En el país, en un mes o dos se puede instalar dicho organismo que podría investigar el caso de los estudiantes desaparecidos, afirmó.
Carlos Castresana, quien fue el primer director de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) por encargo de la ONU, consideró que ese tipo de organismo se podría solicitar en México para investigar el caso Ayotzinapa.
En entrevista para Aristegui CNN, detalló su experiencia en Guatemala, donde fue precisamente esa comisión la que junto con el Ministerio Público acusó al ex presidente Otto Pérez Molina, como la cabeza de una red de fraude aduanal que operaba en la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Actualmente la ONU tiene unas 5 peticiones concretas de réplica de países que están diciendo queremos un mecanismo como este (el de Guatemala), pero tiene que ser solicitado por el país, “Guatemala tiene uno así porque lo pidió al secretario general de la ONU, México tendría que hacer lo mismo”, indicó.
Aunque reconoció que la “creación de una fiscalía en sí misma no es la solución, no resuelve el problema, lo que resuelve el problema es abordarlo y solucionarlo, eliminar las interferencias políticas, darles la independencia para que puedan hacer su trabajo sin directrices del poder política”.
Precisó que la fiscalía internacional trabajaría de la mano con la fiscalía del país; “yo tenía que convencer al fiscal, eso se puede hacer en México y no representa ceder soberanía”, aseveró.
Lo que hace una comisión como la CICIG es crear “capacidad que dejas ahí instalada y al final son los fiscales y los policías de ese país quienes hacen la tarea”.
“La justicia es adictiva, cuanto más tienes más quieres”, consideró. Tras la creación de la CICIG, se pudo meter “a los malos a la cárcel que es para lo que se supone que están ideadas y pagadas” las instituciones de justicia.
El divorcio de la ciudadanía con sus autoridades no es casual; “los mexicanos están desencantados de sus instituciones de justicia porque éstas no funcionan, no les están solucionando los problemas y en definitiva no los están protegiendo”.
“Hace falta poner en marcha el mecanismo, entrenar a los funcionarios, seleccionarlos muy bien, implementar controles de confianza, y caminar con ellos hasta que son capaces por sí solos”, aseguró.
En Guatemala, “tuvimos que crear esa contraparte, no encontramos policías ni jueces confiables porque el sistema estaba muy infiltrado por estructuras que provenían del conflicto armado, era ineficiente, corrupto o peor, trabajaba para los malos”. Ante ello, “elegimos a policías, les enseñamos nosotros, los formamos, con los fiscales lo mismo”.
Y puntualizó que un grupo de expertos puede observar y recomendar pero no tiene capacidad de acción, de tomar decisiones, iniciativas, “nosotros teníamos que trabajar caso por caso con el fiscal general, tuvimos que remover dos fiscales generales, antes de encontrar uno que estuviera dispuesto a hacer el trabajo y había veces que había que convencerle”.
Sobre la reunión que este jueves tendrá el presidente Enrique Peña Nieto con los padres de Ayotzinapa, dijo que ellos pedirán “hechos, acciones, tiene que dar esa respuesta, no puede decir qué pena, lo siento, tiene que decir: vamos a hacer esto, esto, esto”.
Si hay voluntad política, el presidente del país o el Congreso podría pedirlo a la ONU. Indicó que el presidente guatemalteco solicitó la comisión “porque tenían una situación insostenible de seguridad y de justicia; tenían el sistema colapsado, una cantidad de violencia que desbordaba las capacidades de las pocas instituciones que medio funcionaban, entonces sacaron bandera blanca, hablaron a Nueva York y dijeron: vengan, ayúdennos“.
Si no pueden o no quieren investigar un asunto, “alguien tiene que mover esa voluntad o crear esa capacidad que no se tiene”, eso es lo que haría la comisión internacional.
“La situación en que se encuentra México que es una crisis de derechos humanos pero sobre todo es una crisis de confianza entre la ciudadanía y las autoridades, no se soluciona de la noche a la mañana y tampoco con actos de fe, no se le puede pedir a los mexicanos votos de confianza, cheques en blanco por tiempo indefinido, ya ha habido esas oportunidades y han pasado y ahora se necesitan resultados”, sostuvo.
Cuando trabajó el territorio guatemalteco, “me harté de decir que el miedo tiene que cambiar de bando. Los malos que son mil no pueden tener arrodillados a 14 millones, tienen que reaccionar y esa reacción finalmente se ha producido (en Guatemala). Se han indignado cuando se enteraron que el presidente y la vicepresidenta estaban involucrados en una trama de corrupción que estaba saqueando las aduanas del país, es decir los fondos públicos, los impuestos que pagaban los ciudadanos, esa sociedad se ha movilizado y ha provocado la reacción del organismo judicial que ha hecho lo que tenía que hacer”.
Al llegar a Guatemala en 2007, dijo, estaba en la misma situación: había un divorcio absoluto entre la ciudadanía y las autoridades, y además había un gran miedo en la ciudadanía como consecuencia de que venían de estar 36 años en guerra civil, por ello había que crear esa confianza y ésto se logra dando resultados.
Por último, contó que se encuentra en México trabajando en la posible creación de unidades de fiscalías dentro de las procuradurías que funcione con las mejores prácticas internacionales, “pequeñas unidades bien impermeables, de funcionarios debidamente adiestrados”, dos estados han manifestado la posibilidad de hacerlo, el primero sería Oaxaca.
Refirió que en este momento hay miles de casos pero pocos juicios y condenas, “estamos rozando el 100 por ciento de impunidad, igual que en Guatemala, si allá se pudo revertir aquí también”.
FUENTE: ARISTEGUI NOTICIAS.
AUTOR: REDACCIÓN.
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