La Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala ha dado excelentes resultados en el desmantelamiento de redes mafiosas enquistadas en las estructuras del Estado de esa nación centroamericana… pero sólo ahí. Algunas voces han pedido la creación de un organismo similar para México (especialmente para aclarar los casos Ayotzinapa y Casa Blanca), pero los especialistas advierten: funcionaría mejor un tribunal internacional más cercano a la experiencia de Bosnia.
CIUDAD DE GUATEMALA: El papel clave que ha jugado la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG, entidad de investigación financiada por la Organización de las Naciones Unidas) en la desarticulación de una red de defraudación aduanera conocida como La Línea –escándalo de corrupción sin precedente en la historia reciente del país–, generó un debate en naciones vecinas sobre la idoneidad de solicitar la creación de comisiones externas que contribuyan al desmantelamiento de redes de corrupción y crimen organizado enquistadas en el aparato estatal.
La dimisión del presidente Otto Pérez Molina el 1 de septiembre tras las revelaciones de que él y su vicepresidenta, Roxana Baldetti, fungían como cabecillas de La Línea, señalamientos por los cuales enfrentan proceso penal, ha suscitado expresiones de admiración por parte de líderes de opinión en el mundo.
“México tiene mucho que aprender. Urge que el investigador de Naciones Unidas, Iván Velásquez, vaya a México, invitado por el Congreso, para entrarle de manera independiente a los casos de la Casa Blanca y de la casa de Videgaray en Malinalco”, escribió el periodista mexicano Jorge Ramos en su página de Facebook, poco antes de la dimisión de Pérez Molina.
Una semana después, senadores del Partido Acción Nacional anunciaron que promoverían ante la Organización de Estados Americanos la creación de una comisión internacional contra la impunidad, similar a la CICIG, para esclarecer la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y delimitar responsabilidades.
Aunque diversos sectores de la sociedad mexicana puedan ver en la CICIG un modelo, los expertos advierten que se trata de un organismo creado para el contexto específico de Guatemala, lo cual lo hace difícil de exportar, incluso a países como Honduras y El Salvador, que enfrentan problemas muy similares a los guatemaltecos.
Lo que otros países sí pueden aprender del caso guatemalteco es que nadie es intocable, y si bien no sería factible plantear la creación de una CICIG en México, sí podría plantearse la creación de un ente internacional con un mandato más reducido y específico. “Lo que funcionaría para el caso de Ayotzinapa, en México, sería un tribunal internacional más cercano a la experiencia de Bosnia”, afirma el mexicano David Martínez-Amador, investigador asociado de Insight Crime…
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 2034 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
FUENTE: PROCESO.
AUTOR: LOUISA REYNOLS.
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