deslindó del asunto.
En esa misma Legislatura federal, la 2003-2006, fungió como diputado federal –también por Sinaloa– Jesús Vizcarra Calderón, quien fue exhibido por el diarioReforma en una añeja fotografía junto a quienes a la postre serían los grandes capos del Cártel de Sinaloa.
La PGR nunca emitió vinculación alguna de Vizcarra con el cártel, pero la fotografía es más que elocuente.
Muchos han sido los priistas vinculados a este cártel. Y sin duda “El Chapo” Guzmán sigue manteniendo grandes lazos con funcionarios que pudieran militar en este partido o por lo menos son funcionarios de este gobierno priista. De lo contrario no se explicaría la más reciente fuga de “El Chapo” de un penal de máxima seguridad, en este caso de “El Altiplano”.
Edgardo Buscaglia, investigador del tema, sostiene que hay un pacto de impunidad entre el gobierno y “El Chapo”, y que el capo ha logrado tejer poderosas redes, aparte de que su directorio, es decir los grupos que tienen decisión de mando, han podido infiltrar en la política a manera de asesores de diputados, de funcionarios locales o estatales. Gracias a ellos es que ahora “El Chapo” podrá pasar de su “pacto de impunidad” a la “pax mafia”, donde el “Estado mafioso” predominará por muchos años en México, y con el PRI a la cabeza.
Aunque lo mismo da que sea del PRI o de cualquier otro partido, para el Cártel de Sinaloa lo importante es extenderse, lograr aliados políticos y empresariales y luego saltar del quinto al cuarto lugar del narco más buscado y hábil del mundo… así hasta llegar a ser el número uno.
Por lo pronto hoy sólo el PRI y sus funcionarios, así como los empresarios aliados al “Chapo”, lo pueden frenar. Pero en ello se les iría la vida, sin duda alguna.
Guardadas las proporciones, tampoco se puede aventurar que todo priista necesariamente está ligado a los cárteles delincuenciales, sin embargo, en el imaginario colectivo es difícil separar la conexión “PRI=narco”.
En medio de tanta impunidad, este partido deberá elegir a su próximo presidente nacional, y un rumor político apunta a que el de mayor puntaje para serlo es el titular de Sagarpa, Enrique Martínez y Martínez, aunque el que se promueve es el gobernador de Chihuahua, César Duarte, pero quien ha planteado su aspiración es Manlio Fabio Beltrones. Veremos el mes siguiente quién se arriesga a encabezar la dirigencia de un partido vinculado en la mente de muchos mexicanos con el narco.
Fuente: Proceso
Autor: Jesusa Cervantes
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