La fuga de Joaquín El Chapo Guzmán a través de un túnel que desemboca a medio kilómetro de las instalaciones del cuartel del octavo regimiento mecanizado evidencia las fallas de ese cuerpo castrense comandado por el general David Enrique Velarde Sigüenza, de siniestro currículum. Hasta ahora se desconoce por qué esa unidad fue incapaz de detectar la construcción del pasadizo, pese a que su misión es proporcionar seguridad táctica en el terreno adyacente.
MÉXICO, D.F: Al general brigadier David Enrique Velarde Sigüenza, comandante del octavo regimiento mecanizado cuya sede está a medio kilómetro del penal federal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, le falló su núcleo de exploradores de las unidades blindadas de reconocimiento, las cuales tienen como misión no sólo proporcionar seguridad táctica en el terreno, sino buscar información de inteligencia.
Oficial de arma blindada, Velarde Sigüenza está considerado por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) como el mando militar responsable de la seguridad perimetral de ese centro penitenciario, el cual está resguardado por unidades blindadas estacionadas en el cuartel, disponibles para casos de emergencia. Pero ese protocolo falló y el reo se fugó a través de un túnel de kilómetro y medio de longitud.
La evasión causó sorpresa, sobre todo porque se dio a menos de un kilómetro de la comandancia del octavo regimiento mecanizado. La salida del túnel estaba en una casa en obra negra rodeada de campos de cultivo y pastizales.
Velarde, quien ascendió al generalato en noviembre de 2012 como parte de la última promoción del sexenio de Felipe Calderón, llegó hace unos meses a Almoloya para hacerse cargo de ese regimiento mecanizado, en sustitución del coronel Francisco Reyes Villalobos.
Las instalaciones castrenses se convirtieron en regimiento blindado después de que, a finales de 2004, inteligencia militar detectó planes del grupo de desertores del Ejército autodenominados Los Zetas, quienes intentaban asaltar el penal y liberar a su jefe, el líder del cártel del Golfo Osiel Cárdenas Guillén. No pudieron y el capo fue extraditado poco después a Estados Unidos, donde sigue preso.
El arma blindada, rama en la que se especializó el general Velarde, está considerada la más moderna con que cuentan los ejércitos actuales. Su organización, operación y combate se da de forma exclusiva con vehículos acorazados y potentemente armados, se divide en sección de tanques y rama de reconocimiento.
Una unidad mecanizada, como la desplegada en Almoloya, está equipada para operar vehículos blindados apoyados por el área de inteligencia que para este tipo de cuerpos se les denomina núcleo de exploradores. Un núcleo de exploradores está constituido por un pelotón, integrado por 10 o más elementos, cuya labor en primer término es la búsqueda de información de inteligencia en el terreno o área donde operan, explicaron por separado dos oficiales de la Sedena consultados por el reportero.
La misión de esta unidad es proporcionar seguridad, reconocimiento y defensa antitanque del área perimetral del penal de Almoloya. Como parte del reconocimiento le compete recopilar información de lo que ocurre en los alrededores, lo que no ocurrió, aseguran.
La construcción del pasadizo, según informaron los medios de comunicación a partir de la información oficial, se hizo en un periodo de seis a nueve meses. Al conocerse que la salida del túnel está cerca del cuartel, la pregunta sobre por qué los militares no se percataron de la realización de la obra, coloca al general Velarde en el ojo del huracán debido a que la seguridad del área perimetral del penal forma parte de las órdenes específicas que se le asignaron a la unidad que él dirige desde que se anunció su despliegue en la zona hace varios años.
(Fragmento del reportaje que se publica en al revista Proceso 2020, ya en circulación)
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JUAN VELEDÍAZ.
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