MÉXICO, D.F: David Korenfeld Federman no sólo tiene en suerte ser amigo del presidente de México. Por virtud de una mayoría simple de comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos (INAI), es ya un asunto de seguridad nacional, por lo que el manejo de los recursos que hizo como director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) está vetado para el conocimiento de los mexicanos.
En su sesión del miércoles 8, en una votación de cuatro a tres, el pleno del INAI determinó reservar las bitácoras de vuelo de las aeronaves de Conagua durante la gestión del amigo presidencial, a pesar del comprobado mal uso que hizo de ellas y que fue el motivo de su renuncia, el 9 de abril pasado, tras dos semanas de escándalo en plenas vacaciones de semana santa.
Encabezados por la presidenta del INAI, Ximena Puente, los comisionados Eugenio Monterrey Chepov, Patricia Kurczyn y Javier Acuña determinaron testar las bitácoras solicitadas al amparo de la ley de transparencia. Su argumento fue que entregarlas revelaría las instalaciones estratégicas relacionadas con los recursos hidráulicos del país.
El agua, sin duda, es un asunto de seguridad nacional y desde hace algunos años es considerada en los análisis de seguridad internacional como origen de nuevos conflictos internos y entre países. ¿Pero qué tienen que ver las instalaciones estratégicas con la rendición de cuentas y la transparencia en la gestión de recursos de Conagua por parte de Korenfeld?
Hasta ahora sólo se ha confirmado que usó un helicóptero de Conagua para fines privados. Fue captado y evidenciado por un vecino suyo en Huixquilucan, el municipio del Estado de México del que fue regidor y presidente municipal, y donde Angélica Rivera, la esposa de Enrique Peña Nieto, ha manifestado tener una propiedad.
Las imágenes captaron el aparato dispuesto para la familia del funcionario. Los trasladaría al aeropuerto de la Ciudad de México y de ahí se irían de vacaciones al resort Arrabelle, en la villa alpina de Vail, Colorado.
Lo que no se ha confirmado, y se mantendrá oculto gracias a esos cuatro comisionados del IANI, es que antes de ese vuelo, el helicóptero ya había hecho otro para trasladar a personas del servicio doméstico de la casa de Korenfeld. Desatado el escándalo, dijo que usó el aparato sólo ocho minutos y pagó 10 mil 800 pesos a la Función Pública. Luego ésta lo multó con 638 mil más.
No sería la primera vez ni el único funcionario en hacerlo. En el Ejército, por ejemplo, otra institución vinculada con la seguridad nacional, no son pocos los generales que utilizan a soldados como albañiles en sus casas, grandes y chicas. “Es una cultura”, a decir de Peña.
En esa “cultura” es donde Korenfeld se ha movido. Muchos lo recuerdan antes de su ascenso como funcionario de Peña en el Estado de México, donde fue secretario de Agua y Obra Pública. Fue a trabajar a Toluca luego de que Huxquilucan experimentara numerosos cambios de uso de suelo.
Su amigo el presidente ya no lo pudo sostener en Conagua ante la evidencia y las presiones para que renunciara. Pero gracias al INAI, Korenfeld tiene ahora materia de sobra para ahondar en su libro “El sistema sancionador mexicano. Teoría de la sanción administrativa”.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: JORGE CARRASCO ARAIZAGA.
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