Sus restos fueron identificados en Innsbruck; la PGR insistió en que se trata de los recolectados en el Río San Juan y el basurero de Cocula.
El cuerpo de Jhosivani Guerrero de la Cruz -uno de los 43 normalistas desaparecidos- fue identificado gracias a que su muestra ósea arrojó resultados de ADN mitocondrial susceptibles de ser interpretados, por lo que pudieron ser comparados con los de su madre.
Ambas muestras fueron enviadas a la Universidad de Innsbruck, quien determinó que “con base en los datos de la población de ADN mitocondrial… existe una posibilidad 72 veces mayor de que los datos del ADN mitocondrial sean observados en la situación hipotética de que los restos… se originaron de un individuo relacionado por vía materna”, según informó el miércoles la PGR.
“Estos resultados de la Universidad de Innsbruck, serán incorporados a la averiguación previa en la cual seguimos con la investigación de estos hechos, e informaremos al juez de la causa, para que sea esa autoridad jurisdiccional quien determine legalmente lo conducente”, adelantó la procuradora Arely Gómez.
Gómez insistió en que el año pasado fueron recolectados más de 63 mil fragmentos óseos en el Río San Juan y del basurero de Cocula, los cuales han buscado identificar. Hasta ahora han logrado identificar a Guerrero de la Cruz y a Alexander Mora, dos de los 43.
Jhosivani era originario de la comunidad de Omeapa, ubicada a unos 15 minutos de la cabecera municipal de Tixtla.
Era el menor de siete hermanos de una pareja de campesinos. Para ir a la secundaria y a la preparatoria, caminaba cuatro kilómetros hasta la carretera para poder tomar el transporte.
Guerrero de la Cruz consideraba que los maestros que asistían en la comunidad no tenían interés en los niños; por ello deseaba ser maestro en Omeapa.
En la Normal le decían “El Coreano”.
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FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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